La Restauración borbónica en España (1875-1923)

Con el fin de la Sexenio Democrático, comienza una nueva etapa histórica: el retorno de la monarquía borbónica con Alfonso XII y la consolidación del sistema político liberal iniciado a comienzos del siglo XIX. El modelo político y social de la Restauración presenta un carácter conservador: el poder económico y político estaba controlado por una oligarquía. Sin embargo, este modelo no se va a mantener inmutable: se desarrolla el movimiento obrero, se forman partidos republicanos y surgen partidos catalanistas y vascos. El sistema alberga dos elementos de funcionamiento que se convierten en factores de su propia desintegración: la corrupción y el caciquismo. Para completar este panorama, el país va a sufrir la conmoción del conflicto colonial que culminará en la pérdida de los últimos territorios de ultramar de España.

El Reinado de Alfonso XII (1875-1885)

Una vez repuesta la dinastía borbónica con el reinado de Alfonso XII (1875-1885), le sucede la regencia de María Cristina (1885-1902) y posteriormente el reinado de Alfonso XIII (1902-1931), que incluye la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Tras el golpe del general Pavía, el general Serrano encabezó el gobierno y puso término a la guerra carlista. El 1 de diciembre, Alfonso XII dirigió un manifiesto a la nación redactado por Cánovas del Castillo en el que afirmaba que la única solución para los problemas de España residía en el establecimiento de la monarquía tradicional. En 1874 el general Martínez Campos proclamó a Alfonso XII rey. Se iniciaba así la Restauración, que pretendía establecer el régimen liberal moderado anterior a 1868. Cánovas del Castillo encabezó el gobierno. Sus primeras medidas fueron lograr el apoyo de la Iglesia, suspender los periódicos de la oposición, establecer una nueva policía y tribunales especiales para delitos de imprenta, etc.

La Constitución de 1876

La Constitución de 1876, liderada por Alonso Martínez, fue promulgada el 30 de junio como resultado del equilibrio entre la Constitución moderada de 1845 y la Constitución democrática de 1869. Consta de 13 títulos desarrollados en 89 artículos:

  • Restaura la concepción del liberalismo doctrinario según la cual la soberanía reside en las Cortes con el rey.
  • Reconocía derechos individuales: seguridad personal, inviolabilidad del domicilio, libertad de residencia, conciencia y asociación.
  • Estado confesional.
  • El poder legislativo recae en las Cortes, que constan de 2 cámaras: Senado (senadores de derecho propio, nombrados por la Corona y elegidos por las corporaciones del Estado) y Congreso de los Diputados (miembros elegidos 1 cada 50.000 habitantes, con un mandato de 5 años).
  • Sufragio censitario.
  • Forma de estado: la monarquía parlamentaria.

Existía un desfase entre la España oficial y la real que dio lugar a un comportamiento anómalo del sistema.

Turnismo y Bipartidismo

Una vez aprobada la Constitución, comenzó el sistema canovista. Eran necesarios dos partidos para turnarse en el poder:

Partido Liberal Conservador (Cánovas del Castillo)

  • Heredero del Partido Moderado.
  • Base social: alta burguesía, aristocracia, ejército y altos funcionarios.
  • Líderes: Cánovas del Castillo, Francisco Silvela, Eduardo Dato, Antonio Maura, Romero Robledo.
  • Ideología: sufragio censitario, orden y represión, pocas libertades, centralismo.
  • Obra legislativa: reforma del régimen foral, censura a las libertades individuales.

Partido Liberal-Fusionista (Sagasta)

  • Heredero del Partido Progresista.
  • Base social: burguesía y clase media, comerciantes.
  • Líderes: Práxedes Mateo Sagasta, Martínez Campos, Arsenio Martínez Campos, José Canalejas, José Camacho.
  • Ideología: sufragio universal, más libertades, menos centralista y clerical.
  • Obra legislativa: leyes de asociación, reunión, libertad de cátedra.

A la derecha y a la izquierda de los partidos dinásticos se situaban otras formaciones políticas: la Unión Católica de Alejandro Pidal, el regionalismo catalán y algunas facciones del progresismo democrático. La alternancia pacífica de los partidos requería la confianza de las Cortes y la Corona, pero el poder tenía que regirse por el resultado electoral, es decir, tener la mayoría en las Cámaras. En la práctica, el procedimiento consistía en que, convocadas las elecciones, el ministro de Gobernación realizaba el encasillado (decidía los diputados que iban a ser elegidos por cada circunscripción electoral) y el gobernador civil de cada provincia manipulaba las elecciones.

Otros partidos opuestos al sistema:

  • Nacionalismo (catalán y vasco)
  • Regionalismos (gallego y andaluz)
  • Republicanos (posibilista, federal y progresista-demócrata)
  • Socialistas
  • Anarquistas

Corrupción electoral

El turno era una fórmula política que, gracias a la manipulación electoral, daba a ambos partidos la posibilidad de alternarse en el gobierno. El sistema quedaba asegurado por el liderazgo de los dos partidos y por el control del poder local mediante la práctica caciquil, falseando la voluntad nacional. El pucherazo era la presión que se ejercía para que los resultados siguieran los objetivos previstos.

Caciquismo

Fue un hecho sociopolítico que consistía en el control del poder en determinadas zonas por personas con gran prestigio social. Los caciques eran miembros de una élite local o comarcal y se encargaban de recopilar los votos y amañar las elecciones para el diputado encasillado.

Crisis de la Restauración

La Restauración cae debido al distanciamiento entre una España oficial y una España real.

España oficial:

  1. Olvido del pueblo: desconfianza en la capacidad del pueblo para gobernarse. Se mantuvieron las formas democráticas, pero las elecciones se falsearon.
  2. Corrupción electoral: los gobiernos daban lugar a elecciones corruptas.
  3. Caciquismo: supuso la degradación de la administración en el medio rural.

España real:

  1. Movimiento obrero: un núcleo marxista creó el PSOE, mientras los anarquistas hacían propaganda de sus ideas.
  2. Laicismo y regionalismo: intentan realizar reformas. El primero intentaba abrirse a las corrientes culturales de la época y el segundo, de carácter cultural, económico y político.
  3. Problemas exteriores: la guerra de Cuba era inevitable y con ella la pérdida de la isla.

Con la mayoría de edad de Alfonso XIII y los acontecimientos que llevarán al fracaso de la Restauración, se producen dos intentos fracasados de”regeneracionism”. La crisis de 1917 acabó definitivamente con la dinámica del turnismo.