La Restauración borbónica en España: Del Turnismo al Desastre del 98

Tras el fallido intento de instaurar un régimen democrático durante el sexenio (1868-1874), se instauró la monarquía borbónica y España volvió al liberalismo conservador. El nuevo sistema político, liderado por Cánovas del Castillo, se fundamentaba en la alternancia en el poder del partido político conservador y el liberal.

La Restauración duró más de 50 años, desde el pronunciamiento de Martínez Campos (1874) hasta la proclamación de la II República (1931). Cabe destacar la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico en 1898.

Durante este largo periodo, que abarca el reinado de Alfonso XII, la regencia de María Cristina y el reinado de Alfonso XIII, se consolidó un régimen constitucional y parlamentario que nunca llegó a ser democrático por el sistema del turnismo político y del falseamiento electoral (caciquismo).

1. Restablecimiento de la monarquía: Alfonso XII

Tras el golpe del general Pavía y la disolución de las cortes en 1874, se instaura la dictadura militar del general Serrano. Comienza a crecer el apoyo hacia la causa alfonsina. El príncipe Alfonso, siguiendo el consejo de Cánovas del Castillo, firma el Manifiesto de Sandhurst por el que garantiza una monarquía constitucional y democrática, con la aceptación de los avances políticos que se habían realizado durante el sexenio. Se preparaba allí la vuelta a la monarquía de manera pacífica, pero Martínez Campos y Jovellar se pronunciaron el 29 de diciembre en Sagunto a favor de la monarquía. El gobierno no puso resistencia y Cánovas forma un gabinete de regencias esperando la llegada de Alfonso XII y su proclamación como rey. Las primeras medidas del nuevo régimen tienen como objetivo restablecer la autoridad de la corona. Para ello, Cánovas nombra nuevos gobernadores y alcaldes, instaura la censura, cierra periódicos y establece el concordato con la Iglesia católica devolviéndole los vienes aún no vendidos.

En 1876 se puso fin a la tercera guerra carlista con el Manifiesto de Somorrostro, en 1878 con la Paz de Zanjón se puso fin a la insurrección cubana con una promesa de reformas políticas que en los años siguientes fueron incumplidas y que traerán consecuencias en el siglo XX.

En diciembre de 1875 se convocaron cortes constituyentes por sufragio universal, tal y como establecía la Constitución de 1869. Sin embargo, el proceso electoral fue manipulado y dichas cortes pasaron a promulgar la Constitución de 1876.

2. Constitución de 1876

Es un texto flexible y conservador, la declaración de derechos y deberes es amplia, la concreción de estos derechos se realizaba mediante leyes ordinarias que tendían a restringirlos (derecho de expresión, asociación o de imprenta).

La soberanía es compartida:

  • La potestad de hacer las leyes reside en las cortes con el rey y este tiene derecho de veto.
  • Las cortes son bicamerales. La cámara alta está compuesta por senadores elegidos por el rey y por sufragio directo (en la constitución no se especifica si es censitario o universal), esto lo decidía las leyes electorales.
  • El poder ejecutivo reside en la corona, ejercido a través de ministros. El jefe de gobierno no es responsable ante las cortes solo ante el rey. Quedan bajo control del gobierno los ayuntamientos y diputaciones y se suprimen los fueros vascos.
  • En materia religiosa, se reconoce la confesionalidad católica de España y se garantiza el sostenimiento al culto y al clero.

3. Fundamentos políticos del sistema canovista

Cánovas del Castillo fue figura clave de la Restauración. Su primer objetivo fue asentar la monarquía de modo que la corona debía recuperar el prestigio perdido durante el reinado de Isabel II. Otro de sus objetivos se basaba en el hecho de acoger a todos los partidos burgueses. A cambio estos debían aceptar la monarquía y la alternancia en el gobierno. De esta forma pretendía elaborar una constitución en la que se permitiera gobernar a partidos distintos con el fin de acabar con los pronunciamientos militares. Para lo cual el ejército deberá volver a los cuarteles y su única función será mantener el orden social. Alfonso XII intervino directamente en la tercera guerra carlista, de forma que se ganó el apoyo de los militares lo que permitirá a Cánovas formar un sistema político exclusivamente civil.

