Causas de la Guerra Civil Española
La guerra civil española se inicia como un clásico golpe militar, que fracasó. Se debió a contradicciones entre los intereses de la oligarquía conservadora y de la política reformista republicana, así como la radicalización política e ideológica de la sociedad. La larga duración permitió a los vencedores la eliminación de toda oposición, por lo que se prolongó la dictadura franquista.
Debemos tener en cuenta su perspectiva internacional, debido a los apoyos a ambos grupos y a la expansión de los fascismos. La guerra civil dividió al país en dos zonas: una España rural y conservadora, en manos de los rebeldes, y una España urbana y progresista, fiel a la República. La guerra civil puede considerarse un fracaso, ya que se pasó de una convivencia democrática a una extrema polarización política, que llevó a posturas extremas. El conflicto se inicia porque la derecha no aceptó a un gobierno legal y democráticamente elegido, no aceptaron la victoria electoral del Frente Popular y el reinicio de las reformas económicas y sociales.
Es un fracaso también de la arcaica organización socio-económica, caracterizada por un desigual reparto de la riqueza y de la propiedad, lo que generaba una gran conflictividad social. Por último se debió también a un golpe militar fracasado porque no consiguió derribar al gobierno, y no triunfó en las principales ciudades. El punto de arranque del conflicto es el asesinato de Castillo por militantes de la Falange y como respuesta el de Calvo Sotelo por la guardia de asalto.
Desde el triunfo electoral del Frente Popular, las tesis defensoras de la República habían perdido terreno entre las fuerzas reaccionarias de la derecha que estaban dispuestas a mantener contactos con Alemania con vistas a un probable golpe de estado. Un sector del ejército comenzó a tramar el pronunciamiento aunque no sabían cual iba a ser el tipo de régimen resultante. Como jefe de la sublevación estaba Sanjurjo pero murió en un accidente aéreo y como director se estableció el general Mola. La sublevación militar comenzó el 17 de julio de 1936 en Melilla, extendiéndose al día siguiente por todo el país, con Franco al frente del ejército africano.
La Guerra de la Independencia Española
El rey Carlos IV accedió al trono español en 1788, e inmediatamente se vio desbordado por la compleja situación creada por la Revolución Francesa (1789). La política exterior, conducida por el primer ministro Manuel Godoy desde 1792, vaciló entre el temor a Francia y el intento de pactar con ella para evitar el enfrentamiento con el poderoso ejército francés. De este modo, ante la ejecución de Luis XVI en 1793 España le declaró la guerra a Francia, aunque salió derrotada; y ante la expansión del poderoso ejército napoleónico por toda Europa España firmó el Tratado de San Ildefonso por el que se enfrentaba con Inglaterra para bloquear económicamente a esta nación. España perdió casi toda su flota en la Batalla de Trafalgar (1805).
En 1807, Napoleón obtuvo el consentimiento de Carlos IV, mediante el Tratado de Fontainebleau, para que sus ejércitos atravesasen España para invadir Portugal a cambio de un futuro reparto del país. Sin embargo, las tropas francesas se acuartelaron en ciudades estratégicas, por lo que los reyes se trasladaron al sur y el pueblo empezó a temer una invasión francesa. El 18 de marzo de 1808 estalló el motín de Aranjuez, una revuelta popular que perseguía la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV. Como resultado se produjeron los Sucesos de Bayona, en los que Napoleón consiguió que Carlos VI y Fernando VII abdicaran en su persona a cambio de recompensas económicas. Napoleón, una vez legitimado por las abdicaciones, nombró a su hermano José rey de España. Y ante las confusas noticias de que Fernando VII había sido secuestrado, el pueblo de Madrid se alzó de forma espontánea el 2 de mayo contra la presencia francesa. Aunque la revuelta fue duramente reprimida, su ejemplo cundió en todo el país iniciándose así la Guerra de la Independencia Española (1808-1814).
Un movimiento de resistencia popular frenó el avance de las tropas imperiales mediante las Juntas de Armamento y Defensa, que dirigían políticamente a España ante el vacío de poder y coordinaron la acción contra los franceses mediante la resistencia en los sitios y las guerrillas. Se crearon en tres fases: local, provincial y finalmente la Junta Central, que constituiría las Cortes de Cádiz e impulsaría la primera experiencia liberal en España con la Constitución de 1812.
Bandos de la Guerra
- Al bando francés se adhirieron los afrancesados, que veían al gobierno de José I como vía de modernizar el país e implantar el liberalismo.
- Al bando español se aliaron:
- la nobleza y la iglesia, que defienden el absolutismo para conservar sus privilegios;
- los ilustrados, que deseaban la victoria de Fernando VII, del que se esperaba que impulsase reformas;
- los liberales, que veían en la situación revolucionaria creada por la guerra la ocasión de implantar el liberalismo; y
- el pueblo, que afrontó la guerra como un movimiento de defensa contra un invasor extranjero.
Desarrollo de la Guerra
Al comienzo de la guerra se produjo el éxito de la resistencia española con la derrota francesa en Bailén (1808) y la resistencia en los sitios de Zaragoza y Gerona. Pero pronto Napoleón decide intervenir personalmente y envía a la Gran Armée, que en 1810 ya había conquistado todo el territorio salvo Cádiz, defendida por portugueses y británicos y donde se trasladó la Junta Central. Pero la retirada de gran parte del ejército francés en 1812 para enviarlo a Rusia cambió la situación, y tras la batalla de Vitoria en 1813 José I debió cruzar la frontera. En diciembre Napoleón firma el Tratado de Valençay, por el que devolvía a Fernando VII la corona española.
Consecuencias de la Guerra
- A nivel nacional el país quedó arrasado, tanto económica como demográficamente, la hacienda pública se arruinó, los afrancesados se exiliaron y se produjo el expolio de obras artísticas;
- A nivel internacional, se produce un intento independentista en América entre 1808 y 1825 aprovechando el vacío de poder, que culminará con la pérdida de las colonias americanas.
Conclusión
En resumen, la Guerra de la Independencia consistió en la invasión francesa del país respondida con la resistencia popular, y supuso el inicio de la revolución liberal en España, la adquisición del pueblo español de identidad nacional y de soberanía, y la primera experiencia constitucional de nuestra historia.