La Historiografía como género literario surgió en el siglo V a.C. en la Jonia y desde sus comienzos fue escrita en prosa, primero en dialecto jonio, luego en ático.
La Historia nace después de un proceso de independencia de las narraciones épicas, consideradas históricas por los griegos. Semejante valoración también incluía los relatos míticos de nacimiento de ciudades que ligaban el origen de éstas a determinados héroes o dioses. El proceso de nacimiento de la Historia supondrá una línea divisoria entre la ficción poética y lo verdadero de estos relatos. Estas nociones de Mito y de Historia coincidirán para los griegos en época Arcaica y aún Clásica.
Otro material que está en la base de las obras históricas más primitivas fue el siguiente:
Genealogías.
Inscripciones: son listas de magistrados, sacerdotes, vencedores en los juegos… Existen desde el siglo VII a.C. Su finalidad era hacer públicos ciertos datos y conservarlos para la posteridad.
Periplos: son escritos en prosa que describen las costas para uso de navegantes.
Durante las Guerras Médicas, Atenas explotó la idea de que ellos habían defendido a las ciudades jonias, que eran griegas, antes que Esparta. Es lógico, pues, que en este contexto nacionalista se potencie la Historiografía.
(HERODOTO)Nació poco antes de la II Guerra Médica ( hacia el 485 a.C) en una ciudad doria del litoral de Asia Menor, Halicarnaso. Con la derrota persa y la liberación de las ciudades jonias griegas acaudilladas por Atenas, también en Halicarnaso hubo una sublevación contra los persas. Heródoto participó. Pero el intento fracasó y el fututo historiador tuvo que exiliarse en la vecina isla jonia de Samos.
Después de este destierro ya no volvió a su patria (pese a que Halicarnaso fuera liberada de los persas) y viajó por Babilonia, Siria, Macedonia, Libia y Egipto, entre otros países. Su objetivo era investigar y contemplar. En el 447 a.C., se dirigió a Atenas y entró en contacto con el círculo intelectual de Pericles. Después viajó a Turios (colonia griega fundada por Pericles en Italia) y allí probablemente escribió sus Historias.
(Intencionalidad narrativa.)
En la Historiografía griega se distinguen dos ramas fundamentales: una que cultiva temas monográficos (las obras que tratan de la fundación de una determinada ciudad) y otra que tiene una ambición más universal.
Seguramente Heródoto pensó escribir, en un principio, historias locales llenas de datos geográficos y etnográficos como la de sus predecesores. Su propósito inicial fue contar la historia de Persia siguiendo la sucesión de reyes desde Ciro hasta Jerjes, y narrar la sucesión de pueblos que se anexiona Persia durante sus conquistas hasta llegar a las Guerras Médicas. Por esa razón, en su Historias hay partes que son posiblemente historias locales sobre Persia, Egipto, Atenas …
Pero en Atenas Heródoto adquirió conciencia de una historia más universal, que él concibe como un choque entre Europa y Asia y se dispuso a narrar las Guerras Médicas desde un enfoque diferente: analizó las características de ambos mundos, griego y persa, y destacó la idea de un pueblo griego que buscaba la libertad frente a otro pueblo dominado por la tiranía de sus gobernantes.
El resultado fue unas Historias divididas arbitrariamente por un gramático posterior en nueve libros, con los nombres delas nueve musas.
(Metodología historiográfica)
Tanto Heródoto, como Hecateo de Mileto, comienzan a distinguir la Historia de la Épica ya que trascienden la interpretación mítica deduciendo de ella una realidad no mítica. Por ejemplo, Hecateo no cree que Cerbero fuera el perro del Hades ( hay una actitud crítica hacia el mito); para Heródoto las ” plumas blancas” que caen en el norte de Escitia son en realidad copos de nieve…
Sin embargo, los comienzos de la Historia como género son enormemente deudores de la Épica. Algunos rasgos de esta influencia son los siguientes:
a) Su intención de narrar grandes hazañas guerreras para que su fama no se pierda, paralelo al empeño homérico de narrar ” hazañas de los héroes.“
b) Alterna los relatos con discursos de estos héroes: todo momento importante en la narración de la guerra va precedido de discursos.
c) Digresiones: consiste en la interrupción del relato principal. Se pueden desviar del relato principal (la guerra) para hablar de Egipto. Estas digresiones tienen una función narrativa e introducen la mayoría de los datos etnográficos.
d) Lo sobrenatural tiene un gran papel: los dioses no intervienen directamente, como en la Épica, pero sí el castigo divino de la soberbia, especialmente en los persas. Según su pensamiento sencillo y religioso, el hombre no debe elevarse por encima de los límites de poder
e) La historiografía narra en sus primeros momentos enfrentamientos de pueblos (como en la Ilíada) incluyendo elementos geográficos y etnográficos derivados de los periplos.
