Los Reyes Católicos y la Construcción de la Monarquía Hispánica
El reinado de los Reyes Católicos (1474-1516) marca el inicio de la Edad Moderna en España. Su gobierno sentó las bases de una Monarquía autoritaria, imponiéndose sobre la nobleza. Algunos de los eventos más significativos de este período son:
- Finalización de la Reconquista: Con la toma del Reino de Granada en 1492, culminó el largo proceso de la Reconquista.
- Unidad religiosa: Se implementaron medidas para la unificación religiosa, como los decretos de expulsión y conversión forzosa de judíos y musulmanes, y el establecimiento del Tribunal de la Inquisición.
- Formación de la Monarquía Hispánica: La unión dinástica de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, herederos de las dos coronas más importantes de la península, dio origen a la Monarquía Hispánica. Si bien compartían la monarquía, cada reino mantuvo sus propias leyes e instituciones (Castilla, Aragón, Cataluña y Valencia).
- Expansión territorial: La política expansiva de los Reyes Católicos incluyó la conquista del Reino Nazarí de Granada, la recuperación del Rosellón y la Cerdaña, la ocupación de las Islas Canarias y la incorporación de Navarra. También se iniciaron gestiones para la anexión de Portugal mediante políticas matrimoniales.
- Política exterior: Se centró en consolidar el poder de la Corona de Aragón en el Mediterráneo, defender la actividad comercial y asegurar la sucesión a través de matrimonios estratégicos. Casaron a su hija Juana con Felipe, hijo del emperador Maximiliano I, y a su hija Catalina con el futuro rey Enrique VIII de Inglaterra. Las guerras con Francia, principalmente en Italia, permitieron a Fernando el Católico consolidar el dominio aragonés sobre Nápoles. La relación con Portugal se caracterizó por la firma de tratados como el de Alcaçovas y el de Tordesillas.
- Consolidación del poder real: Los Reyes Católicos impusieron su autoridad sobre la nobleza y el clero, recuperando parte del patrimonio real. Crearon instituciones como un ejército permanente, la Santa Hermandad (con funciones policiales y judiciales) y el sistema de corregidores. En Castilla, las Cortes perdieron protagonismo al ser raramente convocadas. En la Corona de Aragón, se instituyó el cargo de Lugarteniente y, posteriormente, el de Virrey.
Carlos III y el Despotismo Ilustrado
El Siglo de las Luces
El siglo XVIII, conocido como el Siglo de las Luces, vio la expansión del pensamiento ilustrado de origen francés por toda Europa. Este movimiento se basaba en la confianza en la razón, rechazando la autoridad, la tradición y la revelación como fuentes de conocimiento. Los ilustrados defendían la educación, el progreso, la igualdad y la libertad de comercio e industria, oponiéndose al dominio ideológico de la Iglesia.
La Ilustración en España
La llegada de las nuevas ideas a España fue lenta y difícil debido a la escasa burguesía y la influencia de la Iglesia. En la segunda mitad del siglo, pensadores como Cadalso y Floridablanca comenzaron a criticar el modelo social imperante. Los ilustrados españoles, muchos de ellos pertenecientes a la pequeña nobleza, se centraron en la educación y la economía, proponiendo reformas para el progreso del país.
Carlos III y las Reformas
Carlos III, tras la muerte de su hermanastro Fernando VI, llegó al trono con experiencia de gobierno en Nápoles y con una visión reformista. A pesar de la oposición de los grupos privilegiados, como se evidenció en el Motín de Esquilache (1766), impulsó reformas con la ayuda de ministros como Pedro Rodríguez, el Conde de Floridablanca y el Conde de Aranda.
Legislación Reformadora
Las reformas de Carlos III se centraron en:
- Regalismo: Se defendió la autoridad del rey frente a la Iglesia, reclamando el derecho al nombramiento de cargos eclesiásticos, el control de la Inquisición y la limitación de la fundación de monasterios. Se expulsó a los jesuitas, una orden poderosa con obediencia directa al Papa.
- Cuestión social: Se declararon honestas todas las profesiones y se reconoció el mérito de las actividades de utilidad pública.
- Educación: Se reformaron los estudios universitarios, se fundaron escuelas de artes y oficios y se impulsó la educación obligatoria.
- Economía: Se limitaron los privilegios de la Mesta, se fomentó el libre comercio interior, se apoyó la industria y se moderó la política impositiva.
Límites del Reformismo
A pesar de los avances, las reformas de Carlos III tuvieron limitaciones, especialmente en la cuestión agraria. La reforma agraria, que buscaba modernizar la agricultura española, se vio obstaculizada por la oposición de la nobleza y la Iglesia, quienes se resistían a perder sus privilegios. El temor a una revolución similar a la francesa también frenó las reformas.
