1. LA NOVELA DURANTE LA DICTADURA
Guerra Civil, corte drástico en la vida cultural española. Dictadura, anulación de las libertades básicas y establecimiento de la censura. Aislamiento internacional. Marcha al exilio de muchos escritores e incomunicación de la los nuevos novelistas con sus predecesores. Alejamiento inicial de los caminos de la narrativa occidental contemporánea.
Años 60: inicio del proceso de normalización (hasta la llegada de la democracia).
2. LA NOVELA EN LOS AÑOS CUARENTA
1936-39: hechos de la Guerra Civil. A sangre y fuego: héroes, bestias y mártires de España (Manuel Chaves Nogales); Madrid, de corte a checa (Agustín de Foxá). Crónicas desde la perspectiva del bando sublevado.
’40: exaltación del ejército sublevado, proclamación del ideario falangista, rencor y violencia de sus oponentes. Javier Mariño (Gonzalo Torrente Ballester), Frente de Madrid (Edgar Neville).
Novela existencial
Realidad asfixiante, sensación de fracaso.
Nada (Carmen Laforet): Andrea se instala en casa de sus tíos en Barcelona para estudiar en la universidad; el progresivo desencanto la empuja a volver a Madrid.
La sombra del ciprés es alargada (Miguel Delibes). Novela tremendista
Manifestación extrema de la novela existencial. Atrocidad y violencia.
La familia de Pascual Duarte (Camilo José Cela): Pascual, condenado a muerte, narra su vida en 1a persona tratando de justificar sus críMenes. Visión fatalista, determinista, de la existencia.
3. LA NOVELA EN LOS AÑOS CINCUENTA
Neorrealismo, objetivismo, Realismo crítico, Realismo social, novela social.
Testimonio crítico de la sociedad española. Desplazamiento del centro de gravedad de lo individual a lo colectivo, incardinación en la tradición literaria del Realismo.
La colmena (Camilo José Cela, Nobel en 1989)
Prohibida en España durante años.
Vida cotidiana en Madrid durante dos días de Diciembre de 1942.
– Protagonismo colectivo: rutinas y miserias cotidianas de una multitud de personajes (en torno a 300, en su mayoría de clase humilde o de una burguésía con escasos recursos) que luchan por sobrevivir en un entorno de soledad y frustración (ciudad = colmena).
– Fragmentarismo y técnica del contrapunto: 215 fragmentos separados por espacios en blanco y estructurados en seis capítulos en los que se desarrollan líneas argumentales simultáneas. El narrador, en 3a persona, irrumpe a veces eb 1a persona, como si se tratara del autor.
Temas:
Valor instrumental de la literatura: reflejo de las circunstancias sociohistóricas para
transformar la sociedad (noción de compromiso formulada por Jean-Paúl Sartre).
Falta de libertad, injusticias sociales, penosas condiciones de vida de la gente común. Punto de vista crítico, que oscila entre la denuncia explícita y una actitud más neutral, documental.
Técnicas narrativas
Objetivismo: descripción de la realidad de manera imparcial, como la grabación de una cámara cinematográfica, por medio de un narrador en 3a persona que se limita a registrar los diálogos de los personajes y a mostrar sus comportamientos.
Relación con el neorrealismo cinematográfico italiano (Vittorio de Sica, Roberto Rossellini, Federico Fellini). En España (Juan Antonio Bardem, Muerte de un ciclista) se caracteriza por la desnudez formal y por la voluntad de contribuir a la transformación de las estructuras sociales.
Autores y obras
Generación de Medio Siglo. Dos grupos:
– Compromiso social y político explícito.
Realismo social (Jesús López Pacheco, Central eléctrica).
– Preocupación por la construcción narrativa y las cualidades estéticas. Ausencia, en general, de una voluntad explícita de denuncia. Ana María matute, Los Abel; Ignacio Aldecoa, El fulgor y la sangre; Carmen Martín Gaite, Entre visillos; Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama (historia de once jóvenes madrileños que disfrutan de un día festivo en el río Jarama; España rural y urbana, joven y adulta; extensos diálogos, casi siempre intrascendentes, que reflejan el habla real de la época; tedio y falta de inquietudes de los protagonistas).
