A lo largo del primer tercio del Siglo XX España vivíó una época de admirable desarrollo cultural que se plasmó por igual en las artes plásticas, en las ciencias, en la música o en la literatura. Estos años vivieron también el auge de la Institución Libre de Enseñanza, que promovíó la creación de la Residencia de Estudiantes, por la que pasaron casi todos los autores de la generación del 27. El panorama cultural de esta edad de plata lo completa la multitud de revistas dedicadas al pensamiento, las artes y las letras (Revista de Occidente, Caballo Verde para la Poesía).
Todo este movimiento cultural junto a los movimientos de vanguardia generaron una gran diversidad de propuestas y derivaron en dos formas enfrentadas y a la vez complementarias de entender la poesía:
Lo que se llamó, con el magisterio de Juan Ramón Jiménez, “posía pura” y la denominada “poesía impura” que, como respuesta a aquella, tuvo como principal defensor al chileno Pablo Neruda.
La generación del 27, comparten una serie de rasgos comunes:
· Excelente formación académica e intelectual: están al tanto de las novedades de otros países.
· Armonizan el respeto por la tradición y el gusto por la novedad y la vanguardia. En cuanto a la forma, cultivan el verso tradicional a la vez que utilizan el verso libre, el versículo y el poema en prosa.
· Buscan un equilibrio entre lo sentimental y lo intelectual.
· Sintetizan el ideal de “poesía pura” con el del compromiso social y político. Esto les lleva también a buscar una poesía culta, pero también la popular.
· Tratan temas universales, enraizados en la tradición y temas relacionados con el espacio urbano, la creación poética o el compromiso cívico.
El episodio fundacional de este grupo es el viaje a Sevilla para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Góngora. Cada autor de esta generación presenta una voz propia; sin embargo, durante la dictadura de Primo de Riveray la Segunda República, se aprecia una evolución conjunta en la que se desarrollan dos etapas:
Primera etapa, hasta 1927. Es la etapa de fundación del grupo en la que se combinan tres líneas de desarrollo: el neopopularismo, la poesía pura y el creacionismo. El neopopularismo constituye la encarnación en la poesía española del primitivismo de las vanguardias. Elementos propios del folclore o la poesía infantil o de la poesía popular española . Este neopopularismo se manifiesta en obras como Romancero gitano de Lorca. Vemos en este poemario dos de los temas dominantes en Lorca como son la muerte y la pasión erótica.
Dentro de esta primera etapa, Juan Ramón Jiménez influye en los autores de la Generación del 27.
Pasa laocupacion de una poesía pur,en ellapredominael versocorto y laaspiracion a la palabra exacta. Los poemarios más destacados de esta tendencia son Cántico de Jorge Guillén y La voz a ti debida de Pedro Salinas.
Segunda etapa, desde 1927 hasta la guerra civil. Es la época de consolidación del grupo: se conocen entre sí, inician proyectos comunes y muchos se hacen amigos. Se produce un proceso de rehumanización bajo la doble influencia de Pablo Neruda y del Surrealismo. La poesía del grupo adquiere un marcado compromiso social y político. La influencia del Surrealismo se evidencia en La realidad y el deseo, de Cernuda, Poeta en Nueva York
La realidad y el deseo es el título bajo el que recogíó toda su obra Cernuda y que condensa su tema central. Para el poeta, solo el amor da sentido a la existencia. Sin embargo, el deseo erótico choca con una realidad agresiva. Poeta en Nueva York descubríó un mundo sumido en la angustia, esclavizado por las máquinas y el dinero. En poemas en verso libre, Lorca se solidariza ahora con los negros y con todos los marginados .
El Surrealismo supuso también una renovación estilística, que se concreta en el uso de imágenes y metáforas irracionales.
Al estallar la Güera Civil casi todos los poetas del grupo tomarán partido por la República .
El asesinato de Lorca y la marcha al exilio de la mayor parte de los poetas del 27 tras la guerra tienen como consecuencia la dispersión. Solo tres poetas del grupo permanecieron en España: Gerardo Diego y Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre, constituyen el punto de partida de la llamada poesía desarraigada. El resto del grupo siguió trayectorias propias desde distintos países aunque un rasgo recurrente de esta poesía del exilio es la evocación nostálgica y la visión crítica., crítica a los vencedores, la deshumanización y el desasosiego del mundo contemporáneo o la añoranza de un tiempo pasado de felicidad son algunos de los temas tratados.
La voluntad de renovación también se dio en el teatro Destaca el teatro de Rafael Alberti y García Lorca. Antes de la guerra, Alberti escribíó piezas experimentales como El hombre deshabitado. En el exilio compuso El adefesio y Noche de guerra en el Museo del Prado. García Lorca es el principal dramaturgo de la generación y consigue crear un teatro a la vez profundamente poético y humano, culto y popular el autor teatral español más representado en el mundo.Se distinguen cuatro bloques: las primeras obras, las farsas, teatro experimental y el teatro mayor. El tema fundamental nace del choque de dos fuerzas: el deseo de libertad, de plenitud erótica y vital, encarnado casi siempre por personajes femeninos y la realidad que se opone a su cumplimiento. En cuanto a la forma, cabe destacar el empleo del verso y la prosa, la importancia de los signos no verbales (vestuario, música, danza…) y el uso de un lenguaje intensamente poético, saturado de símiles, metáforas y símbolos
La prosa narrativa y ensayística del Siglo XX. Rosa Chacel cultivó una novela de gran rigor intelectual. Sender aborda con intensidad y dramatismo la tragedia de la Guerra Civil española. Max Aub trata los orígenes y desarrollo de la Guerra Civil. Por último, Manuel Chaves Nogales denuncia de las brutalidades cometidas durante la guerra.
También destaca Miguel Hernández, su obra comienza con Perito en lunas, influido por las vanguardias y el gongorismo del 27, y El rayo que no cesa, poemario donde se expresa una pasión amorosa arrebatada y violenta. En El hombre acecha cultiva una poesía de guerra militante. Sus últimos poemas, escritos en la cárcel se recogen en Cancionero y romancero de ausencias, recrean con exquisita sensibidad y de un modo originalísimo los metros y el tono de la mejor poesía tradicional. Los temas dominantes son la paternidad y el amor.