La NEP una nueva política económica
Como consecuencia de la guerra civil y del comunismo de guerra, la economía soviética se hundió y el desabastecimiento de las ciudades se hizo general y en marzo de 1921 se rebeló la marinería del puerto de Kronstadt. Ello hizo que el propio Lenin propusiese una reforma de la economía que permitiese mejorar las condiciones de vida de la población y vencer las resistencias al proceso revolucionario. Nueva Política Económica (NEP) representaba dar marcha atrás algunas de las grandes decisiones anteriores como la fulminante desaparición de la propiedad privada y el control estatal de la industria y la agricultura. La NEP significaba la implantación de una economía mixta en la que algunos sectores socializados convivirían con un retorno a la economía de mercado, que permitiría la pequeña propiedad y los intercambios privados. En 1926 la economía soviética había superado los niveles anteriores a la gran guerra. Pero la vuelta al mercado hizo subir los precios y las diferencias entre precios agrarios e industriales volvieron a originar problemas de acaparamiento y desabastecimiento de las ciudades. La nueva política económica reforzó el enfrentamiento interno entre las tendencias que defendían el mantenimiento de una economía mixta, y las que propugnaban la rápida socialización de la propiedad, la producción y la distribución de bienes.
De Lenin A Stalin
El triunfo de la revolución soviética despertó un gran entusiasmo entre el proletariado de todo el mundo y mostró un modelo a seguir. En función de ello, los bolcheviques pensaron que había llegado el momento de reorganizar a nivel mundial el movimiento socialista y las agrupaciones que lo representaban: los partidos socialistas y la Segunda Internacional.
La Creación de la Tercera Internacional
Los revolucionarios rusos consideraban que los partidos socialistas se habían alejado de las propuestas revolucionarias para acomodarse a la democracia burguesa y transformarse en partidos reformistas. Su objetivo inmediato era preocuparse tan solo de la mejora de las condiciones políticas y sociales de la clase obrera. Ante esto, los bolcheviques defendieron la necesidad de renovar el marxismo creando partidos dispuestos a liderar la revolución obrera tal como se había hecho en Rusia. Así propusieron la fundación de una nueva internacional obrera que agrupara a los partidos obreros verdaderamente revolucionarios. En consecuencia la Tercera Internacional conocida como la Komintern que hizo un llamamiento a todos los partidos socialistas para abandonar la Segunda Internacional y adherirse a la nueva internacional revolucionaria. Esta propuesta produjo divisiones en el seno del socialismo mundial entre los partidarios de la adhesión y los que se oponían en ella. La fractura se hizo más evidente cuando se aprobaron las 21 condiciones que debían cumplir los partidos que quisieran adherirse. Entre ellas se explicitaba la necesidad de expulsar a los dirigentes reformistas y aceptar plenamente las concepciones socialistas y revolucionarias del bolchevismo. Las 21 condiciones provocaron la escisión de muchos partidos socialistas dando lugar al nacimiento de los partidos comunistas. La Komintern estableció su sede en Moscú y los comunistas del mundo quedaron obligados a seguir estrictamente sus acuerdos y disposiciones. Estos partidos tenían que responder a una nueva concepción del marxismo: el leninismo.
La Expansión de la Revolución Comunista
Lenin y Trotsky creían que la revolución soviética no podría consolidarse si no se extendía a otros países del mundo. El intento más importante de insurrección revolucionaria se produjo en Alemania en 1919 por obra del grupo de los espartaquistas, un ala radical de la socialdemocracia alemana. Su objetivo era conseguir el poder y crear un régimen comunista. También en 1919 se produjo una revolución en Hungría que impuso un efímero sistema comunista dirigido por Kun. Aunque ambas revoluciones fracasaron, la revolución soviética hizo crecer los anhelos revolucionarios en toda Europa, donde se crearon partidos comunistas en la mayoría de los países. Uno de los objetivos primordiales de la revolución soviética, su expansión a otros países del mundo parecía muy difícil de cumplir a corto plazo.