Ofrece la garantía personal de la veracidad de cuanto cuenta, afirmando que su obra es un “resultado explícito de la investigación personal”. Prefirió el testimonio oral (a)koh/) al escrito. En su recuerdo constante del pasado, recoge datos sin apenas criticarlos: genealogías, historias locales, geografía descriptiva…
Heródoto se nos revela deseoso de contar las maravillas de un mundo que ha conocido en sus largos viajes y del que ha escuchado tantas explicaciones. Puede ser considerado, en cierto modo, el primer antropólogo que abre los ojos a los relatos de costumbres.
(Influencia
)Heródoto fue un desterrado, un viajero, un apátrida, lo que le convirtió en un autor relativista, que se preocupó en describir las diferencias, aún vigentes, entre Oriente y Occidente, distintas culturas y formas de vida que provocaron y provocan guerras como la que tuvo lugar en los Balcanes o sirven de justificación a determinados movimientos de terrorismo internacional.
Heródoto es, en cierto modo, el primer antropólogo occidental, que abre los ojos y los oídos a unas tradiciones de gentes varias y a unos relatos de costumbres. Fue el primer historiador experimental en la medida en que narraba lo que observaba. Este principio perdurará desde los cronistas e historiadores de Indias hasta los viajeros románticos que dejaban constancia de sus aventuras por distintas geografías.
(TUIDIDES)
Vida
Tucídides pertenecía a una familia aristocrática ateniense y es personaje de primera fila en la política de su ciudad. Pertenecía al círculo de Pericles y se codeó con intelectuales que confiaban en un progreso basado en la razón, en la crítica de las tradiciones y en la preocupación por el presente (es la llamada Ilustración griega). Semejante actitud debe suponer una revisión de los mitos en la Historia y una atención especial a los hechos contemporáneos.
Fue testigo de la Guerra del Peloponeso. La madurez de Tucídides coincidió con el desarrollo de la guerra: al comienzo de ésta (431 a.C.) debía de rondar la treintena. Se aleja, pues, de su antecesor, Heródoto, que conoció las Guerras Médicas a través del testimonio oral de otros (a)koh/).
Estuvo exiliado: el vivir lejos de Atenas le capacitó para un pensamiento más independiente. Se dio cuenta de los errores de la política ateniense. Le facilitó su objetividad.
(Intencionalidad narrativa.)
Tucídides es un representante de la llamada “Historia científica”. Los objetivos que pretende dicho género son los siguientes:
– Explicar cuál es la naturaleza humana y esperar que, una vez conocida, se pueda actuar de acuerdo con ella.
– Reducir la Historia a una sucesión de hechos humanos donde ni lo religioso ni lo mítico tienen cabida. La fuerza motriz de la Historia es la razón que permite tomar decisiones de acuerdo con móviles económicos, políticos y militares, no morales ni religiosos. Sin embargo, acepta que la Fortuna pueda cambiar de orientación los acontecimientos históricos.
– Búsqueda de la verdad, lo que lleva a ser crítico, imparcial y objetivo. Tucídides alaba la moderación y critica los excesos cometidos por los sucesores de Pericles y por los espartanos
(Metodología historiográfica.)
Tucídides se centra en la Guerra del Peloponeso: las rivalidades bélicas mantenidas entre atenienses y espartanos con sus respectivos aliados durante 67 años de forma interrumpida y que, en última instancia, acabó por destruir la libertad e independencia de las ciudades griegas. Planificó la obra de acuerdo con un orden cronológico puro. Esta actitud supone un orden racional de los acontecimientos, sin detenciones ni saltos atrás, sin las digresiones de la historiografía anterior. Cada libro se ocupa de los sucesos de tres años y los de cada año se dividen en dos series: los de verano y los de invierno.
