La Restauración Borbónica: Constitución, Bipartidismo y Crisis de 1898

La Restauración Borbónica (1875-1902)

La Constitución de 1876

La Constitución de 1876 duró mucho tiempo (hasta 1931) y fue un texto breve y poco detallado, ya que dejaba en manos del partido gobernante aspectos básicos como el sufragio.

Características principales:

  • Soberanía compartida entre el rey y las Cortes, con grandes poderes para el monarca: derecho de veto, nombramiento de ministros, convocar o suspender las Cortes sin contar con el gobierno, iniciativa legislativa y mando del Ejército.
  • Cortes bicamerales, con un Senado (dos tercios de sus miembros elegidos por el rey o por derecho propio) y un Congreso elegido por sufragio, cuya extensión no estaba recogida en la Constitución. En 1878 se volvió al sufragio censitario, y en 1890 al sufragio universal. Desde entonces, no se volvió al sufragio restringido.
  • No se regulaban muchos derechos de la anterior constitución y se remitía su desarrollo a través de leyes ordinarias que limitaron y recortaron su uso.
  • Se proclamaba la confesionalidad católica del Estado, garantizándose además su financiación pública. Otras religiones eran toleradas, pero solo podían practicarse en privado.

El Bipartidismo

El sistema político de la Restauración se basaba en dos grandes partidos, el conservador y el liberal, que coincidían ideológicamente en lo fundamental: defender la monarquía, la Constitución de 1876, la propiedad privada y el Estado unitario y centralista.

Eran partidos formados por las élites económicas y la clase media alta. Los conservadores tenían más terratenientes, mientras que los liberales contaban con más profesionales. No eran partidos de masas, ya que solo participaba una pequeña parte de la población. Sus actuaciones estaban determinadas más por los intereses personales que por los grandes planteamientos políticos nacionales.

Características de los partidos:

  • Partido Conservador: dirigido por Cánovas del Castillo, representaba la derecha más moderada y tradicional.
  • Partido Liberal: fundado en 1880 por Práxedes Mateo Sagasta, representaba a la izquierda liberal y reunía a antiguos progresistas y unionistas.

Fuera del sistema quedaron carlistas, nacionalistas (catalanes y vascos), republicanos y partidos obreros.

En cuanto a su actuación política, las diferencias entre ambos partidos fueron mínimas, al existir un acuerdo tácito de nunca promulgar una ley que forzase al otro partido a eliminarla cuando regresase al gobierno.

Turnismo y Caciquismo

El sistema de la Restauración aseguraba que los dos grandes partidos dinásticos se alternaran en el poder para evitar los pronunciamientos militares como forma de alcanzar el poder. Este modelo, llamado turnismo, hacía que cada partido respetara la gestión gubernamental del otro. Cuando el partido en el gobierno sufría un desgaste político y perdía la confianza de las Cortes, el rey ponía al líder del otro partido al frente del gobierno. Este nuevo líder convocaba elecciones para conseguir una mayoría parlamentaria que le dejara gobernar. Ganaba las elecciones manipulando el proceso electoral, pero el otro partido nunca lo denunciaba porque también se beneficiaba del sistema.

El proceso comenzaba cuando el Ministerio de la Gobernación “fabricaba” los resultados de las elecciones mediante el encasillado (listas de personas que debían salir elegidas) y continuaba con la acción de los Gobernadores Civiles y las figuras locales (alcaldes, diputados y caciques). El fraude era posible porque cada partido contaba con una amplia red de personas que les apoyaban a cambio de favores: concesiones, favores fiscales, reparto de cargos…

La manipulación de los resultados electorales, o “pucherazo”, utilizaba varios métodos para asegurar que ganara el candidato elegido: falsificar el censo (incluyendo a personas muertas o impidiendo votar a las vivas), manipular las actas electorales, comprar votos y amenazar a los votantes con diferentes tipos de presiones (como impedir la propaganda de la oposición o intimidar a sus simpatizantes…).

El cacique era una figura fundamental en el proceso, sobre todo en las zonas rurales. Gracias al control que ejercían sobre los ayuntamientos, hacían informes y certificados personales, controlaban el sorteo de las quintas, proponían el reparto de las contribuciones, podían resolver o complicar los trámites administrativos y dar empleo… Todas estas prácticas se basaban en que una gran parte de la gente no votaba. En general, la participación en las elecciones no superaba el 20% durante casi toda la Restauración.

El Reinado de Alfonso XII (1875 – 1885)

Durante el reinado de Alfonso XII se aplicaron las ideas principales de Cánovas, y los partidos conservador y liberal se fueron turnando en el poder de forma pacífica. Cánovas gobernó sin interrupciones hasta 1881 (dictadura de Cánovas). Al principio, el gobierno conservador tomó medidas para fortalecer el orden social, la monarquía y la propiedad privada. Primero, se eliminaron los fueros vascos, por lo que las provincias vascas tuvieron que contribuir con contingentes al servicio militar y pagar contribuciones.

