La Llegada de los Romanos a la Península Ibérica
La llegada de los primeros romanos a la Península Ibérica se produjo porque querían desmantelar las bases cartaginesas en territorio durante la Segunda Guerra Púnica. Los cartagineses, bajo el mando de Amílcar, Asdrúbal y Aníbal, habían conquistado territorios hasta llegar al río Ebro y habían sometido la ciudad de Sagunto, aliada de Roma. Como reacción, los romanos llegaron a Hispania en el 218 a.C. y penetraron por Ampurias. A la cabeza del ejército romano estaban los hermanos Escipión (Cneo y Publio).
Conquistaron territorios y poblaciones del alto valle del Betis (Guadalquivir), Castulo (Linares) y Auringis (Jaén). Publio Cornelio Escipión continuó su labor. Tomó Cartago Nova y desarrolló sus campañas en las tierras que posteriormente se les llamó Bética, cabe destacar la conquista de Badia (pueblo de Almería), zona minera; a continuación, lucha en el valle del Betis, y, finalmente, conquista Gadir (Cádiz). Escipión fundó un importante núcleo urbano en Itálica (Sevilla) para dar asiento a los heridos del ejército romano.
Organización de Hispania
En época republicana Hispania queda dividida en dos grandes provincias:
- Hispania Citerior, con capital en Cartago Nova, después en Tarraco.
- Hispania Ulterior, con capital en Corduba.
Tras la labor de Escipión, se inició un largo período de casi 200 años de conquista romana, mediante el cual los pueblos de Hispania se adaptaron al modo de vida romano y asimilaron su cultura. Esta asimilación supuso un cambio en todos los ámbitos de la vida: político, social, religioso, económico, urbanístico, lingüístico, etc. La Bética asimiló rápidamente y sin traumas la cultura romana.
El Auge de las Ciudades en la Bética
En el siglo I a.C. llega a la Península César, tras la guerra civil con Pompeyo, recompensó la fidelidad de ciudades que le apoyaron condonando impuestos y concediendo privilegios, como la concesión de ciudadanía romana, fue el inicio del florecimiento de las poblaciones.
A finales de la República y principios del Imperio creció el número de municipios romanos, algunos de los municipios más importantes fueron:
- Municipium Augustum Gades (Cádiz)
- Municipium Constantia Iulia Osset (Triana)
- Italica (Santiponce)
- Castulo (Linares)
- Lliberris (Granada)
Organización Administrativa con Augusto
Con Augusto hay una nueva organización administrativa de Hispania, se divide en tres provincias: Bética, Lusitania y Tarraconensis. De la Bética proceden dos emperadores de la dinastía de los Antoninos: Trajano y Adriano, ambos de Itálica. Con Adriano Itálica conoció una transformación muy importante, pasando de municipio a colonia, construyéndose una nueva ciudad con amplias calles y que contó con 10.000 habitantes. Otro emperador de esta misma dinastía fue Marco Aurelio, originario de Ucubi (Espejo).
Muy importante fue la concesión de ciudadanía romana a todo el imperio por el emperador Caracalla. Con Dioclaciano hubo una nueva reorganización de las provincias de la Península: Gallaecia, Tarraconensis, Cartaginiensis, Lusitania y Baetica.
Infraestructuras y Economía
Las Calzadas Romanas
Una de las construcciones más emblemáticas de época romana son las calzadas, llegaron a convertirse en una extensa red de comunicaciones a lo largo de todo el territorio peninsular, facilitó el desarrollo económico de las provincias y el transporte logístico de los efectivos militares. En la Bética éstas eran las principales calzadas:
- Una vía principal que unía Gades e Hispalis con Asturica Augusta (Astorga) y Gigia (Gijón). Es la conocida como Vía de la Plata.
- La Vía Augusta o Vía Hercúlea, que unía Ampurias con Gades, pasando por Corduba e Hispalis.
Riqueza Minera
La riqueza minera fue explotada por los tartesios, fenicios y cartagineses. Se encontraban en:
- Sierra Morena: en Castulo (Linares), importante explotación de plata. En Sisapo (Almadén) se extraía cinabrio. En Córdoba extracción de plomo. En Jaén se hallan unas explotaciones mineras de plomo y plata, se conservan los hornos, lavaderos, almacenes, viviendas de los mineros… El mineral de esta región era transportado por el Guadalquivir hacia los puertos de Hispalis y Gades.
- Riotinto: se extraía principalmente plata y cobre.
Agricultura y Pesca
La Bética tenía en época romana una explotación agropecuaria muy similar a la que se da hoy en día: cereales, olivo, vid y una rica ganadería, gracias a la fertilidad del suelo y a la disponibilidad de agua. Toda su producción se exportaba. Una prueba indiscutible de la esta inmensa y rica producción olearia de la Bética lo constituye el Monte Testaccio de Roma, colina artificial formada por los restos de millones de ánforas. Un 80% de estas ánforas son béticas y gracias a los tituli picti sabemos que contenía aceite bético.
Las costas de la Bética eran conocidas por su rica aportación pesquera, sobre todo de atún, y las fábricas especializadas en la industria de la salazón desde época fenicia. En época romana esta industria estuvo ampliamente desarrollada, así como aquellas especializadas en la elaboración del garum. Actualmente se conservan restos arqueológicos de esta industria en Abdera, Sexi y Baelo.
Construcciones Romanas en la Bética
Anfiteatros
Era una construcción ovalada de gran capacidad. La parte central, llamada arena, estaba rodeada por las gradas. Estaba destinado a la lucha de gladiadores, venationes… Destacan los de Baelo, Gades, Carmona, Carteya, Córdoba, Écija, Espejo, Ronda… El de Itálica en tiempos de Adriano llegó a tener capacidad para 25.000 espectadores.
Teatros
De forma semicircular. El público sentado en las gradas asistía a la representación dramáticas. Los más importantes de la Bética son Acinipo (Ronda) con una capacidad para 3.000 espectadores, Urso (Osuna), Baelo, Corduba, Malaca, Hispalis…
Puentes
Destaca el puente sobre el Guadalquivir en Córdoba. En Sevilla encontramos el puente de Carmona. En Jaén cabe destacar el puente de Andújar, sobre el río Guadalquivir.
Mosaicos
La ciudad de Itálica ofrece hermosos mosaicos que sirvieron de pavimento o como elemento decorativo. Los más representativos son el de Neptuno, el de Hércules y el de escenas báquicas. En Córdoba destaca el mosaico de Polifemo y Galatea.