La Guerra Civil Española (1936-1939): Causas, Desarrollo y Consecuencias

La Guerra Civil Española (1936-1939): Causas, Desarrollo y Consecuencias

1.- PREÁMBULO DE LA GUERRA

Los militares sublevados en julio de 1936 justificaron la insurrección por un motivo básico: salvar a España de una inminente dictadura comunista, ya que el pueblo español corría el riesgo de una revolución que lo convertiría en un satélite de la Unión Soviética. Pero este planteamiento no era cierto. En 1936, el Partido Comunista de España contaba tan solo con 14 diputados y seguía las directrices de Moscú que apoyaba a gobiernos democráticos para frenar la expansión del fascismo. Por otra parte, durante la primavera de 1936 se produjo en España un deterioro importante del orden público y que el Gobierno no actuó con firmeza y habilidad. Había una gran división social e ideológica en el país.

1.1.- Los gobiernos del frente popular

El 18 de febrero, después de las elecciones, el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, encargó la formación de Gobierno a Manuel Azaña, este empezó a aplicar las medidas del programa del Frente Popular. El programa se asentaba en cuatro ejes principales: continuación de la reforma agraria, desarrollo de la política educativa, amnistía para los presos políticos, y el restablecimiento de la Generalitat de Cataluña, al mismo tiempo que daba un impulso para aprobar los Estatutos de Autonomía del País Vasco y de Galicia, que anteriormente habían sido paralizados por la derecha. En abril fue destituido Alcalá Zamora y en su lugar fue elegido, Manuel Azaña. La presidencia del Gobierno la asumió el nacionalista gallego Santiago Casares Quiroga. Pero no se pudo evitar el progresivo deterioro del orden público. Este desorden público se manifestó principalmente de tres maneras: huelgas y ocupación de tierras en el campo, sobre todo en Andalucía y Extremadura, y conflictividad social en las ciudades. En segundo lugar, ataques a edificios religiosos y quema de algunos conventos. Y, por último, atentados políticos protagonizados por grupos de los extremos tanto de derechas como de izquierdas. Produjo un gran impacto el atentado que acabó con la vida de José Calvo Sotelo, diputado monárquico. Este atentado fue perpetrado por miembros de la Guardia de Asalto como represalia por el asesinato de un teniente de este cuerpo días antes por un falangista.

1.2.- La radicalización social y política

En la derecha se constató un incremento de las actividades violentas de la Falange Española y de las JONS (dirigido por Ledesma Ramos), aunque el aumento de militares fue escaso. El Gobierno detuvo y encarceló al líder de la Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, acusado de organizar alteraciones del orden público. En la izquierda también se observaba una radicalización, principalmente en el PSOE y en la CNT. En el PSOE se había producido una división interna entre los partidarios de la revolución social, sector radical liderado por Largo Caballero, y un sector moderado, cuyo dirigente principal era Indalecio Prieto.

1.3.- La conspiración militar

Desde el momento en que se proclamó la República, en una parte del ejército se mostró abiertamente su hostilidad al nuevo régimen y no dejó nunca de conspirar contra él. El golpe de Estado fracasado del general José Sanjurjo, en 1932, fue un ejemplo de ello. Entre las diversas conspiraciones contra la República destacan los sucesos de la noche de las elecciones de febrero de 1936. Cuando se conoció el triunfo electoral del Frente Popular, el general Franco, jefe del Estado Mayor, propuso la declaración del estado de guerra. El Gobierno de la República era consciente de este peligro, y por eso situó como jefes de las capitanías generales a militares de probada fidelidad republicana. Los generales menos adictos a la República fueron enviados a capitanías menos importantes: Franco, a Canarias. Los primeros días de marzo empezaron a tramarse varias conspiraciones, por parte de generales, políticos y Falange Española. Pero, a partir del mes de abril el general Mola prepararía la red golpista más consistente. Este golpe sería de acción rápida y habría que utilizar la violencia que fuera necesaria. El golpe se adelantó al 18 de julio, en parte por el impacto emocional tras el asesinato del ministro de la dictadura de Primo de Rivera, don José Calvo Sotelo. La conspiración militar estaba en conexión con terratenientes y financieros que hicieron llegar a Marruecos desde Canarias al general Franco.