Cánovas del Castillo introdujo un sistema de gobierno basado en el bipartidismo y en la alternancia del poder de los dos grandes partidos dinásticos: liberal y conservador.

Cánovas había sido el principal dirigente del partido alfonsino que durante el Sexenio Democrático había defendido la restauración monárquica. Tras el regreso de Alfonso XII este partido se transformó en el partido liberal conservador que aglutinaba a los grupos políticos más conservadores y que acabó llamándose partido conservador. El otro partido dinástico que se alternaba en el poder tenía un carácter más progresista y estaba dirigido por Sagasta. Aglutinaba tanto a progresistas como a republicanos moderados, naciendo el partido político fusionista que terminará siendo conocido como liberal.

Conservadores y liberales coincidían ideológicamente en lo fundamental como era la defensa de la monarquía, constitución, propiedad privada y del Estado liberal unitario y centralista. La base social que apoya a ambos partidos es homogénea ya que eran partidos de minorías entre los que se encontraba la élite económica y la clase media acomodada.

Las diferencias entre ambos partidos era escasa. Incluso en su actuación política los conservadores se encontraban a favor al inmovilismo político, proponían el sufragio universal masculino y estaban inclinados hacia unas reformas sociales de carácter progresista y laico.

Sin embargo, en la práctica, la actuación de ambos partidos difería demasiado pues existía un acuerdo de no promulgar nunca una ley que forzase al otro partido a derogarla cuando regresase al gobierno.

La alternancia en el poder de estas dos opciones dinásticas tenía como objetivo asegurar la estabilidad institucional y el turno que daba garantizado por el propio sistema electoral que sería manipulado. De este modo, cuando el partido en el gobierno sufría un proceso de desgaste político y perdía la confianza de las cortes, el monarca llamaba al jefe del partido de la oposición a formar gobierno. Entonces el nuevo jefe convocaba elecciones.

4. Caciquismo

El sistema de turno pacífico pudo mantenerse más de veinte años. Los mecanismos para el falseamiento electoral eran:

  • El encasillado: “fabricar” los resultados electorales adjudicando escaños a partidos políticos. A continuación se procedía a manipular las elecciones a través de la extensa red de caciques existentes en todo el país.
  • El pucherazo: introducción de votos falsos en las urnas. Todo ello era factible dado el analfabetismo generalizado en España.
  • El partido de la porra: consistía en obligar a la población a votar la opción que deseaba el gobierno.

5. La regencia de María Cristina y evolución política (1885-1895)

En 1885 fallece Alfonso XII quedando como regente su segunda esposa, María Cristina. La regencia dura desde 1885 a 1892. El primer pacto es El Pacto del Pardo firmado por los líderes de los partidos dinásticos, Cánovas y Sagasta, con el objetivo de dar estabilidad al régimen. El pacto contribuye a agudizar la corrupción política y el falseamiento electoral. Entre 1885 y 1890 gobierna el partido liberal y esto se denomina el gobierno largo de Sagasta en el que los liberales impulsan una importante obra reformista. Entre ella destacamos la ley de Asociaciones (1887) por la que se elimina la distinción de partidos legales e ilegales y permitió la entrada en el juego político a las fuerzas opositoras. Otra reforma será la redacción de un nuevo código civil, así como la reforma en la Hacienda y en la milicia.

La reforma de mayor trascendencia fue la implantación del sufragio universal masculino en las elecciones de 1890. Sin embargo esta medida queda desvirtuada por el fraude y la corrupción electoral, que imposibilitó la democratización del sistema.

En 1890 los conservadores vuelven al poder hasta 1892, cuando vuelven los liberales (1892-1895) y en 1895 Cánovas asume la presidencia del gobierno teniendo que hacer frente a la insurrección cubana que pondrá a prueba el sistema político canovista

En 1897 Cánovas fue asesinado y esto deteriorará en gran medida el sistema político del turnismo pues este sistema estaba basado en gran medida en la personalidad de sus líderes por lo que a la muerte de Cánovas se produjeron disidencias internas y la descomposición de ambos partidos