La Narrativa Renacentista
En el siglo XVI, la narrativa se bifurca en dos vertientes principales. Por un lado, las novelas que ofrecen un mundo idealizado, como la novela bizantina, pastoril, morisca, de caballerías y sentimental. Por otro lado, las novelas realistas, entre las que destaca la novela picaresca.
Novela Bizantina o de Aventuras
Inspirada en la novela griega de aventuras, la novela bizantina renacentista narra las peripecias de jóvenes bellos y castos que emprenden un viaje lleno de obstáculos. Estas dificultades ponen a prueba su virtud y determinan si merecen un final feliz. Los desafíos incluyen tormentas, naufragios, ataques de piratas y prisiones. Los personajes suelen ser idealizados y planos, sin una evolución significativa a lo largo de la trama. Un ejemplo notable es Los trabajos de Persiles y Sigismunda, de Miguel de Cervantes.
Novela Pastoril
Las raíces de la novela pastoril se encuentran en la novela griega pastoril, las Bucólicas de Virgilio y los primeros modelos italianos, como La Arcadia de Sannazaro. Ambientada en un entorno bucólico que evoca el locus amoenus clásico, presenta pastores idealizados que intercambian reflexiones cultas sobre sus amores. Es común el comienzo in medias res y la inclusión de elementos como cartas, canciones y poemas. Ejemplos destacados son La Diana, de Jorge de Montemayor, y La Galatea, de Cervantes.
Novela Morisca
La novela morisca se centra en una historia de amor donde el personaje del moro se presenta de manera idealizada, resaltando virtudes similares a las del caballero cristiano. El ejemplo más representativo es la Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa, de autor desconocido.
Novela de Caballerías
Originada en Francia hacia la segunda mitad del siglo XII, la novela de caballerías se caracteriza por:
- Un héroe, el caballero, cuya misión es restablecer el orden y proteger a los débiles, buscando prestigio social y perfección moral.
- El tema del amor cortés.
- Un público cortesano.
- Un espacio y tiempo maravillosos.
- Una estructura basada en la aventura como unidad básica del relato.
En el siglo XV destacan el Amadís de Gaula de Rodríguez de Montalvo y Tirant lo Blanc de Martorell (en catalán). En el siglo XVI se publicaron continuaciones del Amadís y de otros caballeros. El Quijote de Cervantes parodia este tipo de novelas.
Novela Sentimental
Diego de San Pedro, autor de Cárcel de amor, es el principal exponente de la novela sentimental. Predomina la expresión del mundo íntimo y desdichado de personajes en conflicto con su entorno, con un desenlace trágico. El uso de la forma epistolar y la caracterización psicológica son rasgos distintivos.
Novela Picaresca
Un ejemplo fundamental es El Lazarillo de Tormes.
El Teatro Renacentista
A principios del siglo XVI, las formas dramáticas medievales evolucionan hacia:
- Teatro popular: Comediantes profesionales que actúan en plazas y posadas.
- Teatro eclesiástico: Promovido por la Iglesia en festividades religiosas.
- Teatro culto y cortesano: Obras de inspiración clásica representadas en espacios cerrados.
En el teatro culto sobresalen Torres Naharro y Gil Vicente, con obras de temática variada y respeto por la preceptiva clásica.
Torres Naharro
Bartolomé Torres Naharro clasifica sus comedias en “a noticia” (basadas en la realidad) y “a fantasía” (inventadas), reuniéndolas en Propalladia.
Gil Vicente
Gil Vicente cultiva el teatro religioso, pastoril, farsas y comedias. Su obra más destacada es la Tragicomedia de don Duardos.
Lope de Rueda y el Teatro Popular
En el teatro popular destaca Lope de Rueda, fundador de la primera compañía de teatro española. Recorría las ciudades representando obras originales, comedias al estilo italiano. Es conocido por los pasos, obras breves y costumbristas que se representaban en los entreactos de las comedias. Otros autores llamarán entremeses a estas composiciones cómicas. Destaca el uso de un lenguaje popular y la creación de personajes como el bobo. Sus pasos más conocidos son El convidado y Las aceitunas.