Los Primeros Tiempos de la República
En el año 509 a. C., la aristocracia romana expulsó al rey Tarquinio “el Soberbio” e instauró en Roma un gobierno republicano: se nombraron dos magistrados supremos encargados de dirigir el estado de forma colegiada, elegidos anualmente en asamblea popular. Estos magistrados asumieron todos los poderes que anteriormente recaían en la figura del rey; solamente quedaron fuera de su jurisdicción las funciones religiosas.
Así pues, comienza una nueva época en Roma, marcada no solo por los cambios políticos, sino también sociales. A finales del periodo monárquico se mantenía todavía latente el germen de la conflictividad social:
Conflictividad Social
- Los patricios ambicionaban ocupar hereditariamente las principales instituciones. Esta casta cerrada poseía el control político, económico y religioso.
- Los plebeyos constituían una masa heterogénea con una gran variedad de intereses y, por ello, sin una clara conciencia de clase.
Tras el cambio de régimen político, los patricios no tuvieron más remedio que mostrarse conciliadores y asumir la presencia en el Senado de elementos plebeyos, llamados conscripti por haber sido adscritos posteriormente. Dos razones fundamentales hacían preciso evitar cualquier tipo de conflicto interno:
- Roma parecía en estos momentos más débil a los ojos de sus antiguos aliados de la Liga Latina y, de hecho, el enfrentamiento armado no se hizo esperar.
- Tarquinio, exiliado en Cumas, contaba aún con partidarios entre las clases sociales menos favorecidas. Los patricios tenían motivos sobrados para temer el retorno de la monarquía.
Pero esta situación pronto cambió. Tras la victoria romana sobre los latinos, Roma se reincorporó a la liga y su posición en el Lacio se hizo más sólida. Con la muerte de Tarquinio, los patricios respiraron de nuevo tranquilos; su actitud conciliadora del principio se tornó proclive a monopolizar de nuevo el poder. Es entonces cuando se hace evidente el enfrentamiento entre patricios y plebeyos.
Reivindicaciones de la Plebe
Reivindicaciones de carácter económico:
- El ager publicus: este territorio, propiedad del Estado, confiscado al enemigo después de la campaña militar, era monopolizado por las grandes familias patricias. Los plebeyos reclamaban su derecho de propiedad sobre parte de estas tierras, puesto que habían contribuido también en su conquista.
- Las deudas: la escasa fertilidad del suelo y el descuido de las labores agrícolas por parte de los campesinos obligaban a estos a contratar préstamos con los ricos propietarios. El deudor que no podía afrontar la devolución del préstamo perdía su tierra y quedaba vinculado al acreedor en una situación similar a la servidumbre. Los plebeyos reclamaban la abolición de la esclavitud por deudas.
Reivindicaciones de carácter político:
La élite plebeya, con su representación en los senadores conscripti, constituía una aristocracia de segundo orden, pues se les negaba el acceso al consulado, la magistratura suprema. Este hecho impulsó a los conscripti a ponerse a la cabeza de la lucha plebeya.
Todos estos problemas se agravaban con la situación crítica de los proletarii que, ante las dificultades en el abastecimiento del grano a consecuencia de las continuas guerras, sufrían largos periodos de hambre.
La plebe comenzó a adquirir conciencia de clase desde el momento en que vislumbró la existencia de unos objetivos comunes y de unos líderes a los que seguir. Según la tradición, en el año 494 a. C., tras regresar de una campaña y estando aún bajo las armas, la plebe se retiró al Monte Aventino.
Logros de la Plebe
- Creación de magistraturas exclusivas para los plebeyos (tribunos y ediles de la plebe).
- Creación de una asamblea plebeya (concilium plebis) para designar a sus magistrados y tratar los asuntos concernientes a la plebe.
- Dotación de un centro político, religioso y administrativo: el templo de la diosa Ceres, al pie del Aventino.
Ahora la plebe ya contaba con representantes propios:
- Tribunos de la plebe: su misión consistía en dar protección a los plebeyos contra el abuso de poder por parte de los magistrados; contaban con el derecho de veto.
- Ediles de la plebe: dos auxiliares de los tribunos; su misión era la administración y procurar el abastecimiento de grano.
Un éxito más de la plebe estribó en la redacción por escrito de las leyes, en el 450 a. C., llamadas las XII Tablas.
La Lex Canuleia derogó una ley de las XII Tablas que prohibía los matrimonios mixtos entre patricios y plebeyos. La élite plebeya podía ya emparentar y, así, trazar alianzas políticas con las familias patricias.
Problemas en el Interior y en el Exterior
Los problemas de los plebeyos seguían sin resolverse. Los tumultos por la cuestión de las deudas y por el reparto del ager publicus eran frecuentes. A la crítica situación interna se sumaba la amenaza de los pueblos procedentes de las montañas vecinas, ecuos y volscos, que intentaban ocupar tierras de la llanura del Lacio.
El ejército precisaba un mayor número de soldados y los senadores patricios, para evitar el veto al reclutamiento por parte de los tribunos de la plebe, optaron por acallarla repartiendo algunas tierras. De esta forma, conseguían también aumentar el número de combatientes.
La Liga Latina consiguió poner freno a la expansión de ecuos y volscos, que se vieron obligados a firmar la paz. Entretanto, Roma, independiente de la liga, había emprendido el asedio de Veyes, una importante ciudad etrusca. La conquista de Veyes supuso para Roma la adquisición de un fértil territorio que duplicó su extensión. Ya no había excusa para no repartir el ager publicus recién incorporado. La nueva distribución de tierras provocó cierta distensión social en Roma.
Pero la paz no había de reinar mucho tiempo: tribus celtas, conocidas más tarde como galos, descendían por los Alpes y ocupaban, tras un saqueo sistemático, la mayoría de las ciudades etruscas de la llanura del Po. En el 390 a. C., unos 30.000 galos llegaron al Lacio con el propósito de saquear la ciudad más rica y poderosa de la región: Roma. Tras siete largos meses de asedio y devastación, los galos se retiraron con un rescate de mil libras de oro pagado por los romanos.
La ciudad había sufrido cuantiosos daños y la depresión económica se abatió sobre ella. Los plebeyos tuvieron que contribuir con medios económicos y humanos al levantamiento de un muro defensivo y a los trabajos de reconstrucción, y soportar los reclutamientos necesarios para hacer frente al peligro, mientras los campos quedaban abandonados.
El Final de la Lucha Patricio-Plebeya
Los tribunos C. Licinio y L. Sextio fueron reelegidos durante diez años consecutivos hasta que, finalmente, en el 367 a. C., consiguieron que uno de los cónsules fuera, a partir de entonces, plebeyo y que el reparto del ager publicus beneficiara a un mayor número de ciudadanos.