Tema 2. La novela desde principios del Siglo XX hasta 1939: tendencias, autores y obras representativos
La España de finales del Siglo XIX hasta 1939 vive un periodo de grandes convulsiones tanto políticamente como socialmente: pérdida de los últimos territorios de ultramar, problemas sociales y económicos, dictadura, huelgas, Primera Guerra Mundial, revoluciones, Guerra Civil…En el ámbito literario, el periodo comprendido entre 1898 y 1936, es uno de los más fértiles. La narrativa en español y europea actual sigue siendo deudora de la novela de esta época.
Podemos observar tres tendencias en la novela en la primera mitad del Siglo XX; Generación del 98, Novecentismo o Generación del 14 y Novela hacia 1927. –
Generación del 98
Los integrantes de la Generación del 98 se caracterizan por tener un espìritu crítico, buscar la originalidad a través de nuevas técnicas expresivas, rechazar las técnicas narrativas de la novela del Siglo XIX y protestar contra las costumbres decadentes de la sociedad burguesa, proponiendo una nueva escala de valores sociales y éticos.
Sus temas preferidos fueron España y la reflexión sobre el hombre y su destino.
Ven en Castilla la esencia del alma española. El otro tema es la reflexión sobre el hombre y su destino:
inquietudes religiosas y existenciales, conflicto fe-razón, el paso del tiempo, la lucha por la vida…
Desde el punto de vista formal, estos autores se caracterizaron por su deseo de simplicidad, naturalidad y honestidad, que se plasmó en su voluntad antirretórica y una gran preocupación por la pureza del idioma.
Los autores de la Generación del 98 más representativos son:
➢ Unamuno trata temas como la tradición, la intrahistoria, la conciencia trágica de la existencia y el conflicto entre fe y razón. Sus “nivolas” se caracterizan por la sobriedad narrativa, la importancia del diálogo y la ausencia de trama o hilo argumental. En Niebla el protagonista se enfrenta al autor, Unamuno. En San Manuel Bueno, mártir, se observa un enfrentamiento entre el “yo” público y el” yo” íntimo.
➢ Baroja concibe su novelas como un género abierto, todo cabe. Sus novelas carecen con frecuencia de la estructura planteamiento-nudo-desenlace. Son novelas más de personajes que de acción, y estos se mueven entre el pesimismo existencial más radical y el vitalismo. Baroja destaca por su maestría en la descripción, por la utilización de un léxico claro y sencillo. En obras como La busca, Zalacaín el aventurero los personajes buscan un sentido a la existencia ; en El árbol de la ciencia se refleja la desesperanza moral y la desorientación de la España de la época.
➢ Azorín tiene un estilo minucioso, lento, casi impresionista. Sus novelas presentan un desarrollo fragmentado, con gran abundancia de descripciones y un cierto tono lírico; la trama argumental es mínima. Destaca La voluntad.
La novela describe la lucha interior de un personaje por encontrar la solución vital.
➢ Valle-Inclán comenzó su trayectoria narrativa con una producción inmersa en el Modernismo por su estilo lìrico, señorial y aristocrático, carácter decadente y provocador. De esta etapa son las Sonatas, que tiene como tema fundamental el amor humano y carnal. De la segunda etapa destaca La guerra carlista, que hace referencia al carlismo. Las obras más representativas de la última etapa, la del esperpento, son El ruedo ibérico y Tirano Banderas.
Esta última narra la vida de Santos Banderas, síntesis de los gobernantes hispanoamericanos.
➢ Carmen de Burgos destaca más como periodista que como novelista, su pensamiento va dirigido hacia una postura regeneracionista. Son destacables sus conferencias en el ámbito del movimiento feminista: “La misión social de la mujer” y “La mujer en España”. Entre sus novelas más populares puede citarse “Puñal de claveles”, basada en el suceso conocido como el crimen de Níjar.
➢ Concha Espina comienza su andadura en el periodismo también y en la narrativa más tarde. Su novela está impregnada de lirismo y rigor estético. Su obra Altar mayor muestra el ambiente rural asturiano con una prosa poética notable.
Generación del 14 o Novecentismo-
El Novecentismo se caracteriza ante todo por su intelectualismo. Este anhelo de perfección conduce a la depuración máxima del lenguaje, a la pulcritud de las formas; convirtiendo así el arte en algo minoritario. Destacan lo novelistas como Gabriel Miró y Ramón Peréz de Ayala
Las novelas de Gabriel Miró son muy líricas, alejadas de la novela tradicional.
Su dominio del lenguaje es absoluto.
Sus mejores novelas son Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso , en las que se recrea un ambiente opresivo cargado de intolerancia religiosa y de represión social.
Ramón Pérez de Ayala
El máximo representante de la novela intelectual.
En sus novelas donde predominan la descripción. Destacan A.M.D.G. Caricatura de la vida de un colegio de jesuitas, y Belarmino y Apolonio, protagonizada por dos zapateros que representan la doble visión de la realidad
En la década de los 20, en superposición con el Novecentismo, se produce la entrada y desarrollo de las vanguardias en España.
Destaca Ramón Gómez de la Serna
Como novelista rompe con los moldes del género. En sus obras cabe de todo. Son obras que reflejan el mundo de su época, cobrando especial relevancia los temas prohibidos. De sus novelas destaca El doctor inverosímil y
La viuda blanca y negra, la protagonista de esta última representa las dos caras del mundo; la vital y la mortal.
Novela hacia 1927
Finalmente, en los años 30 se produce, en todos los géneros literarios, una rehumanización de la literatura como respuesta a las circunstancias históricas. Se pueden observar dos grupos : los que siguen la novela intelectual de los novecentistas :
Rosa Chacel,( Memoria de Leticia Valle)
Max Aub;
y los que plantean una novela social, muy comprometida políticamente :
Ramón J. Sender, ( Réquiem por un campesino español) y Luisa Carnés (
Mujeres obreras)