4. LA NOVELA EXPERIMENTAL
Carácterísticas
Principios años 60: hartazgo de la novela social, necesidad de normalizar o poner al día la narrativa española con respecto a la literatura europea, hispanoamericana y norteamericana.
– El arte no debe supeditarse a la política: la función principal de la novela no es dar testimonio de la injusticia social ni promover la transformación de la sociedad.
– La realidad no son tanto los hechos como su representación en la conciencia del sujeto; el discurso (cómo se narra) cobra más importancia que la historia (qué se narra). Es necesario conferir un rango artístico a la prosa narrativa.
– Análisis de la realidad española a través del prisma de personajes fuertemente individualizados, sumidos, a menudo, en una crisis de identidad (Pedro, en Tiempo de silencio), cuyos conflictos psicológicos o existenciales se sitúan en primer plano. Subjetividad, monólogo interior combinado con un tú autorreflexivo.
– Desaparición del capítulo como unidad estructural básica, sustituido por la secuencia o por el párrafo extenso o ininterrumpido, que sugieren el carácter fragmentario de los recuerdos o bien el flujo continuado de la vida o del pensamiento.
– Creación de espacios simbólicos o míticos.
– Inclusión de materiales diversos (informes de la policía, rótulos, anuncios,
esquelas, citas o referencias culturales, poemas en un idioma inventado,
esquemas o diagramas…).
– Empleo de técnicas narrativas de carácter experimental: desorden cronológico,
que convierte las novelas en puzles que el lector debe completar; licencias
ortográficas y tipográficas.
– Voluntad de renovación estilística: estilo barroquizante, muy elaborado o deliberadamente hermético.
Principales novelas experimentales
Novelistas de la 1a promoción de posguerra: Camilo José Cela (San Camilo, 1936; Oficio de tinieblas, 5), Miguel Delibes (Cinco horas con Mario, Los santos inocentes), Gonzalo Torrente Ballester (La saga/fuga de J.B.)
Autores cuyas primeras obras se inscriben en la novela social: Juan Goytisolo (Señas de identidad), Luis Goytisolo (Antagonía), Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa, Si te dicen que caí).
– Tiempo de silencio (Luis Martín Santos): en el Madrid de posguerra Pedro, un prometedor médico que investiga el cáncer en las ratas que le trae su ayudante de una barriada de chabolas, se ve involucrado en un aborto clandestino. Detenido, pierde su puesto e inicia una relación con Dorita, hija de la dueña de la pensión donde se hospeda. Cartucho, el novio de la chica que murió en el aborto, en venganza acuchilla a Dorita en una verbena. Pedro emprende una existencia anodina como médico de provincias.
El fracaso vital de Pedro representa la claudicación de todo el país, abocado a aceptar con resignación el opresivo y mediocre “tiempo de silencio” (subdesarrollo, retraso de la ciencia, hipocresía, deseo de medrar de las clases medias, ausencia de moral).
Influencias: novela del 98, novela experimental europea y norteamericana (Joyce, Woolf, Faulkner).
Deseo de renovación estilística: empleo de abundantes recursos estilísticos (metáforas y símiles sorprendentes, hipérboles, hipérbatos…), léxico inusual (terminología científica, neologismos, cultismos), secuencias sin numeración, monólogo interior, digresiones, referencias paródicas a la mitología, descripciones prolijas.
– Cinco horas con Mario (Miguel Delibes): extenso soliloquio pronunciado por Menchu mientras vela el cadáver de su marido. Dos visiones del mundo que responden a las dos Españas: Mario es un intelectual de ideas progresistas; Menchu encarna los valores de la España reaccionaria (desprecio de la cultura, catolicismo intransigente, mojigatería, obsesión por el estatus social, machismo).
