La Modernidad: Surgimiento, Filosofía e Ilustración

Los Orígenes de la Modernidad

La cultura moderna surgió como resultado de las importantes transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales ocurridas durante el Renacimiento, en los siglos XV y XVI, que supusieron la ruptura con el mundo medieval.

Principales Corrientes Filosóficas Modernas

El Racionalismo

El racionalismo es una corriente filosófica inaugurada por Descartes a la que pertenecen también Spinoza y Leibniz. Sus ideas características son:

  1. La realidad tiene un orden necesario que puede ser conocido.
  2. El ideal es la ciencia deductiva; es decir, es posible deducir un sistema explicativo de lo real a partir de ideas ciertas y principios evidentes.
  3. Los principios fundamentales y evidentes del conocimiento no proceden de la experiencia sensible, sino que el entendimiento los posee en sí mismo. Es decir, la razón humana tiene ideas innatas, que no provienen de la experiencia sensible, sino que son connaturales a dicha razón.
  4. Las matemáticas se erigen en el modelo de ciencia.

El Empirismo

El empirismo es una corriente filosófica británica, cuyos principales representantes son Locke y Hume. Sus rasgos son:

  1. El rechazo radical del innatismo. No existen ideas ni principios innatos en el entendimiento.
  2. Con anterioridad a la experiencia, nuestro entendimiento es como una página en blanco en la que nada hay escrito. Todo nuestro conocimiento procede de la experiencia.
  3. La crítica de las doctrinas metafísicas.
  4. La consideración de la física como el modelo de ciencia.

La Ilustración

La Ilustración fue un amplio movimiento cultural y filosófico que considera la razón la facultad esencial de conocimiento y la única guía segura a la que poder apelar en todos los ámbitos propios del ser humano.

Sus características son:

  1. Es crítica con los prejuicios y con la autoridad externa.
  2. Es tolerante.
  3. Se separa totalmente de la fe y de la teología.

El Método de la Razón

Con Descartes, la filosofía dio un giro radical y adquirió los rasgos de la Modernidad. Por lo que respecta a la filosofía, se supera el principio de autoridad medieval y se rechaza la metafísica aristotélica, centrada en las esencias.

Descartes subraya la autonomía del conocimiento y afirma que la verdad de cualquier proposición depende de la propia razón, que es el origen del conocimiento. Establece los principios fundamentales siguientes:

  1. Hay un único saber, puesto que también hay una única razón; es decir, en el fondo, todas las ciencias son una.
  2. El sujeto es el que piensa, el que elabora la ciencia; es, pues, más importante que el objeto a la hora de conocer.
  3. Rechaza el principio de autoridad.

Como la razón es única responsable de nuestro conocimiento, debemos conocer su estructura y su funcionamiento para aplicarla bien. Si observamos las matemáticas, ciencia modelo para el racionalismo, solo hay dos modos de razonamiento, de conocimiento racional:

  1. La intuición: consiste en captar de forma directa e inmediata los elementos simples del conocimiento. Es una especie de «luz natural que nos permite percibir las ideas simples sin posibilidad de error.
  2. La deducción: es un procedimiento por el que la razón descubre las conexiones que se dan entre las ideas simples; podemos decir que encadena unas ideas a otras. Deducir es obtener una idea a partir de otras anteriores; es como una sucesión de intuiciones.

La razón bien aplicada no puede llevar a error, pero el problema es cómo aplicarla bien. Para ello, Descartes busca un método que garantice la verdad de los conocimientos alcanzados; es decir, que garantice que la utilizamos bien. Y busca un método único para todas las ciencias, que, como ya se dijo, son una. Su método se compone de cuatro reglas:

  1. La evidencia: no se puede aceptar como cierto ningún principio que no sea captado de forma clara y distinta.
  2. El análisis: hay que dividir los problemas hasta llegar a los elementos más simples; es decir, hay que reducir las cuestiones más complejas y oscuras en otras más elementales a las que podemos acceder por medio de la intuición.
  3. La síntesis: es el paso inverso al análisis; partimos de los datos más simples, obtenidos por el análisis, hasta llegar al conocimiento de los más complejos. Puzzle.
  4. La enumeración: por último, debemos comprobar las deducciones; es decir, en este momento confirmamos todos los pasos realizados.

Duda

Para construir el edificio del saber debemos, pues, aplicar las reglas del método y utilizar nuestra razón (intuición y deducción). Pero necesitamos, además, una primera verdad evidente de la que podamos deducir el resto de las certezas.

Según el racionalismo, dicha verdad fundamental absolutamente cierta de la que parte el sistema deductivo de la ciencia ha de ser buscada en el propio entendimiento.

El camino que Descartes sigue para encontrarla es el de la duda: para llegar a la verdad indudable, debemos rechazar todas las ideas de las que sea posible dudar, y veremos si al final queda algo que sea realmente indudable y cierto.

Descartes utiliza la duda para alcanzar la verdad, es un procedimiento metodológico. Nunca se acerca al escepticismo, pues siempre mantiene la confianza en la posibilidad de descubrir la verdad. Por ello, su duda es una duda metódica.

Descartes no pensaba que todo lo que hasta él se había considerado verdad fuera falso, sino que buscaba una verdad absoluta para, a partir de ella, construir de forma segura el edificio del saber. Para ello plantea tres niveles sucesivos de duda:

  1. Podemos dudar de los datos de los sentidos, pues, como a veces nos inducen a error, podrían engañarnos siempre.
  2. También podemos dudar de nuestros razonamientos, dado que en ocasiones nos equivocamos en razonamientos sencillos y tomamos lo falso por verdadero.
  3. Es posible dudar de que el mundo exterior a nosotros sea real, ya que podemos confundir la vigilia y el sueño-hay sueños tan vivos que nos parecen realidad.

De esta forma, la duda cartesiana se extiende a todas nuestras creencias: los datos de los sentidos, las verdades de la ciencia y la existencia del mundo. Pero esta duda no conduce a Descartes al escepticismo, sino a encontrar la primera verdad indudable, absoluta, que nos servirá de principio firme de nuestro conocimiento.