2.- LA INSURRECCIÓN MILITAR Y SU RESPUESTA

La sublevación militar se inició en Melilla el 17 de julio de 1936. Poco después, Franco volaba de Canarias a Marruecos y se ponía al frente del ejército de África. Los fusilamientos se repitieron a jefes militares y civiles que se mantenían fieles a la República, y se negaban a colaborar con los golpistas. El 18 de julio se alzó en Sevilla el general Queipo de Llano y, durante la noche del 18 al 19 el general Mola y otros jefes militares declararon el estado de guerra en el resto de España.

2.1.- España dividida

Los rebeldes habían triunfado en la España rural (Castilla, Aragón, Galicia, norte de Extremadura, Andalucía occidental, Mallorca, Canarias y Marruecos). El resto del país se mantuvo fiel a la República: ciudades importantes y zonas industriales. Las tropas de África fueron frenadas por la Armada en el Estrecho de Gibraltar. En las zonas republicanas se crearon comités locales y provinciales para asumir el control de los ayuntamientos e instituciones con el fin de garantizar el abastecimiento, el orden público, las comunicaciones, etc. El Gobierno de la República, así como el de Cataluña y País Vasco no tenían capacidad para hacer cumplir sus decisiones. En los tres primeros días del golpe el Gobierno tuvo tres presidentes: Santiago Casares Quiroga, Martínez Barrio y José Giral. El poder popular consiguió en los primeros meses, desplazar en las decisiones a los políticos. En determinadas zonas se cometieron abusos de poder, sobre todo a miembros del clero. En las zonas republicanas, el ejército había prácticamente desaparecido, por eso el esfuerzo militar fue asumido por milicias populares. En la zona sublevada se usó una violencia extrema con alcaldes, gobernadores y jefes militares, así como, sindicalistas. Muchos fueron fusilados sin juicio. Empezaba así una larga Guerra Civil que los insurrectos no habían previsto. Además, la población civil quedó dividida sin poder decidir según su ideología en un bando o en otro.

2.2- Dimensión internacional del conflicto

La Guerra Civil española conmocionó a todo el mundo occidental. En general, la opinión pública mundial se posicionó a favor de la democracia republicana frente al fascismo. Tanto el bando fascista como el republicano pidieron ayuda al exterior y tuvieron que realizar un gran esfuerzo diplomático. El ejército franquista obtuvo casi desde el comienzo de la guerra efectivos humanos y, sobre todo, material de Hitler (la Legión Cóndor) y de Mussolini, sin la cual difícilmente hubiera ganado la guerra. Los republicanos obtuvieron el apoyo de la URSS, y, en menor medida, de Francia. Hay que señalar el importante papel de las Brigadas Internacionales, unidad militar formada por 40.000 hombres de diversos países que acudieron de manera voluntaria para ayudar a salvar la República. Las democracias occidentales, sobre todo Francia y Reino Unido, propiciaron un Comité Europeo de No Intervención, encargados de vigilar que no se mandara armamento a ninguno de los dos bandos, pero Alemania ni Italia acataron las resoluciones.

3.- LAS FASES MILITARES DE LA GUERRA

La guerra puede dividirse en tres fases.

3.1.- Los primeros meses de la guerra (julio-diciembre de 1936)

El primer objetivo militar de los insurrectos era Madrid. El general Mola envió allí columnas desde Pamplona. El ejército de África había conseguido atravesar el estrecho de Gibraltar con la ayuda de la aviación de Mussolini. Una vez en la Península, Franco entró en Córdoba y en Granada y, desde Sevilla, se dirigió a Madrid por Extremadura, que ocupó a pesar de la defensa que opusieron los republicanos en Badajoz. Pero cuando llegó a las cercanías de Madrid, la eficaz defensa de la capital le obligó a detenerse. El Gobierno de la República se trasladó a Valencia por motivos de seguridad. En septiembre, el general Mola ocupó Irún y Donostia-San Sebastián, mientras las tropas concentradas en Galicia, donde había triunfado el alzamiento, llegaron a Oviedo y acabaron con la resistencia republicana. La falta de jerarquía militar y de disciplina, así como la falta de armamento y otros recursos de intendencia de las columnas republicanas explica su debilidad.