El relato pretende ser imparcial. Por esa razón abundan los discursos en los que los personajes hablan directamente exponiendo las razones de uno y otro bando. Cada personaje trata de expresar su verdad política y las causas de su comportamiento. Este recurso aumenta la dramatización del relato y permite al historiador introducir la crítica de las ideas políticas y exponer las causas profundas del conflicto.
El hecho de que Tucídides fuera contemporáneo a los hechos le permitió manejar mayor número de fuentes que Heródoto, que se limitó a historias locales y a un recuerdo constante del pasado. Tucídides afirma que selecciona y contrasta la información contemporánea recibida de los mejores testigos y se asegura la verdad de los materiales del pasado a partir de una crítica racional.
(Influencia de Tucídides.)
Algunos de sus principios políticos tienen una sorprendente actualidad: la naturaleza humana siempre ambiciona más, los estados sometidos detestan a su opresor, no es el argumento justo el que triunfa siempre, el más fuerte es el que subyuga al más débil… Plantea asimismo situaciones como el hecho de que en las guerras algunos pueblos vencedores exterminen a los derrotados para que no se alcen con el tiempo contra sus adversarios… Muchas de estas ideas serán recogidas posteriormente por autores como Maquiavelo y desgraciadamente adquieren una triste actualidad en conflictos bélicos recientes.
Otros de sus planteamientos trascienden el campo historiográfico: la razón es el único instrumento válido para descubrir la verdad, subraya la importancia de la inteligencia frente al azar, los acontecimientos se explican por la concatenación de causas y efectos…
(Lengua y estilo de Tucídides.)
El estilo de las partes narrativas es sencillo y preciso, pero los discursos son muy complejos debido a que concentra en ellos sus ideas políticas con expresiones muy concisas y rasgos lingüísticos que persiguen la abstracción propia del pensamiento (expresiones nominales, nombres abstractos, substantivación…)
Su léxico se caracteriza por ser muy poético ya que adoptó numerosas palabras de Homero y del drama con otra significación que ningún otro autor había empleado antes. También debemos destacar su facilidad para inventar neologismos a través de la composición de palabras. La precisión de su vocabulario es difícil de conseguir.
La antítesis es una de sus figuras retóricas más destacadas. La influencia de la sofística es palpable no sólo en la contraposición de elementos de la oración, sino que también los discursos a veces son respuestas unos de otros.
(Vida Jenofonte) (en griego Ξενουῶν) fue un historiador, militar y filósofo griego, conocido por sus escritos sobre la cultura e
historia de Grecia. Nació en el 431 a.C. y falleció en el 354 a.C.
(Obras) Abordó diversos géneros de ahí que su obra se divida en tres grupos:
1. Obras históricas: Helénicas, Anábasis y Agesilao.
2. Obras didácticas: Ciropedia, Hierón, Constitución de los Lacedemonios, Ingresos o Recursos Económicos,
Cinegético (?)
3. Obras filosóficas o Socráticas ya que recuentó el círculo de amistades de Sócrates: La Apología de Sócrates,
Recuerdos de Sócrates, Banquete.
(ESTILO DEL AUTOR) a) La lengua: escribe en ático pero no puro. Los gramáticos antiguos achacaban esta impureza a sus campañas y a su
estancia fuera de Atenas. Hay numerosas palabras que no se encuentran en los prosistas atenienses del siglo IV, al igual
que algunos giros y formas gramaticales. Estas particularidades recuerdan la lengua de la epopeya, Heródoto y los
trágicos. Jenofonte no creó palabras sonoras ni términos precisos y sutiles; en él hay abstraciones y las imágenes,
metáforas y comparaciones son escasas.
b) La sintaxis: es de una simplicidad elegante. En ella se observa un cierto influjo de la retórica, siendo su desarrollo
bastante claro.
c) Géneros literarios: encontramos disertaciones, dialéctica, discursos oratorios, relatos e incluso novela. Sus
disertaciones y su dialéctica son fáciles y claras, con el defecto de ser demasiado breves cuando se exige un análisis, o
demasiado largas cuando no hace falta. Su elocuencia es muy persuasiva. Sus discursos son muy numerosos, destacando
por la claridad de sus razones y el análisis minucioso de los hechos e ideas. Su verdadero maestro es Sócrates. En sus
relatos no hay ni patetismo, ni intensidad de vida, ni precisión científica sino lo que puede hacer agradable la narración:
claridad y orden. No se limita a la realidad; a veces introduce personajes reales o ficticios con lo que hace obra de poeta
o novelista.
d) La composición: es a menudo floja. En su obra se echa en falta la presencia de una idea principal que dé unidad a la
misma. La composición es en detalle, con yuxtaposición y enumeración.. Los relatos se colocan unos al lado de otros
sin más conexión que la cronología.
