Tras la muerte de Franco, comienza una época de mayor libertad intelectual en comparación con el momento anterior, lo que permite el descubrimiento de la literatura occidental. Sumado a la desaparición de la censura, esto supuso la publicación de obras prohibidas, expurgadas o inéditas, y la recuperación de los autores exiliados.
La novela española contemporánea tiene una serie de rasgos característicos que la definen. Por un lado, tiene un carácter aglutinador, lo que provoca que se acoja a la mayoría de tendencias extranjeras. Además, rige la individualidad en los escritos, al poseer cada escritor un estilo propio. Por otro, se rechaza la literatura testimonial, pero en su defecto, se desarrolla la escritura autobiográfica, alternando entre conciencia y subconsciencia, buscando en el pasado para dar sentido al presente. En relación con la estética, predomina la linealidad de los escritos, estructurados en capítulos o secuencias. Se emplea el narrador omnisciente, que puede llegar a participar en los acontecimientos. Además, priman los finales cerrados a los abiertos y el espacio cobra mayor protagonismo dentro de la obra.
En esta época conviven cuatro grupos de autores:
- Los novelistas de posguerra, destacando **Miguel Delibes**, **Camilo José Cela** y **Torrente Ballester**.
- Los novelistas de la generación del medio siglo, en donde se encuentran autores de la talla de **Marsé**, **Goytisolo** o **Martín Gaite**.
- Los autores de las generaciones del 68 y 75, en donde destacó la novela experimental e intelectual, de la mano de escritores como **Eduardo Mendoza**.
- Una gran parte de los autores que desarrollaron la novela contemporánea, se dieron a conocer tras el fin del franquismo, como por ejemplo: **Llamazares** o **Luis Landero**.
El auge de la comunicación y la generalización de la cultura aumentan el número de lectores que demandan una novela entretenida, por lo que la literatura se transforma para llegar al mercado. Además, a raíz del fin del régimen, y por lo tanto de la censura, aparecen nuevas corrientes narrativas tales como:
Novela policiaca y de intriga: Consiste en relatos ambientados en los bajos fondos urbanos y cuyos argumentos están llenos de violencia y sordidez moral. Sobresalen autores como **Vázquez Montalbán** con la creación del detective Pepe Carvalho, el cual aparece en más de una veintena de obras como *“Los pájaros de Bangkok”*, además de **Eduardo Mendoza**, con *“El laberinto de las aceitunas”*.
Novela histórica: Se trata de escritos en donde se recrean diversas épocas y momentos históricos, como puede ser la Edad Media o la Guerra Civil Española. Este subgénero es desarrollado por una amplia mayoría de autores como **Miguel Delibes** con *“El hereje”*, **Torrente Ballester** con *“Crónica del rey pasmado”* o **Julio Llamazares** con *“Luna de Lobos”*.
Novela sentimental y erótica: En reacción contra los tabúes del régimen franquista, empiezan a aparecer novelas de temas amorosos con un importante contenido erótico, en donde destaca la obra *“Octubre, Octubre”* de **José Luis Sampedro** o *“La regla de tres”* de **Antonio Gala**.
Novela lírica: Este subgénero novelístico se basa en la subjetividad del autor y en el cuidado del estilo, que se acerca al lenguaje de la poesía. Por ende, autores experimentales como **Javier Marías** y **Julio Llamazares** encontrarán en este el subgénero a desarrollar, con obras como *“Mañana en la batalla piensa en mí”* y *“La lluvia amarilla”*, respectivamente.
Novela realista: Se trata de escritos cuyos autores se centran en narrar una trama de la forma más veraz posible. En esta destacan autores como **Manuel Longares** o **Rafael Chirbes** con *“La larga marcha”*. Relacionado con esto, merecen crédito las novelas que describen de forma realista la vida de los jóvenes urbanos con obras tan controvertidas como *“Historias del Kronen”*.
Metaficción: Este tipo de subgénero novelístico consiste en la narración del proceso de narración y sobresalen autores como **Carmen Martín Gaite** con *“El cuarto de atrás”* y **Juan José Millás** con *“El desorden que dejas”*.
Microrrelato: Consiste en narraciones muy breves en los que la extremada condensación hace que sea tan importante el contenido que está presente como el que sugiere. Destacan autores como **José María Merino** o **Hipólito G. Navarro** con la obra *El dinosaurio*, que dice así: “El dinosaurio estaba ya hasta las narices.”
El éxito de todos estos subgéneros permite hablar de un boom de la narrativa española desde los años 80 y aunque quizá no se tenga aún perspectiva suficiente para juzgar su calidad, la nómina de autores de talento es amplia, como se ha podido observar a lo largo de la exposición.