Tercera Guerra Carlista (1872-1876)

Con la Restauración borbónica, el carlismo perdió su posible legitimidad y muchos de sus defensores acabaron reconociendo a Alfonso XII. La intervención del Ejército bajo el mando del general Martínez Campos, logró que los carlistas se rindieran en Cataluña y Aragón. Aun así, la guerra continuó unos meses más en el País Vasco y Navarra, hasta su rendición total en marzo de 1876 (Manifiesto de Somorrostro). Carlos VII tuvo que exiliarse en Francia y el conflicto finalizó en toda España. Tras la derrota carlista, se eliminó el régimen foral, y los territorios vascos tuvieron que pagar impuestos y enviar soldados, igual que el resto de España. Esto hizo que el nacionalismo aumentara en las provincias vascas.

Además se siguió limitando las libertades con varias medidas:

  • La Ley Electoral de 1878: establecía un sufragio censitario muy restringido, donde solo 5% de la población podía votar.
  • Prohibición de los sindicatos obreros.
  • Se obligó a los profesores universitarios a jurar fidelidad al gobierno y a enseñar solo lo permitido.
  • Ley de imprenta de 1879 consideraba delito cualquier crítica a la monarquía o al sistema de la Restauración, lo que llevó al cierre de periódicos y protestas en las universidades. Varios profesores, como Castelar, renunciaron en rechazo a esta ley, lo que dio origen a la Institución Libre de Enseñanza.

En 1880 se creó el Partido Fusionista, que más tarde se llamó Partido Liberal. Este partido aceptó la Constitución de 1876 y llegó al poder en 1881, dando inicio al turnismo. La etapa liberal comenzó con el gobierno de Práxedes Mateo Sagasta, quien tomó medidas acordes con sus ideas:

  • Restauró la libertad de prensa y enseñanza.
  • Permitió actos en honor a la República.
  • Eliminó impuestos como el de la sal y los portazgos.

En el verano de 1883, los intentos de golpe de los republicanos en Badajoz y Seo de Urgell, junto con los problemas en el campo andaluz, que se pensaba que eran causados por la organización anarquista Mano Negra, hicieron que Sagasta renunciara. En enero de 1884, el rey decidió llamar otra vez a los conservadores. Lo más destacado de esta etapa fue el aumento de la represión gubernamental contra la prensa, lo que hizo que el gobierno perdiera apoyo, además de la epidemia de cólera de 1885 y el problema de las Carolinas y su venta a Alemania.

La Regencia de María Cristina (1885 – 1902) y Alternancia Conservadora y Liberal

En noviembre de 1885, murió Alfonso XII. Su segunda esposa, María Cristina de Habsburgo, embarazada de su tercer hijo, asumió la regencia. El miedo a que el sistema político se desestabilizara después de la muerte del rey llevó a un acuerdo entre conservadores y liberales, conocido como el Pacto del Pardo. Este acuerdo buscaba apoyar la regencia de María Cristina y asegurar que la monarquía continuara frente a las presiones de los carlistas y republicanos.

Bajo la regencia, el Partido Liberal gobernó más tiempo que el conservador. Los liberales impulsaron varias reformas importantes:

  • Se aprobó la Ley de Asociaciones en 1887, que eliminó la diferencia entre partidos legales e ilegales.
  • Se eliminó la esclavitud en 1888.
  • Se creó un nuevo Código Civil en 1889.
  • Implantación del sufragio universal masculino en las elecciones de 1890, que permitió que todos los hombres mayores de 25 años pudieran votar, ampliando el censo electoral a unos 5 millones de votantes. Sin embargo, la idea de un voto universal no se cumplió realmente, ya que seguían existiendo fraudes y corrupción electoral que evitaron una verdadera democratización del sistema.

En 1895, el Partido Conservador volvió al poder. Justo al comenzar la guerra de Cuba, Cánovas asumió la presidencia hasta 1897. El sistema político dependía demasiado de sus líderes, lo que causó problemas dentro de los partidos. En el Partido Conservador, Francisco Silvela se destacó, logrando unir a las distintas facciones conservadoras tras la muerte de Cánovas.

Al final de la década de 1890, surgieron tres problemas que llevaron a la crisis de 1898: la situación de las colonias, los problemas sociales y el aumento de los regionalismos, que se convirtieron en nacionalismos. Los dos grandes partidos, comenzaron a tener problemas y desacuerdos internos. Cánovas fue asesinado por un anarquista en 1897 y Sagasta murió en 1903, lo que permitió la llegada de nuevos líderes que pedían una renovación. En 1902, cuando Alfonso XIII cumplió la mayoría de edad, se hizo rey. A diferencia de sus padres, él mostró más interés en meterse en los asuntos políticos.