La Ley Natural: Principios, Cambios y Aplicación en la Ética Tomista

La Ley Natural: ¿Muchos Preceptos o Uno Solo?

Santo Tomás defiende que existe una jerarquía en los preceptos de la ley natural, con un principio principal de la razón práctica que fundamenta a los demás.

Objeciones

  1. Parece que hay un solo precepto.
  2. Las inclinaciones de la parte concupiscible pertenecerían a la ley natural (que tiende al bien sensible y rechaza el mal sensible).
  3. La ley pertenece a la razón, y esta es solo una.

En Cambio

Comparando el orden práctico (moral) y el especulativo (conocimiento), existen varios principios indemostrables (proposiciones analíticas) autoevidentes para todos o para los sabios. En ellas hay un cierto orden: el primer principio en el orden especulativo es el Tertio Excluso de Aristóteles. En el orden práctico, es el bien es lo que todos apetecen. De ahí se deriva que el hombre debe conservar la vida, procrear y cuidar sus criaturas, conocer la verdad (Dios), y vivir en sociedad.

Respuestas a las Objeciones

Las dos primeras objeciones tienen en común que reducen la ley natural a un precepto general. La tercera se basa en que la razón abarca todas las dimensiones del hombre, por lo que dentro de la unidad de la ley natural habrá varios preceptos.

Los Actos de la Virtud: ¿Son Todos de la Ley Natural?

En general, diremos que hay actos virtuosos que solo persiguen un bien particular; luego, no son de la ley natural. No todos los hombres coinciden sobre lo que es virtuoso.

Objeciones

No todos los actos de la virtud son de la ley natural.

  1. La templanza se ordena al bien particular; luego, no todos los actos de la virtud son de la ley natural.
  2. Todo pecado se opone a algún acto de virtud. Si los actos de virtud son ley natural, todos los pecados son contra la naturaleza, y esto se atribuye especialmente a algunos pecados.
  3. Actos que en uno son virtuosos, en otros son pecaminosos; luego, no todos los actos de la virtud caen bajo la ley natural.

En Cambio

San Juan Damasceno afirma que las virtudes son naturales; luego, los actos de virtud pertenecen a la ley natural.

Solución

En tanto que virtuosos, todos pertenecen a la ley natural porque el hombre obra según su inclinación natural, con la razón, que es obrar virtuosamente. Considerados como actos, a veces nuestros actos buscan lo que sea útil para vivir bien, y entonces no son de la ley natural.

Respuestas a las Objeciones

  1. La templanza, como las concupiscibles, se ordena al bien común de la naturaleza y al bien común moral.
  2. Lo verdaderamente pecado contra su naturaleza animal: sodomía.
  3. Lo que en unas personas es pecado, en otras no lo es, ya que la medida de las cosas es distinta.

La Ley Natural: ¿Es la Misma Para Todos?

En los principios generales es igual para todos, pero en lo tocante a los principios particulares puede haber excepciones.

Objeciones

No es la misma para todos.

  1. No todos obedecen al Evangelio; luego, la ley natural no es la misma.
  2. Aristóteles: no es la misma para todos porque la ley no es igual en todos los casos.
  3. No todos los hombres tienen la misma inclinación (honor, placer); no hay una única ley natural.

En Cambio

San Isidoro, en Las Etimologías, dice que hay una sola ley natural.

Solución

Compara de nuevo el orden especulativo y la razón práctica. La razón siempre opera de lo general a lo particular, pero en la ciencia la razón se ocupa de cosas necesarias, y sus principios, como sus conclusiones particulares, expresan una verdad sin excepción. En cambio, la ética se ocupa de las acciones humanas contingentes, por eso, aunque los principios universales son iguales para todos, a la hora de aplicarlos puede haber excepciones. Ejemplo: los germanos.

Respuestas a las Objeciones

  1. El Evangelio está por encima de la ley natural.
  2. Aristóteles habla de lo justo no en el orden de los principios generales, sino en las conclusiones, y a veces fallan.
  3. Todos los actos humanos deben ser regidos por la razón.

¿Puede Cambiar la Ley Natural?

Santo Tomás propone que la ley natural cambia tanto por orden de Dios como por las leyes humanas. Lo lógico es que cambien aspectos secundarios de carácter histórico.

Objeciones

Puede cambiar.

  1. El Eclesiástico dice que Dios le dio la ley escrita para corrección de la ley natural.
  2. Casos en los que Dios ordenó actuar contra la ley natural.
  3. San Isidoro señala que las leyes humanas han ido en contra del derecho natural; luego, la ley natural cambia.

En Cambio

Está lo que se dice en el Decreto, disposición 5.

Solución

Si por cambio se entiende añadir algo a la ley, entonces cambia, según pasa el tiempo. Pero si el cambio es por quitar, no cambia en cuanto a los preceptos generales, aunque sí pueden cambiar los secundarios según las circunstancias particulares que rodeen a la aplicación de la ley.

Respuestas a las Objeciones

  1. La corrección es porque se corrompió el alma de los hombres o para completar lo que le faltaba.
  2. Dios puede ordenar matar a alguien sin que sea injusto. Ejemplos: adulterio, robo.
  3. Algo es de derecho natural por inclinación del hombre o porque no se diga nada en su contra. Ejemplos: posesión de bienes e igualdad.

¿Puede la Ley Natural Ser Abolida en el Corazón Humano?

Los preceptos fundamentales no, solo en algún caso particular el hombre se puede ver impedido a aplicar los preceptos.

Objeciones

Se pueden abolir del corazón del hombre.

  1. Si la ley se reescribe desde el pecado original, es que se reescribe.
  2. Si la ley de la gracia es borrada por el pecado, más lo será la ley natural.
  3. Los hombres han establecido muchas cosas contrarias a la ley natural; luego, se puede borrar.

En Cambio

San Agustín: no se puede borrar.

Solución

Los preceptos comunes no se pueden borrar, pero en algún caso particular, si la razón está afectada por una pasión, un deseo malvado, malas compañías, costumbres corrompidas, etc., se puede borrar.

Respuestas a las Objeciones

  1. La culpa borra la ley natural en particular, no en universal.
  2. Aunque la gracia es más eficaz, la naturaleza es más esencial en el hombre.
  3. Vale para los preceptos secundarios y no generales.