1. Orígenes de la épica y concepto de poema épico
Cuando los hombres comenzaron a tener conciencia de sí mismos, no como individuos sino como pueblo, posiblemente surgió la necesidad de contar lo más significativo de su existencia. La total ausencia de la escritura, que tardaría aún algunos siglos en aparecer, obligaba a confiar a la memoria el acervo cultural del pueblo, que de este modo reafirmaba su identidad.
Tales debieron de ser los orígenes de la épica, pero su configuración como género literario no tendrá lugar hasta mucho tiempo después.
Un poema épico es una composición extensa de carácter narrativo, en un número indeterminado de versos sin división estrófica; en estilo majestuoso cuenta las proezas y aventuras de uno o varios héroes sobrehumanos o humanos y dotados de unas excepcionales cualidades, entre las que destacan la fuerza, el coraje y un alto sentido del honor.
El tema central suele estar relacionado con el mito, la leyenda, la historia o el cuento popular. Se sitúa en una remota edad heroica, o en los inicios históricos de un pueblo o nación, cuyos acontecimientos ponen a prueba las cualidades del héroe, por lo que son frecuentes las batallas, los viajes arriesgados o el trato injusto o abusivo de personajes con más poder.
El narrador es omnisciente, objetivo y da fe de la veracidad de lo que cuenta. Por su afán narrativo, el poeta suele hacer descripciones detalladas del mundo que rodea a la acción: las armas, el vestuario, los barcos, etc.
2. La épica griega
La literatura europea nace en Grecia con dos poemas épicos: la Ilíada y la Odisea. Pero estas obras no son el inicio, sino posiblemente el momento cumbre de un proceso que venía fraguándose desde la segunda mitad del segundo milenio antes de Cristo.
Los acontecimientos históricos que los poetas griegos consideraron dignos de ser recordados se refieren a los ocurridos en Grecia durante el llamado Período Micénico (1600-1200 a. C.). Una vez desaparecido, el mundo micénico es sustituido por una sociedad aristocrática dirigida por reyezuelos de pequeñas ciudades a quienes acompañan nobles poderosos que se sienten herederos de los antiguos soberanos micénicos y a quienes gusta que experimentados cantores les recuerden las hazañas de sus antepasados. Pero el paso del tiempo (más de 400 años) desvirtúa los antiguos sucesos hasta que éstos se acaban transformando en leyendas.
Estas leyendas pueden agruparse en dos ciclos: el Ciclo Troyano y el Ciclo Tebano. El primero recoge todas las leyendas referidas a la fundación y destrucción de Troya y al regreso al hogar de los vencedores griegos. El segundo se nutre de los relatos surgidos en torno a la ciudad de Tebas.
En el siglo VIII a. C. aparecen la Ilíada y la Odisea, que desde antiguo la tradición atribuyó a un poeta de Asia Menor o de alguna de sus islas vecinas (quizá de Quíos o de Esmirna) conocido con el nombre de Homero. Estos poemas -ambos pertenecientes al Ciclo Troyano– han llegado hasta nosotros completos y están considerados entre los mejores textos de la literatura universal.
3. Características de la épica griega
- a) Uso del hexámetro dactílico: verso que consta de seis metros o pies, cada uno de los cuales está formado por una sílaba larga y dos breves (éstas, a su vez, pueden ser sustituidas por una larga).
B) Uso de un dialecto literario propio, básicamente dialecto jonio, aunque también hay formas de otros dialectos
C) Invocación a la Musa al comienzo del poema y en lugares destacados, para que sirva de inspiración al poeta
- d) Lenguaje formulario: conjunto numeroso de frases hechas y fijas, que se insertan en los mismos lugares del verso.
