La Poesía Española de 1939 a 1975: Evolución y Tendencias

La Poesía Española de 1939 a 1975

Tras la sombra de la Generación del 27, que supuso un hito en la literatura española del siglo XX, la lírica española sufre un corte profundo en su evolución. Sin embargo, este corte no fue tan drástico debido a:

  1. Dos jóvenes poetas del 27, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre, se convierten en modelos para los escritores jóvenes.
  2. Continúa una línea de rehumanización ya iniciada con el surrealismo.
  3. En la década de los 20 aparecen autores que siguen con experimentos vanguardistas (Gloria Fuertes).
  4. Poetas que continúan en la línea de Juan Ramón Jiménez o Luis Cernuda.
  5. Poetas de la posguerra que inmediatamente se dan a conocer: Leopoldo Panero, Luis Rosales.

1. Poesía en el Exilio

En el exilio continúan escribiendo poetas consagrados, como Juan Ramón Jiménez y casi todos los del 27. Muchos de ellos escribirán sus últimas obras y morirán fuera de España, como es el caso de Luis Cernuda (Las nubes), Jorge Guillén (Clamor), Rafael Alberti (Poemas del destierro y la espera). Volverán a España tras la muerte de Franco. En sus poemas aparecen temas como la crisis de identidad, búsqueda de las raíces, el recuerdo, la nostalgia de la juventud y de España, reflexión de la existencia humana y la realidad. Otros poetas exiliados son: Juan Rejano, Juan Gil-Albert, Arturo Serrano, Luis Rius, cuyas obras son prácticamente desconocidas en España.

2. Poesía Existencial: Años 40

Dámaso Alonso distingue dos líneas fundamentales: poesía arraigada y poesía desarraigada.

2.1 Poesía Arraigada

También llamada garcilasista, recoge autores de la Generación del 36. Para Dámaso Alonso, esta sería la poesía de aquellos autores que se expresan con luminosidad, comparten rasgos renacentistas, reflejan la perfección moral y tratan temas clásicos como el amor y la naturaleza. El fundador es José García Nieto, al que se añadirán nombres importantes como Luis Rosales y Leopoldo Panero.

2.2 Poesía Desarraigada

Recoge el sentir de aquellos poetas que ven el mundo como un caos lleno de angustia y a la poesía como la única forma de ordenación. La obsesión con la muerte y la angustia vital se plasman en obras como Cancionero y romancero de ausencias, que expresa el dolor por las diferentes ausencias que siente en su vida. En esta época muere Miguel Hernández, gran poeta del siglo XX.

3. Poesía Social: Años 50

Los escritores empiezan a defender la cotidianidad, como Vicente Aleixandre en Historia del corazón y Gabriel Celaya en Cantos iberos. También en la poesía de Blas de Otero se aprecia una superación de la etapa anterior con obras como Pido la paz y la palabra. El poeta ya no se cuestiona el abandono de Dios, sino que se solidariza con el resto de las personas.

4. La Generación del 50: Años 60

Surge una nueva generación, la de los que vivieron la Guerra Civil, que unos llaman del medio siglo y otros Generación del 50. Hablamos de autores como Ángel González, José Ángel Valente, María Victoria Atencia, Gloria Fuertes, Claudio Rodríguez. Comparten algunos rasgos de estilo como el tono conversacional o la presencia de anécdotas cotidianas y de la experiencia personal. Los temas son intimistas, cotidianos, la soledad… José Ángel Valente destaca por Poemas a Lázaro, Ángel González por Palabra sobre palabra.

5. Los Novísimos: Años 70

Reúnen un grupo de autores nacidos entre 1939 y 1948 preocupados por la forma y con ansias de libertad formal absoluta. Manuel Vázquez Montalbán y Pere Gimferrer, entre otros, usan técnicas como el collage, incorporan citas de otros autores, letras de canciones, recortes de periódicos. Introducen elementos exóticos y artificiosos, temas orientales, ciudades desconocidas.

6. Claudio Rodríguez

Su primera obra, Don de la ebriedad (1954), le permitió conocer a Vicente Aleixandre. Esta obra supuso el principio de una poética con sentimientos, conceptos y sensaciones en un todo simbólico. Su segundo libro, Conjuros, insiste en el vitalismo y en su deseo de identificarse con las cosas sencillas y reconocerse en ellas, en la búsqueda de armonía personal.

Como ya hemos mencionado, su primer libro es una obra precoz. La poesía es un don y la ebriedad es un estado de entusiasmo, de inspiración, de éxtasis para el poeta, que se entusiasma ante la naturaleza en una experiencia próxima a la mística. Conjuros continúa la experiencia de armonía con la naturaleza del libro anterior, pero con diferencias como el uso del verso libre, las imágenes más pegadas a la tierra zamorana, donde predomina una dimensión trascendente. En Alianza y condena (1965) comienza a predominar la idea de la búsqueda del conocimiento. Claudio Rodríguez publica en 1991 Casi una leyenda, donde trata el tema del destino final.

El estilo de su poesía se caracteriza por la brillantez y la meticulosidad. Tras su muerte, su poesía no ha perdido vigencia, sino todo lo contrario.

7. Conclusión

La poesía española ha vivido desde 1939 a 1975 uno de sus periodos más cambiantes e intensos. Ha tenido que asimilar la desaparición de grandes artistas, el exilio de otros tantos y la recuperación de la normalidad literaria en un país.