La Guerra de Independencia Española (1808-1814): Resistencia, Liberalismo y la Constitución de 1812

La Guerra de la Independencia Española (1808-1814)

Sitios y Guerrillas

Desde el punto de vista bélico, el ejército tradicional español era incapaz de oponerse al avance de las fuerzas francesas. La guerrilla y los sitios fueron la forma de impedir el dominio francés sobre el territorio español. Los sitios consistían en la resistencia de las ciudades españolas al avance francés, resistiendo de todas las maneras posibles para desgastar a las tropas napoleónicas. La guerrilla fue la forma espontánea de resistencia armada. Grupos de campesinos, burgueses, sacerdotes y personas de diversas ocupaciones se organizaban para boicotear a los franceses.

Las Diferentes Fuerzas Políticas

La invasión francesa obligó a la toma de postura por parte de la población española. Una pequeña parte, conocida como afrancesados, aceptaron al nuevo monarca José Bonaparte. El resto de la población formó el frente patriótico. Dentro de este bando, encontramos posiciones muy diferentes:

  • Nobleza y clero: Luchaban por la vuelta al Antiguo Régimen.
  • Ilustrados y liberales: Deseaban que la victoria frente a Napoleón permitiese una serie de reformas.
  • Gran parte de la población: Al margen de ideologías, afrontó la guerra como un movimiento de defensa contra un invasor extranjero, solicitando la vuelta a España de Fernando VII.

El Desarrollo de la Guerra

Napoleón no esperaba encontrar grandes resistencias. Sin embargo, estas previsiones se desbarataron ante la resistencia popular en ciudades como Gerona y Zaragoza, y la derrota del ejército francés en la Batalla de Bailén (1808). Ello provocó el aumento de la presencia francesa, que llegó a controlar casi todo el territorio español. A partir de ese momento, la guerrilla fue la única fuerza de resistencia real frente al invasor.

A partir de 1812, el curso de la guerra empezó a ser desfavorable para Francia. La campaña de Rusia obligó a Napoleón a desplazar parte de sus tropas. Además, las fuerzas españolas, apoyadas por el ejército inglés, comenzaron a hostigar a los franceses. Incapaz de mantener los dos frentes, Napoleón pactó el fin del conflicto con los españoles, firmándose en 1813 el tratado de Valencay.

El Liberalismo

La burguesía fue el sector social que más defendió las ideas liberales de la Revolución Francesa, cuyos principios fundamentales eran:

  • Soberanía nacional: El pueblo elige a sus representantes.
  • Igualdad ante la ley
  • División de poderes: Ejecutivo, legislativo y judicial.
  • Monarquía limitada por una constitución.
  • Libertad individual
  • Defensa de la propiedad privada
  • Libertad de actividades económicas: Desaparición de los gremios.

Sin embargo, estos principios, defendidos por la burguesía, serían modificados posteriormente por ella misma, orientándolos en su propio beneficio.

Las Cortes de Cádiz

En el verano de 1808, a comienzos de la guerra, la Junta Suprema Central se reunió en Madrid tras la derrota francesa en Bailén. Allí, la Junta reconoció a Fernando VII como rey legítimo de España. Pero el avance francés en 1810 hizo que la Junta huyera primero a Sevilla y luego a Cádiz, única ciudad española que resistía el asedio francés gracias a su defensa marítima.

En enero de 1810, la Junta Suprema Central se disolvió, dando paso a la convocatoria de Cortes, institución encargada de hacer leyes. El proceso de elección de diputados y su reunión en Cádiz fueron difíciles. En un país dominado por los franceses, era imposible una elección de representantes, y en muchos casos se optó por elegir sustitutos entre las personas de cada provincia que se hallaban en Cádiz, siendo la mayoría clérigos, abogados, funcionarios y profesionales liberales. El ambiente liberal de la ciudad influyó en que gran parte de los elegidos tuvieran estos ideales. Las Cortes se abrieron en septiembre de 1810. En su primera sesión, aprobaron el principio de Soberanía Nacional y se propusieron la elaboración de una Constitución.

Además de la Constitución, las Cortes aprobaron leyes y decretos dirigidos a eliminar el Antiguo Régimen y establecer un régimen liberal. Se decretó la supresión de los señoríos jurisdiccionales y los privilegios de la nobleza, se creó un ejército nacional, se abolió la Inquisición y se adoptaron medidas económicas como la libertad agrícola y ganadera, la supresión de los gremios y una tímida desamortización eclesiástica.

La Constitución de 1812

Dos años más tarde, el 19 de marzo de 1812, día de San José (de ahí “la Pepa”), se promulgó la Constitución Española, que se caracteriza por un espíritu conciliador entre liberales y absolutistas. Para contentar a los más conservadores, se reconocieron los derechos de la Iglesia Católica y sus privilegios, pero se sentaron las bases de un estado liberal:

  • Derechos Individuales: Se aprobó la libertad jurídica y de imprenta, el derecho de propiedad, el sufragio y ciertas garantías penales, pero no se reconoció la libertad religiosa.