Volverás a Regíón (Juan Benet): ambientada en Regíón, un espacio simbólico creado a imagen del condado en el que se desarrollan las novelas de William Faulkner. Territorio en decadencia, sacudido por una guerra fratricida y habitado por personajes derrotados, cuyo orden garantiza la figura del cruel y misterioso Numa, el guardia.
A una casa aislada, en la que viven un médico y un chico deficiente, llega una misteriosa mujer que vivíó una intensa pasión amorosa con el ahijado del doctor. Durante una noche alternan monólogos en los que evocan sus experiencias antes, durante y después de la guerra.
Regíón es trasunto de una España desangrada por la Guerra Civil, moralmente
degradada, detenida en el tiempo y sin expectativas de futuro.
– Señas de identidad (Juan Goytisolo): ajuste de cuentas con la España del nacionalcatolicismo. Trilogía (Señas de identidad, Don Julián, Juan sin Tierra) protagonizada por Álvaro Mendiola, intelectual de izquierdas perteneciente a una familia de la burguésía catalana, que, tras regresar a Barcelona de su exilio
en París, recapitula sobre su vida y su identidad.
Don Julián: el protagonista se identifica con el legendario conde don Julián (el traidor que hizo posible la entrada de los árabes en la península en 711). Lugares comunes (los toros, el catolicismo, el honor) de la identidad española en un furioso monólogo interior.
Juan sin Tierra: termina con un pasaje en árabe que sugiere el desarraigo del yo con respecto a su identidad cultural (“los que no me entendéis, dejad de seguirme”).
– Antagonía (Luis Goytisolo): el narrador protagonista evoca su infancia y juventud en una familia acomodada de Cataluña hasta que toma la decisión de convertir su historia en escritura.
– La saga/fuga de J.B. (Gonzalo Torrente Ballester): novela compleja y laberíntica, emparentable con el Realismo mágico latinoamericano. Historia de Castroforte del Baralla, ciudad mítica y ensimismada, que levita cuando todos sus habitantes se concentran en un suceso o pensamiento y que, según una profecía, un día se marchará por los aires definitivamente.
5. LA NARRATIVA EN EL EXILIO
Ejes temáticos:
– Causas, desarrollo y secuelas de la Guerra Civil. Réquiem por un campesino español (Ramón J. Sender), El laberinto mágico (Max Aub), La cabeza del cordero (Francisco Ayala).
– Reflexión autobiográfica: Automoribundia (Ramón Gómez de la Serna), La arboleda perdida (R. Alberti), Desde el amanecer (Rosa Chacel), Crónica del alba (R.J. Sender), La forja de un rebelde (Arturo Barea).
Ramón J. Sender
– Réquiem por un campesino español: Mosén Millán, párroco de un pueblecito de
Aragón, se dispone a celebrar una misa de réquiem en memoria de Paco el del Molino, asesinado por los fascistas un año antes. Mientras espera a los asistentes, recuerda lo sucedido con una mezcla de culpa, resignación y necesidad de autojustificación (fue él quien reveló dónde se escondía Paco y quien lo convencíó de que se entregara). Narrada en 3a persona (desde el punto de vista de Mosén Millán), reflexiona sobre la barbarie y el cainismo hispánico y sobre la actitud de la Iglesia durante el conflicto.
– Crónica del alba: nueve novelas autobiográficas. Historia de José Garcés desde su infancia y juventud inconformista hasta que, recluido en un campo de concentración en el sur de Francia, decide escribir su historia.
Max Aub
– El laberinto mágico: seis novelas y más de veinte cuentos que presentan un
fresco de la Guerra Civil (el horror del frente, las atrocidades perpetradas sobre la población civil, el hambre, las delaciones). Indagación en las causas del conflicto: el radicalismo, la falta de cultura cívica, el peso del catolicismo. Estrategias narrativas novedosas: monólogo interior, diálogos sin narrador, multiplicación de puntos de vista, contrapunto (inclusión metaliteraria de la voz del autor).