3.2.- De la batalla del Jarama a la batalla del Ebro (1937-1938)

Durante la segunda fase de la guerra, las tropas insurrectas intentaron de nuevo conquistar Madrid mediante unas maniobras para cerrarla, primero por la carretera de A Coruña, después por el valle del río Jarama y, por último, por el norte de la provincia de Guadalajara. Pero no lo consiguieron. Ante la imposibilidad de ocupar la capital, Franco decidió centrar su ataque en lo que quedaba de Andalucía en manos republicanas e intentar acabar con las resistencias en Asturias y el País Vasco. Tras el fracaso de las tropas franquistas en las batallas del Jarama y Guadalajara a comienzos de 1937, en marzo el general Mola, con importante colaboración del ejército italiano y de la aviación alemana, inició una decisiva campaña militar en el frente norte. Tras el bombardeo de Gernika en abril de 1937, Bilbao cayó en manos del ejército nacional. En octubre toda la cornisa cantábrica, con sus recursos energéticos e industriales, quedó en manos de los franquistas. Durante el mes de diciembre de 1937, las tropas republicanas lanzaron una ofensiva contra Teruel. El gobierno de la República se trasladó de Valencia a Barcelona. En 1938 la zona republicana estaba muy dividida. El Ejército Republicano preparó una ofensiva en la zona del Ebro para volver a unir el territorio republicano. La batalla del Ebro se prolongó durante cinco meses y en ella se produjeron muchas bajas en ambos bandos. Franco consiguió romper el frente republicano y tuvo libre el acceso hacia Cataluña. En esta batalla, la República perdió la posibilidad de cambiar el curso de la guerra.

3.3.- La rendición final (23 de diciembre de 1938-1 de abril de 1939)

El ejército franquista fue ocupando toda Cataluña. El gobierno republicano, el vasco y el catalán pasaron la frontera junto con miles de personas que huían. El 28 de febrero de 1939, Manuel Azaña dimitió como presidente de la República y no fue sustituido por nadie. El 28 de marzo, las tropas franquistas ocuparon Madrid. La última ciudad que ocupó el ejército franquista fue Alicante. El 1 de abril de 1939, la guerra había acabado.

5.- Las trayectorias políticas

5.1.- La España republicana. (El gobierno de Francisco Largo Caballero)

En la retaguardia republicana, las derrotas militares de los primeros meses evidenciaron la necesidad de formar un Gobierno central de unidad, de volver a la autoridad institucional republicana y de crear un ejército regular. José Giral dimitió como presidente del Gobierno y fue sustituido por Largo Caballero, que gobernó desde 1936 hasta 1937. Su Gobierno recuperó lentamente los poderes del Estado. Por su disciplina interna y por contar con un importante apoyo de la URSS, el Partido Comunista se fue imponiendo hasta llegar a ser el partido más influyente. Pero la marcha de la guerra provocó numerosos enfrentamientos en el seno del gobierno. La crisis política se precipitó a partir de mayo de 1937. Se produjeron enfrentamientos armados entre el POUM (grupo comunista enemigo de la URSS) y el PSUC (comunistas catalanes).

El Gobierno de Juan Negrín

Azaña encargó la formación de un nuevo gobierno al socialista Juan Negrín. Negrín se mantuvo en el cargo hasta el final de la guerra con el apoyo del PSOE y del PCE. Negrín orientó su política a fortalecer el estado y a potenciar un ejército popular. Negrín era partidario de resistir hasta el final, confiando en que el estallido que se adivinaba de la guerra mundial favoreciese a la República. Su política se plasmó en un programa, “los trece puntos”, que pretendía tantear la posibilidad de un armisticio. Pero Franco respondió con la exigencia de la rendición incondicional.