E) Versos enteros repetidos
- f) Epítetos fijos para dioses y héroes. Ya se mencionaron algunos:
Aquiles siempre es el de los pies ligeros; Héctor, el domador de caballos; Agamenón, el pastor de hombres; Ulises, el fecundo en ardides; los aqueos son los de hermosas grebas o los de larga melena. Por su parte, Zeus es el que amontona las nubes y también el que se complace con el rayo; Atenea es la de ojos glaucos y Hera, la de los níveos brazos. Estos epítetos son sobre todo ornamentales y se repiten una y otra vez aunque no se correspondan con la realidad del momento: por ejemplo, las naves de los aqueos siempre aparecen calificadas como raudas o rápidas aunque estén varadas en la orilla desde hace años y Aquiles es rápido de pies o de pies ligeros aunque no lo demuestre nunca. El epíteto, al ser fijo y exclusivo de cada personaje, puede llegar a sustituir al nombre propio del dios o del héroe.
- g) Escenas típicas: escenas de combate, de preparación de sacrificios, etc. Siempre se describen de la misma manera. En las escenas de combate destaca el detallismo del poeta al describir el modo de pelear y de destrozarse físicamente los héroes unos a otros. El realismo y la crudeza de estas descripciones todavía sobrecogen al lector moderno:
H) Digresiones que desvían la narración hacia temas y personajes ajenos al argumento central del poema
I) Uso del estilo directo en los discursos de los héroes y los dioses
- j) Símiles y comparaciones. Con tales recursos el poeta acerca el relato al oyente y le hace más comprensible la narración al comparar las acciones de los héroes con elementos de su mundo cotidiano. Por ejemplo, en ocasiones el avance del ejército es comparado con las espigas movidas por el viento o con una bandada de pájaros. El símil nunca es una breve alusión a un objeto mencionado con una palabra, sino que es un símil descriptivo que se introduce como una pequeña escena adicional en medio de la narración. Los símiles abundan especialmente en las escenas de combate, tales como la siguiente
4. La Ilíada. Temas, personajes, estructura y contenido
Este poema atribuido a Homero, consta de más de quince mil versos divididos en veinticuatro cantos y cuenta una parte de lo ocurrido en el último año de la guerra de Troya.
Los héroes griegos más destacados de la obra son los siguientes:
Aquiles:
hijo de la ninfa marina Tetis y del mortal Peleo. Elige voluntariamente una vida corta y gloriosa antes que una larga existencia oscura y anónima. Su elección de ir a Troya es una elección ejemplar, puesto que esa relación de los héroes con la muerte (una bella muerte en combate), distingue a los mejores. Es un héroe de una pieza: fiero y temible en el combate, obstinado en sus objetivos, inconmovible a las súplicas (sólo al final de la Ilíada se compadecerá ante el dolor del rey Príamo por la muerte de su hijo Héctor).
Agamenón:
es hermano de Menelao y rey de Micenas. Su relación con Aquiles es hostil. La riqueza y el poder despótico que detenta, no le compensan del hecho de carecer de la sangre divina que corre por las venas de Aquiles.
Menelao:
es el hermano de Agamenón y el esposo ultrajado de Helena. Su contribución al éxito militar de los griegos es muy escasa, por no decir nula.
Odiseo (Ulises):
es el rey de Ítaca y el personaje central del otro gran poema épico atribuido a Homero (la Odisea). En medio de tanto guerrero impulsivo y belicoso, Odiseo es el héroe capaz de argumentar y reflexionar primero y pasar a la acción después.
Néstor:
anciano guerrero que encarna la sensatez, fruto de la experiencia que dan los años. No siempre sus consejos son tenidos en cuenta, pero en los momentos más delicados, los diferentes caudillos griegos acuden a él para escuchar su opinión y su consejo.
-
Patroclo:
es el íntimo amigo de Aquiles. Encarna los valores del cariño, la bondad, la lealtad y la amistad.
Áyax:
es el exponente de la fuerza bruta. Representa el músculo puro y duro del guerrero, al que sólo le interesa causar bajas en las filas enemigas.
Diomedes:
no tiene la fuerza de Áyax, aunque muestra destreza en la lucha. Menos fornido y más ágil que Áyax, viene a ser su complemento.
