Generación del 27:
Nómina de autores: Federico García Lorca, Rafael Alberti, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Dámaso Alonso, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Escribieron mayoritariamente poesía. Recibieron este nombre en homenaje que tributaron en 1927 a Góngora.
Influencias y estilo:
– Hasta 1927:
a) Vanguardia:
La metáfora es fundamental. Se busca la depuración del lenguaje, el verso libre, la creación de imágenes, etc. La poesía es deshumanizada. Manual de Spu+, Gerardo Diego; Cántico, Jorge Guillén.
b) Neopopularismo:
Varios autores del 27 recuperaron formas literarias de la poesía tradicional, popular, especialmente el romance. Sin embargo, no se limitaron a imitarlo, sino que lo reinterpretaron. Se trata de formas tradicionales y populares pero con la impronta moderna. Marinero en tierra, Rafael Alberti; Romancero gitano, Lorca; Poema del cante jondo, Lorca.
c) Clasicismo:
Algunos de estos poetas también se vieron influenciados por la literatura clásica renacentista y barroca. De ahí les atrajo la perfección formal y el equilibrio del sentido. Versos humanos, Gerardo Diego.
– 1927 – Guerra Civil:
En esta etapa hay un proceso de rehumanización de la poesía. Hay que recuperar la veta humana sin por ello perder la riqueza metafórica. Este proceso se canalizó a través de una de las corrientes de vanguardia: el Surrealismo. El surrealismo literario llevado al límite estaría en la escritura automática; dejar que las ideas y las sensaciones salgan libremente sin ningún tipo de autocensura. Se trataría de sacar al exterior lo más hondo del ser humano, lo que nosotros mismos, según Freud, tenemos reprimido. En realidad, no se llegó a estos extremos. Sobre los ángeles, Alberti; Poeta en Nueva York, Lorca. En esta etapa se ahonda mucho más en el interior del ser humano, nada positivo, y también en las desigualdades sociales. Si años atrás Lorca denunciaba, con un estilo neopopularista, las injusticias contra los gitanos, ahora incide mucho más en las injusticias que sufren los más discriminados de Nueva York (negros, judíos, pobres, etc.) a través de un estilo entre simbólico y surrealista.
– Después de la guerra:
Después de la contienda, unos se exiliaron, preferentemente a Hispanoamérica, y otros se quedaron en España. Los exiliados pasaron de un tono de protesta contra los vencedores a la nostalgia de la patria perdida. Clamor, Jorge Guillén. Los que se quedaron en España hicieron una poesía existencialista. Así destacó Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, que también supone una desgarradora denuncia social.
Conclusión: Importancia del 27.
Si el Renacimiento y el Barroco son considerados como los siglos de oro de nuestra literatura, el primer tercio del siglo XX está considerado como la Edad de Plata. Buena culpa de ello la tienen los escritores del 27. No sólo recuperaron parte de nuestra tradición (clasicismo, poesía popular) sino que la reelaboran, adaptándola así a la modernidad. No sólo fueron los continuadores de la vanguardia, sino que ésta es la base de su poesía. Los movimientos de vanguardia fueron fugaces, pero sin ellos la poesía del 27 no hubiera sido la misma. En realidad, el torrente arrollador de imágenes vanguardistas llega hasta nuestros días. La publicidad actual no se puede concebir sin la vanguardia. Los escritores del 27 trabajaron sobre la base de la imagen y de la metáfora moderna con una brillantez y una depuración de estilo difíciles de igualar.
El teatro antes de 1936:
El teatro sigue una evolución peculiar ya que sobre él siempre pesan condicionamientos comerciales que le afectan en lo ideológico y en lo estético. Podemos señalar en esta época tres tendencias poco innovadoras:
a) Alta comedia o Comedia burguesa o Comedia benaventina:
En ella, Jacinto Benavente (premio Nobel de literatura) hace una suave crítica de la burguesía. Una excepción fue su obra maestra Los intereses creados, obra mordaz en la que utiliza personajes de la Commedia dell’arte italiana. Benavente destaca por construir muy bien la estructura de la obra y trama, así como por su cuidado y espontáneo lenguaje.
b) Teatro en verso o teatro poético: de estilo modernista e ideología tradicionalista.
Destacan Villaespesa (El alcázar de las perlas), Marquina (En Flandes se ha puesto el sol) o los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos).
c) Teatro cómico y popular:
Son comedias de costumbres y sainetes repletos de personajes populares y ambientes castizos (también presentes en las zarzuelas). Tuvieron gran éxito los hermanos Quintero (Las de Caín) con sus retratos de la Andalucía tópica y alegre; y Carlos Arniches, creador de sainetes ambientados en el Madrid de habla castiza (Los milagros del jornal) y de la llamada por él mismo tragedia grotesca, mezcla de lo risible y lo conmovedor (La señorita de Trevélez).