5.2.- España nacional

En el bando insurrecto nadie discutía la primacía militar de Francisco Franco, pero en el terreno político había discrepancias entre Falange Española y las JONS (antimonárquicos), y la Comunión tradicionalista (monárquica). Por otra parte, algunos monárquicos alfonsinos preconizaban el retorno al trono español de Alfonso XIII, que vivía en el exilio. El hecho más grave derivado de las tensiones políticas, fue un enfrentamiento a tiros, en Salamanca, entre facciones de falangistas. Franco reaccionó y promulgó un decreto de unificación, por el que se creaba un partido único al estilo fascista (FET y de las JONS). Esta unificación causó tensiones a las Falange. Los antiguos militantes de la CEDA y los grupos monárquicos se sometieron a la FET y las JONS. El general Franco era el jefe indiscutible de ese nuevo partido. Con esta medida, Franco conseguía el poder absoluto: generalísimo del Ejército, Jefe del Estado y del Gobierno, y jefe de un partido político único.

La base de los apoyos ideológicos del franquismo son:

  1. Pensamiento Falangista (26 de los 27 puntos de la Falange fueron la base oficial del franquismo).
  2. Carlismo (tradición y espiritualidad católica) y conservadurismo (monarquía).
  3. El apoyo de la Iglesia tuvo algunos reparos por el Vaticano debido a las buenas relaciones de Franco con Hitler y Mussolini. Y también algunas distensiones en la Iglesia de España, en concreto los obispos vascos, por la muerte de algunos sacerdotes. Los obispos españoles, en una carta colectiva, calificaron el alzamiento (Guerra Civil) como una “Cruzada cristiana”, con lo que legitimaban a los golpistas ante la opinión internacional.

5.3.- Las retaguardias

Las retaguardias son las zonas en el ámbito militar que no están en la primera línea del frente de batalla.

5.3.1.- La zona republicana

: Desde julio de 1936 ( al comenzar la guerra ) en la zona republicana se produjeron dos fenómenos: la aparición de un poder militar, y la ruptura política.. -Las organizaciones obreras crearon comités y no estaban controlados por los políticos. En Cataluña integrado por agrupaciones de izquierda. Algo parecido sucedió en otras ciudades. Una de las primeras medidas de estos comités fue hacerse cargo de las tierras y de las fabrica y este proceso colectivizador llego a los oficios tradicionales y al campo. Se caracterizaba por la autogestión de los trabajadores. A diferencia de la nacionalización, en la que era el gobierno quien se hacia cargo de las empresas y de las tierras. En las áreas donde existían grandes terratenientes se crearon comunas de jornaleros que colectivizaron los campos.

5.3.1.- La zona nacional: La muerte en accidente de avión del general José Sanjurjo el 20 de julio de 1936 dejo a los sublevados sin un jefe visible. La dirección del alzamiento la ejercía una Junte de Defensa Nacional. Pero en realidad cada general ordenaba lo que quería en su zona. Los generales insurgentes proclamaron a Francisco Franco jefe del Estado y generalísimo ( general en jefe ) de los ejércitos. La primera medida de Franco fue ja creación de Juntas para contrarrestar la obra de la República: devolver las tierras a sus propietarios, anular la reforma educativas, prohibir partidos políticos y sindicatos excepto la Falange.

5.3.3.- La violencia y la represión.  Zona republicana–) En la zona republicana, toda persona sospechosa de apoyar la sublevación militar o de simpatizar con ella fue objeto de persecución que, en ocasiones, terminó en asesinato. Las organizaciones antifascistas tomaron parte en la represión de los primeros meses con las patrullas de control, que el Gobierno fue incapaz de dominar. Durante toda la guerra la practica religiosa fue prohibida.

 Zona insurrecta: En la zona insurrecta también se vivió un clima de terror, a veces más acentuado incluso que en la zona republicana, con el agravante de que, durante la guerra, ninguna voz se levantó contra la represión.

6.- CONCLUSIÓN: La Guerra Civil fue el episodio más traumatico del País durante el siglo XX y el odio entre los españoles de acrecentó. Las familias se vieron separadas. Miles de personas tuvieron que abandonar España y exiliarse en el extranjero y hubo casi medio millón de muertos. Todo el esfuerzo de regeneración cultural fue destruido. Los intelectuales de la generación del 27 murieron o se exiliaron. Se inició un periodo de represión, de falta de libertad y supresión de los derechos fundamentales de las personas. -España inició un periodo de aislamiento político y quedó fuera del impulso de progreso que se inició en Europa después de 1945.