Si de los héroes griegos pasamos a los héroes troyanos, los más importantes son los siguientes:
Héctor:
hijo de Príamo y Hécuba, los reyes de Troya. Es valiente, combate por su patria y su familia; es buen hijo, buen esposo y un padre cariñoso con su hijito Astianacte. Carece de la frivolidad de su hermano Paris y trata con afecto a Helena, a pesar de ser ella la causante de la guerra. Sabe que va a morir cuando se enfrenta a Aquiles en combate singular, pero actúa cumpliendo con lo que considera su deber hacia la patria.
Paris:
el hermano menor de Héctor. Es cobarde, no da la cara, no combate cuerpo a cuerpo, sino que dispara con el arco.
Príamo:
anciano rey de Troya, esposo de Hécuba y padre de Héctor y Paris. A la experiencia que le dan los años y que lo pone en relación con el anciano griego Néstor, une su faceta de padre. Antes, durante y, especialmente, después de la muerte de Héctor, al encontrarse frente a frente con Aquiles, Príamo da ejemplo de sensatez y humanidad.
Hécuba:
anciana reina de Troya. Su presencia en la obra subraya los horrores y sufrimientos que la guerra causa a personas inocentes que no participan activamente en ella.
Andrómaca:
es la ejemplar esposa de Héctor. Al igual que Hécuba, representa el dolor de las mujeres, que no acuden al campo de batalla pero sufren en sus carnes todo el horror de la guerra.
Eneas:
es un personaje secundario en la Ilíada. Ni puede atribuírsele nada negativo, ni sus gestan pasan de notables. Precisamente esa circunstancia será aprovechada magistralmente por el poeta latino Virgilio en su Eneida, obra cumbre de la épica latina posterior.
Con respecto al tema central de la Ilíada hay que decir que no es, al contrario de lo que pudiera pensarse, la guerra de Troya, sino que el tema central es la cólera de Aquiles y sus funestas consecuencias.
Esto se comprende bien si tenemos en cuenta dos hechos importantes: la Ilíada no nos cuenta los diez años de guerra que enfrentaron a griegos y troyanos; el poeta ha elegido un episodio concreto perteneciente a la etapa final de la guerra. Además, el poema comienza de manera abrupta: el poeta invoca a la Musa para que le inspire en la tarea de cantar la cólera del Pelida Aquiles, cólera que precipitó al Hades a un número incontable de valerosos guerreros. En el desarrollo del CANTO I de la obra seremos informados de los motivos de la cólera de Aquiles y todo el argumento de los cantos siguientes está condicionado por la ausencia de Aquiles del campo de batalla; su regreso al combate hará posible el desenlace de la obra (la muerte de Héctor a manos del propio Aquiles).
En cuanto al contenido y estructura de la obra, podríamos distinguir estas secciones:
CANTOS I AL IX:
una plaga se ha desatado en el campamento griego, y el adivino Calcante afirma que la ha provocado el enfado de Apolo en nombre de su sacerdote, a cuya hija, Criseida, tomaron prisionera para entregársela a Agamenón como botín de guerra; si Agamenón renuncia a ella la plaga cesará. Agamenón, enfadado, consiente, pero toma en su lugar a Briseida, la esclava concubina de Aquiles. Éste, encolerizado por tal acto despótico, se retira a su tienda con sus mirmidones y su amigo Patroclo, y se niega a participar más en el combate. El ejército griego, privado de su fuerza de apoyo, sufre serias pérdidas, se retira de la llanura de Troya y vuelve al campamento. Agamenón, sintiéndose muy hostigado, reconoce el daño que ha causado y envía una embajada a Aquiles en la que le ofrece generosas satisfacciones si decide deponer su cólera. Odiseo, Áyax y Fénix, los tres héroes enviados en la embajada, no consiguen convencer a Aquiles, que sigue quejándose y se siente desilusionado con la guerra y la fama; rechaza las ofertas de Agamenón y anuncia que embarcará para su casa al día siguiente.