La Muerte de Lenin y la Disputa por el Poder
En 1924 murió Lenin. El vacío del poder desencadenó rápidamente una lucha entre los dirigentes del partido bolchevique, conocida como el gran debate que se desarrolló entre 1924 y 1928 en diversos frentes por la jefatura del partido, por el poder en el Estado soviético y por la dirección y orientación de la revolución. El debate se polarizó en torno a dos figuras: Trotski y Stalin. Trotski y sus aliados representaban el ala más radical del partido que defendía el abandono de la NEP, impulsar las colectivizaciones, extender la revolución en Europa, la llamada revolución permanente y promover un funcionamiento más democrático del partido. Stalin representaba las posiciones más conservadoras: proponían continuar con un sistema de economía mixto, construir el socialismo en un solo país y reservar las decisiones políticas a los dirigentes del PCUS. En 1927 Stalin consiguió hacerse con el poder. El resultado fue la orientación de la revolución hacia el establecimiento de un poder autoritario en manos de un verdadero dictador, un centralismo absoluto y la dificultad extrema de seguir cualquier vía de participación democrática en la revolución. Stalin optó por poner fin a la economía mixta (NEP) y forzar la colectivización de toda la propiedad persiguiendo a todos aquellos que se le resistían. Stalin acabó con todos sus opositores expulsándolos del país o condenándolos a muerte tras ser juzgados. Más tarde se convirtió en una verdadera dictadura basada en el poder absoluto de Stalin dentro del PCUS y del Estado.
Los Comienzos del Estalinismo
Stalin se hizo con un poder absoluto y sembró el terror dentro del partido y de toda la URSS. Además intentó desarrollar su idea de socialismo en un solo país lo cual implicaba una acelerada industrialización de la Unión Soviética basada en la planificación económica y el predominio de la industria pesada.
Stalin Dueño del Poder
El sistema estalinista impuso la primacía absoluta de la ideología comunista dentro del Estado y la sociedad soviéticas. El partido comunista no permitía el debate sino que exigía la sumisión de todos sus miembros a la línea oficial. Stalin ejerció una dictadura personal apoyada en los resortes del partido comunista. Stalin se sirvió de la burocracia para fortalecer el partido y el Estado creando una nueva clase social privilegiada: la nomenklatura. Formaban parte de la nomenklatura los planificadores de la economía, directores de empresas, gerentes de las cooperativas agrarias, arquitectos responsables de las obras públicas y un sinfín de dirigentes del partido vinculados a la organización y administración del Estado. Estas élites tenían acceso a prebendas que resultaban inasequibles a la mayoría de la población. Este grupo fomentó la creación de numerosos vínculos de clientelismo dentro del PCUS. El pensamiento socialista se redujo a una serie de dogmas y se propició el culto a la personalidad de Stalin que era venerado como líder y gran benefactor de la URSS. El llamado realismo socialista se convirtió en el arte oficial de la Unión Soviética. A partir de 1934 se prohibió el arte vanguardista de los primeros años de la revolución y se impuso una estética que exaltaba el trabajo y la solidaridad del régimen comunista.
La planificación y colectivización de la economía
La política de Stalin se orientó hacia la construcción de una sociedad sin propiedad privada a partir del control de todos los medios económicos por parte del Estado. El control estatal pasó por una rígida planificación de la economía. Su objetivo era doble: convertir a la URSS en un país plenamente industrial y hacer de su sector agrario un extraordinario núcleo de producción. Los objetivos lanzados por la planificación raramente se conseguían y los resultados acostumbraban a situarse por debajo de lo esperado. El primer plan quinquenal 1929-1933. Durante el primer plan en las ciudades fueron colectivizados los bienes inmuebles, los transportes y los instrumentos financieros. Toda la industria fue socializada y también se pretendió suprimir la economía de mercado y distribuir los recursos desde el Estado. La colectivización masiva de la agricultura 1929, cuando en las grandes zonas cerealistas del país como Ucrania los campesinos fueron instados a agruparse en granjas colectivas y estables. Los capitales para el crecimiento industrial se extrajeron de la agricultura, la minería y otras actividades primarias, lo que generó una importante desigualdad entre la ciudad y el campo. La agricultura fue uno de los puntos débiles de la economía y había periodos de escasez en el suministro de alimentos y la sociedad soviética a menudo se encontró privada de productos básicos. En consecuencia, el nivel de vida de la población no mejoró. La planificación comportó la industrialización de la URSS y transformó rápidamente la estructura del país. La producción industrial creció (hierro y acero) así como la producción de energía (carbón e hidroelectricidad) y la construcción de infraestructuras (ferrocarril). A finales de la década de 1930 la URSS se había situado entre las grandes potencias industriales del mundo.