Carlos V y su Amplio Patrimonio
Carlos I de España (Carlos V como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico) heredó un vasto imperio que incluía Castilla, Aragón, Navarra, posesiones en Italia y el Norte de África, las Indias, los Países Bajos, el Franco Condado, territorios en Alemania, Austria y Tirol, y los derechos a la corona imperial. Este extenso patrimonio era heterogéneo en lenguas, culturas e instituciones. Carlos V se apoyó en Castilla, convirtiéndola en el centro de su política.
Comunidades y Germanías
La llegada de Carlos V, un rey extranjero, generó oposición en las Cortes, que exigían el respeto a las leyes. Su ausencia en 1520, tras partir hacia Alemania, provocó revueltas en Castilla, Valencia y Mallorca.
Las Revueltas de las Comunidades
En Castilla, las ciudades se rebelaron contra la autoridad de Carlos V, exigiendo la exclusión de consejeros extranjeros y el respeto a las leyes del reino. También demandaban la reducción de impuestos y la protección de la industria textil. La revuelta fue aplastada en la batalla de Villalar, con la ejecución de sus líderes: Juan Bravo, Francisco Maldonado y Juan de Padilla.
La Revuelta de las Germanías
En Valencia y Mallorca, artesanos y comerciantes se alzaron contra los señores feudales y sus siervos mudéjares, exigiendo la abolición de la jurisdicción señorial. La revuelta, que contó con la participación de artesanos, campesinos, trabajadores y miembros del bajo clero, fue reprimida con dureza, especialmente en Valencia y Játiva. En Mallorca, la revuelta enfrentó a artesanos y campesinos contra la nobleza y los mercaderes que controlaban la isla.
Las Guerras de Carlos V
Tras pacificar la península, Carlos V emprendió una ambiciosa política exterior, financiada con recursos castellanos. Sus principales conflictos fueron:
Las Guerras con Francia
El principal rival de Carlos V fue Francisco I de Francia. Las guerras, que se desarrollaron en los Pirineos, los Países Bajos, el Franco Condado e Italia, tuvieron como consecuencias:
- Conquistas territoriales en Italia.
- Aumento del prestigio militar de los Habsburgo.
- Ruina financiera del imperio.
La Guerra contra los Turcos
El Imperio Otomano, bajo Solimán el Magnífico, amenazaba las posesiones de Carlos V en Europa Oriental y el Mediterráneo. Carlos V, centrado en las guerras con Francia, delegó la defensa de sus posesiones austriacas en su hermano Fernando. En el Mediterráneo, realizó acciones con éxito limitado, como la toma de Túnez, mientras que la expedición a Argel fracasó.
La Guerra en Alemania
Carlos V se enfrentó a la expansión del protestantismo en Alemania, liderado por Martín Lutero. A pesar de condenar las teorías de Lutero, no apoyó inicialmente al Papa. La guerra contra la Liga de Esmalcada, una coalición de príncipes protestantes, culminó con la victoria de Carlos V en Mühlberg (1547). Sin embargo, no logró la unidad religiosa ni impuso su autoridad política, aceptando finalmente la división religiosa de Alemania.
Felipe II y la Consolidación de la Monarquía Hispánica
Felipe II heredó de su padre, Carlos V, un imperio en constante conflicto. Su reinado se caracterizó por:
- Corte establecida en Madrid: Felipe II fijó su residencia permanente en Madrid, gobernando sus dominios a distancia.
- Hispanización de la política: Los intereses de Castilla cobraron mayor importancia en las decisiones políticas.
- Política confesional: Felipe II aspiró a ser el líder de los católicos, buscando mantener la unidad religiosa en Europa.
- Rebeliones internas: El autoritarismo político y religioso de Felipe II provocó rebeliones en la península.
Sublevaciones en Granada y Aragón
Felipe II enfrentó importantes rebeliones:
- Sublevación de los moriscos de Granada (1568-1571): Motivada por la represión religiosa y social, la rebelión fue aplastada por Juan de Austria.
- Rebelión en Aragón (1590-1592): Originada por la oposición a la autoridad real y el caso de Antonio Pérez, antiguo secretario del rey. Felipe II intervino con el Tribunal de la Inquisición, lo que provocó el Motín de Zaragoza. Finalmente, el rey reforzó su autoridad en Aragón.
Política Internacional de Felipe II
La política internacional de Felipe II se centró en:
- Conflicto en el Mediterráneo: La defensa del Mediterráneo occidental frente a los turcos y los piratas berberiscos fue una prioridad. A pesar de algunas derrotas, como en la isla de Djerba, Felipe II logró una importante victoria en la batalla de Lepanto (1571).
- Rebelión de los Países Bajos (1568-1648): La represión de los calvinistas y el autoritarismo de Felipe II provocaron la rebelión de los Países Bajos. A pesar del envío del Duque de Alba y sus medidas represivas, Felipe II no logró controlar la rebelión. Finalmente, en 1598, cedió la soberanía de los Países Bajos a su hija Isabel Clara Eugenia y su esposo.