CANTOS X AL XVII:
Sin embargo, se queda al verel sufrimiento de los griegos y las posteriores pérdidas. Su amigo Patroclo, atormentado por la vergüenza, lamenta su frialdad. Obtiene el permiso de Aquiles, cuando los troyanos están ya quemando los barcos griegos, para unirse a la lucha; además Aquiles, conmovido por el peligro que atenaza a los griegos, presta su armadura a Patroclo y convoca a los mirmidones. Los troyanos se retiran, pero Patroclo muere a manos de Héctor, y el resultado de su cólera se vuelve, de este modo, contra el propio Aquiles.
CANTOS XVIII AL XXII:
Aquiles, enloquecido de dolor, deja de lado su cólera contra Agamenón y se presenta sin armas ante los troyanos, que han retirado el cadáver de Patroclo. Tetis, la madre de Aquiles, le da una nueva armadura que había forjado el dios Hefesto. Aquiles marcha decidido a vengar la muerte de su amigo. Mata a Héctor y ultraja su cadáver con brutalidad, atándolo a los ejes de su carro y arrastrándolo por el polvo.
CANTOS XXIII Y XXIV:
Aquiles entierra el cuerpo de Patroclo y da un carácter solemne al acontecimiento organizando unos juegos funerarios. Príamo, el anciano rey de Troya, va hacia Aquiles para pedirle el cuerpo de su hijo Héctor y salvarlo así del amenazador destino de que sea arrojado a los perros. Aquiles siente la misma compasión que Príamo, se apena por él y le devuelve el cuerpo. El poema finaliza con el funeral de Héctor.
5. La Odisea
Odiseo (Ulises), uno de los héroes que destruyen la ciudad de Troya, trata de regresar a su patria (la pequeña isla de Ítaca), tras diez años de guerra. Pero el regreso será prolongado -otros diez años- y difícil, pues tendrá que soportar toda clase de dificultades: tempestades, enfrentamientos con diversos seres extraordinarios, el descenso al mundo de los muertos, etc. Cuando por fin consigue llegar a Ítaca, se presenta en palacio disfrazado de mendigo, da muerte a los pretendientes que ocupan el palacio porque aspiran a la mano de Penélope para hacerse con el trono y se reencuentra felizmente con su esposa.
Origen del teatro en Grecia
Su origen es asiático y la primera noticia que poseemos acerca del teatro griego se localiza en Atenas, dónde se dan por primera vez representaciones teatrales públicas dedicadas al dios Dionisos.
Nacimiento del teatro
A partir de estas fiestas rituales arcaicas surge el teatro griego en sus dos variantes: tragedia y comedia, que conservan durante largo tiempo su carácter sacro, aun emancipadas de la temática dionisiaca.
El desarrollo dramático tiene lugar en tierras áticas, favorecido por Pisístrato. La ciudad y la religión “oficial” asumió este desarrollo: los viejos ritos pasaron a ser fiestas nacionales, sin perder su carácter religioso. Se trataba de actos sacros que tenían lugar en teatros al aire libre.
Características del teatro clásico
En la Grecia de finales del siglo V a.c. la palabra “teatro” se referia a una sola de las partes que lo componían; al graderio, es decir, el sitio reservado para los que presencian la obra. Otras partes del edificio eran el pasillo ancho que dividían dos cuerpos el auditorio excavado en semicírculo en el flanco de una colina(diazoma). La “orquestra” que fue el elemento original del teatro griego, solía tener en el centro el altar del Dios Dionisos.
De forma circular, era el lugar donde el Coro danzaba, interpretaba instrumentos y cantaba. Detrás de la orquestra se encontraba la escena, una construcción que servia a la vez de decorado, de bastidores y de camerinos para los actores. Era en el proscenio donde actuaban los actores. Se denominaba párados a las puertas de acceso a derecha e izquierda del escenario.
Partes del teatro griego:
1º El Graderio: llamado tambien koilon o cavea era donde se sentaba el publico y se dividia en sectores (kerkis) y en grupos de gradas: dos en el teatro griego.
2º La Orquesta (orchaestra): era el lugar donde actuaba el coro y los primeros actores. Tenía forma semicircular o mayor que un semicirculo. En los primeros teatros griegos había en el centro un altar que molestaba y se desplazo al fondo, junto a la primera fila, después se eliminó.
3º La Escena (skené): es el lugar por donde aparecen los actores desde la parte posterior. La parte anterior, que da a la orquesta, se llama proscenio (proskenion, prescaena o pulitum) y fue alli donde se trasladaron los actores desde la orquesta