Poesía Barroca
La poesía barroca continuó los modelos temáticos y formales del Renacimiento. Sus rasgos más destacados son la notable variedad genérica y estilística, la diversidad de registros en el lenguaje y la muestra del ingenio mediante recursos expresivos.
Los temas utilizados son los más importantes de la época anterior (Renacimiento), tratados desde la seriedad, la burla o la parodia:
- Amor: continuó la línea del petrarquismo, el amor como una pasión enfermiza y contradictoria (amor del amante, indiferencia y belleza de la amada), también pervivió la concepción neoplatónica.
- Realidad social: crítica de tipos y costumbres por medio de la sátira.
- Religión: donde prevaleció la idea del arrepentimiento y el lamento por los pecados cometidos.
- Ideas filosóficas: donde esta poesía aborda la idea del hombre como un ser sometido al paso del tiempo y la muerte como fin.
La poesía barroca se caracterizó por una gran variedad formal, desde los registros más cultos del lenguaje hasta los más vulgares. Surgieron nuevas formas poéticas: silva, letrilla y, sobre todo, los romances (romancero nuevo s. XVII).
El rasgo formal más destacado es el concepto o metáfora violenta, que relaciona dos elementos extraños entre sí (ej: enramar la frente). Además, la poesía barroca está plagada de recursos expresivos: hipérbaton, hipérbole, juegos de palabras, cultismos, paradoja…
Luis de Góngora
El más característico de los poetas barrocos, practicó con idéntica habilidad la poesía popular y otra cuyos extremos cultistas provocaron tanta admiración como desprecio entre sus contemporáneos. Refleja un uso magistral del léxico y la sintaxis.
Obra poética:
- Letrillas y romances: trató temas diversos: romances (moriscos, pastoriles…), caricatura y sátira de costumbres de la época, espirituales (devoción mariana), amoroso y cortesano. Destaca la extensión de algunos romances (“Fábula de Píramo y Tisbe”)
- Sonetos: es la composición breve más utilizada por Góngora, pues la versatilidad de esta forma la hacía adecuada para cualquier tema.
- Soledades: (1613), iban a ser cuatro, referidas a las edades del hombre: adolescencia, juventud, madurez y vejez, pero solo escribió la 1ª y dejó inacabada la 2ª. Ambas composiciones son dos extensas silvas, su fuerza reside en los elementos líricos y en la abundancia de recursos cultistas.
- Fábula de Polifemo y Galatea: (1613) Góngora relata en octavas reales el amor del cíclope Polifemo por la ninfa Galatea, enamorada del pastor Acis. El cíclope, celoso, lo mata con una roca, y los dioses transforman a Acis en río. Hay en la obra una constante oposición entre lo grotesco y la belleza.
Referente a su estilo, Góngora abogó por la complicación estilística, que, según él, elevaba el lenguaje a la categoría de arte. Evita expresiones gastadas por la repetición del modelo renacentista, usando el hipérbaton y la perífrasis alusiva.
Francisco de Quevedo
De todos los poetas barrocos, Quevedo es el más versátil en el tono: abarca desde la sátira hiriente hasta la reflexión religiosa. Su obra lírica está dispuesta en cancioneros, manuscritos y algunas compilaciones (como “El Parnaso español”):
- Poemas amorosos: poesía de corte petrarquista donde destacan los poemas del ciclo “Canta sola a Lisi”. Lo más característico de estos poemas es la unión amor-muerte.
- Poemas satíricos y burlescos: abordó la sátira social en sonetos, romances y letrillas. El estilo humorístico de estas composiciones, insultantes, revela prejuicios muy comunes en la época (xenofobia…). Objeto especial de su burla fueron la mitología y los estilos literarios como el gongorismo.
- Poemas religiosos: están marcados por el arrepentimiento de su vida pasada, en la que destaca la figura de Cristo.
- Poemas metafísicos: son de contenido filosófico donde Quevedo parte de una concepción neoestoica y cristiana de la vida, pero se detiene en reflejar su fugacidad (pesimismo).
- Poemas morales: donde se critican los males de la época.
En lo referente al estilo, Quevedo tomó partido por Lope y atacó a Góngora, reivindicando la poesía renacentista. Los recursos de oposición constituyen una constante en la poesía de Quevedo: oxímoron, antítesis y paradoja, también los juegos de palabras.
Teatro Barroco
Comedia Nacional en el siglo XVII
Se consolidó la Comedia Nacional, la cual fue creada por Lope de Vega y desarrollada hasta su agotamiento por otros dramaturgos (destaca Calderón de la Barca). Estas obras de la Comedia Nacional se representaron en los corrales de comedias, a los que acudía un público variopinto.
Los principales rasgos de la Comedia Nacional son: mezcla de lo trágico y lo cómico, unidades dramáticas (unidad de: tiempo, lugar y acción) y división del drama (exposición, nudo y desenlace). También se da un decoro dramático, que consiste en la adecuación de la conducta y del lenguaje de los personajes a las convenciones del papel social que representan (se relaciona con la verosimilitud) y así lo exigió Lope en sus obras.
Dentro de los temas se mencionan dos tipos: la honra y las acciones virtuosas (aunque en las comedias aparecían muchos más). En cuanto a los personajes, se definen por su sexo y su papel social más que por su personalidad. Tipos básicos: dama, galán, poderoso, viejo, gracioso y criada.
Lope de Vega
Además de cultivar con gran acierto la lírica y la narrativa, creó como dramaturgo la Comedia Nacional. Fue un escritor muy prolífico, pero sus orígenes humildes y su escandalosa vida le impidieron llegar a ser un dramaturgo fijo de la corte.
Las obras de Lope se caracterizan por la mezcla de lo culto y lo popular. Lope, consciente de la pluralidad de receptores que asistía a los corrales, buscó satisfacer a todos por distintos medios: por las acciones, al vulgo, y por sus versos, a los espectadores cultos.
Sus principales obras dramáticas son: Fuenteovejuna, El caballero de Olmedo, Peribáñez y el comendador de Ocaña, La dama boba.