La Poesía Española Después de 1936
El año 1936 fue muy importante para la poesía española. Antonio Machado publica la cuarta edición de sus “Poesías completas”, Lorca escribe buena parte de sus “Sonetos del amor oscuro”, Salinas publica “Razón de amor”, Cernuda, “La realidad y el deseo” y Miguel Hernández, “El rayo que no cesa”. Cuando la generación del “segundo Siglo de Oro” de la literatura española está produciendo una obra poética de excelente calidad, el 18 de julio de 1936 estalla la Guerra Civil y la brillante trayectoria de nuestras letras se trunca irreparablemente. En los años 40, con el exilio de sus mayores, los jóvenes literatos quedaban huérfanos, sin modelos ni maestros, y afrontaban la creación literaria sometidos a la arbitrariedad de la censura.
Miguel Hernández
Convirtió su poesía y su obra dramática en un arma de combate. En el 36 publica “El rayo que no cesa”, que expresa el dramatismo del amor y la fuerza vital que choca contra una serie de barreras. También canta a la amistad en la “Elegía a Ramón Sijé” en tercetos encadenados. Más tarde escribe Viento del pueblo, con el que se incorpora a la poesía comprometida. “El hombre acecha” es un poemario lleno de dolor y melancolía. Es detenido y encarcelado al acabar la guerra. En el calabozo compone “Cancionero y romancero de ausencias”, que expresa los sentimientos del prisionero, el amor por su esposa y su hijo que frustra la privación de libertad del poeta.
La Poesía Existencial
En los años 40 nos encontramos con poetas que suelen ser agrupados bajo el rótulo de generación del 36 o generación escindida. Son poetas que padecieron la guerra civil y que siguieron diversos caminos que se pueden reducir a tres:
La poesía del exilio
La escriben los poetas que tuvieron que partir camino del exilio, después de la guerra civil. El tema más común es España, a la que se refieren con tonos cargados de angustia y de añoranza por volver a la patria perdida. Un poeta importante es León Felipe, conocido por sus versos arrebatados y poderosos, escritos en versículos paralelísticos. Habla de la mísera condición humana, de la dictadura, de la injusticia, de la guerra…
La poesía arraigada
Sería la de aquellos autores que han salido de la guerra con un afán optimista de claridad, perfección y orden. Pertenecen a la derecha y en formas clásicas encierran una visión del mundo coherente y serena. Un tema importante es el sentimiento religioso, junto con temas tradicionales como el amor, el paisaje… Se agrupan en torno a las revistas Escorial y Garcilaso. Pertenecen a este grupo poetas como Luis Rosales con “La casa encendida”, Leopoldo Panero con “La estancia vacía”, y José García Nieto.
La poesía desarraigada
Es una poesía arrebatada, con tono trágico, que se enfrenta a un mundo deshecho y caótico, invadido por el sufrimiento y la angustia. Sus poetas se agrupan en torno a la revista Espadaña. Pretenden llegar a la inmensa mayoría, y junto a los temas de la época (amor, naturaleza y Dios) añaden los problemas sociales y del yo. A este grupo pertenecen poetas como Dámaso Alonso, con “Hijos de la ira”, Carlos Bousoño, Victoriano Crémer, Gabriel Celaya o Blas de Otero.
La Poesía Social
Después de la poesía de temática existencial durante los años 40, se da paso en los años 50 al compromiso ideológico. La poesía ahora se percibe como instrumento para cambiar el mundo. Es una poesía que se centra en el tema de España, tema obsesivo y con un enfoque político. Dentro de la preocupación por España se sitúan temas como la injusticia, en el deseo de libertad. En cuanto al estilo, los poetas se dirigen a la mayoría.
Gabriel Celaya
Es el autor más importante, empezó su carrera poética como surrealista, antes de la guerra. Después cogió una postura existencialista, escribiendo “Tranquilamente hablando”, “Las cartas boca arriba” y “Cantos iberos”. Para Gabriel la poesía es el instrumento que servirá para cambiar el mundo.
Blas de Otero
Es uno de los más importantes de la poesía social pero también de la poesía del desarraigo; “Ángel fieramente humano” y “Redoble de conciencia”, que funde después en el volumen “Ancia”. También destacamos a José Hierro con “Cuanto sé de mí”.
Claudio Rodríguez
Es de los mejores representantes del nuevo lirismo castellano. Para él la poesía es un modo peculiar de conocimiento. Parte de realidades inmediatas, pero las trasciende para alzarse a un plano simbólico. Su estilo es sobrio, y gusta de emplear endecasílabos, que aporta ritmo y musicalidad a las composiciones. Su obra es una unión entre realidad y subjetividad. Claudio no se inició en la poesía social como otros autores. Manifiesta en sus obras una búsqueda estética, una preocupación por la construcción formal del poema que viene acompañada por una vuelta a la expresión de la subjetividad del poeta.
Se caracteriza:
- porque su poesía no es solo comunicación
- su finalidad es sobre todo estética.
- Claudio abandona la limitación temática que imponía la poesía social y recupera los temas vinculados a la experiencia personal: las anécdotas de la vida cotidiana, los recuerdos de la infancia…
- Destaca el marcado tono exclamativo, admirativo o interrogativo.
- Claudio muestra una preocupación por la forma.
- El verso largo hace propicia la reflexión y el recogimiento interior, la meditación y el vuelo de la imaginación poética.
Obras
Don de la ebriedad
Canto de exaltación juvenil, su tema es la emoción que el paisaje suscita en el yo lírico. Esta visión hace que comprenda mejor el amor, la claridad y la naturaleza de la creación poética.
Conjuros
Se ve un cambio en la actitud del poeta. La evocación de cosas cotidianas, nos lleva al mundo trascendental de las verdades universales. Junto al tono exclamativo predominante, aparecen una meditación y reflexión que no tenía en su obra anterior.
Alianza y condena
Es un libro marcado por la añoranza de la tierra y el pasado. Sus temas centrales son la necesidad de la verdad, su naturaleza real y los instrumentos para buscarla, poseerla y ocultarla.
El vuelo de la celebración
En este poemario, de tono más meditativo y grave que el resto de su obra, el yo lírico se interroga sobre el valor liberador del amor carnal y la muerte.
Los Novísimos
En los años finales de la década de los 60 aparece una poesía de corte surrealista, influida por la obra de Aleixandre. Su nacimiento lo marcan: “Arde el mar” Pere Gimferrer; “Una educación sentimental” Manuel Vázquez Montalbán y “Dibujo de la muerte” de Guillermo Carnero.
Características
- Tienen un rechazo por la poesía social.
- Defienden la autonomía de la creación poética, y la importancia de la forma sobre el contenido.
- Son poetas cultísimos que citan constantemente autores, movimientos, ciudades…Recuperan el Surrealismo en sus poemas.
- Su temática se centra en lo personal, junto a lo público.
- La renovación del lenguaje poético es su objetivo principal.