La Guerra Civil Española (1936-1939): causas, desarrollo y consecuencias

La Guerra Civil Española (1936-1939)

La guerra civil fue el resultado del fracaso de la convivencia democrática y el sistema de la Segunda República Española, con un impacto nacional e internacional sin precedentes en la historia española del siglo XX.

1. Sublevación militar y estallido de la guerra civil

Causas:

  • Agravamiento de los problemas a los que tuvo que enfrentarse la Segunda República.
  • Oposición a las reformas republicanas por parte de la oligarquía, la Iglesia, etc.
  • Falta de apoyo del movimiento obrero que defendía la opción revolucionaria.
  • Enfrentamiento ideológico en Europa: fascismo, modelo socialista y reformismo democrático.
  • Inmadurez política.
  • Clima de violencia y enfrentamiento social.

El fracaso del golpe de Estado de 1936, que triunfa en el frente popular y aplica reformas, no detuvo las conspiraciones antirrepublicanas. En abril de 1936, se preparó una red golpista bajo la iniciativa de Mola y Sanjurjo que pretendían la destrucción de la República. Sanjurjo asumiría el mando del nuevo gobierno.

El 17 de julio se sublevó la guarnición de Marruecos y triunfó en la España interior; las zonas fieles a la República fueron las regiones más evolucionadas.

Las fuerzas armadas aparentemente estaban en equilibrio, pero era un ejército desmoronado y la República tardó en reaccionar. Los presidentes del gobierno iban dimitiendo uno tras otro, como César Quiroga el 18 de julio. José Giral, nuevo presidente, entregó armas a las milicias obreras.

En la población civil, las clases altas y el campesinado apoyaron al levantamiento, mientras que los trabajadores del campo y la ciudad apoyaron a la República. Un gran número de españoles, “la mayoría silenciosa”, ocultaron su ideología.

2. El desarrollo de la guerra: etapas

A. Fase inicial: guerra de columnas y avance sobre Madrid

Participan columnas militares de ambos bandos: los de Mola y los de Franco. La toma de Madrid era primordial.

B. La batalla de Madrid

Las fuerzas sublevadas iniciaron una operación de tenaza sobre la capital que se convirtió en una guerra de desgaste. Los republicanos resistieron a los bombardeos de los sublevados que fracasaron a pesar de la ayuda internacional. Debido a esto, Franco renunció a la toma de la capital.

C. La campaña del norte y ofensivas republicanas

En la toma del País Vasco, los alemanes y unidades carlistas desencadenaron bombardeos masivos sobre la población civil (Guernica). Se cercó el norte para cortar las comunicaciones con Madrid. Los republicanos abrieron nuevos frentes como estrategia de distracción, pero no lo consiguieron y estos tomaron Teruel, pero por poco tiempo.

D. La batalla del Ebro y toma de Cataluña

El bando sublevado lanzó un ataque a lo largo del Ebro y frente de Aragón. El gobierno del socialista Negrín reorganizó el ejército y puso al mando al general Rojo. Se llevaron a cabo ataques para desgastar al enemigo.

E. Fase final

Franco se centró en Cataluña y tomó Barcelona. Negrín y el PCE propusieron una política de resistencia a ultranza. El grupo liderado por el coronel Casado organizó un golpe de estado. Franco proclamó su victoria el 1 de abril de 1939.

Organización de la España republicana

Entre julio y septiembre de 1936, el estado republicano fue incapaz de controlar su territorio. Se produjo una sucesión de breves gobiernos sin capacidad ejecutiva. Con José Giral se puso en marcha una revolución espontánea liderada por los sindicatos UGT y CNT. El resultado fue desastroso. Las tropas republicanas combinaron milicias de partidos y sindicatos con soldados del ejército. Esta forma de hacer la guerra y la revolución simultáneamente, era el objetivo de la CNT, FAI y POUM, mientras que para el PCE y la mayoría de socialistas era ganar la guerra. Dichas diferencias debilitaron la reacción de la República. Posteriormente se hizo un esfuerzo para la reconstrucción del estado y la creación de un ejército popular y disciplinado. Largo Caballero garantizó la defensa de Madrid bajo la autoridad de las Juntas de Defensa. No se pudieron evitar los enfrentamientos internos como la insurrección de mayo de 1937 en Barcelona. Un equipo encabezado por Negrín fue creciendo con la ayuda de la URSS. El gobierno tuvo que resistir hasta agotar el apoyo internacional con el estallido de la guerra en Europa.

La evolución política de la zona sublevada

Se intentó crear un poder militar que anulara la legislación del Frente Popular y del cual la Junta de Defensa Nacional de Burgos era la encargada. El ejército sublevado junto con la Falange, carlistas e Iglesia presentaron la guerra como una cruzada. Franco fue nombrado jefe de gobierno y del estado y Generalísimo de los Ejércitos, que ordenó la creación de un partido único: Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Se elaboró una legislación reaccionaria y el régimen se identificó con la Iglesia, originando la ideología del nacional-catolicismo.

3. Dimensión internacional del conflicto

El material recibido por los sublevados fue el más adecuado. Se estrenaron armas como los tanques y nuevas estrategias. La ayuda internacional a los sublevados se concretó en la Legión Cóndor y en el Corpo Truppe Volontarie. La República fue apoyada por las Brigadas Internacionales y la URSS, a cambio de las reservas de oro del Banco de España, ayudó al Banco Gubernamental. La ayuda a la República fue menor. Las potencias democráticas acordaron la no injerencia diplomática y militar, cuyo objetivo era apaciguar a Hitler. Por ello se creó el Comité de No Intervención.

4. Consecuencias de la guerra

  • Sociales: Alrededor de 500.000 muertos en los campos de batalla. Desarrollo de tácticas como las ejecuciones en masa que causaron un sufrimiento civil desconocido hasta entonces.
  • Económicas: Grandes pérdidas económicas. La escasez, el hambre y los cartillas de racionamiento fueron comunes.

5. Guerra Civil en Castilla y León

La mayor parte de esta región se sumó a la sublevación militar y se constituyó en Burgos la Junta de Defensa Nacional. En la primera fase de la guerra, los sublevados organizaron desde Burgos y Valladolid las fuerzas que se sumaron a las columnas que pretendían tomar Madrid. Después, se pasó al norte de la península, donde la lucha se prolongó durante meses en la montaña de León. Los vencedores ejercieron en Castilla y León una dura represión. Prisiones como la de San Marcos de León y fusilamientos o también llamados “paseos”.