Contexto Cultural y la Generación del 27
El Surrealismo y otras corrientes
En los primeros años veinte nació el Surrealismo, impulsado por André Breton. Según Breton, la obra de arte es el lugar donde aflora lo oculto en el ser humano, reprimido por las normas morales y sociales. Esta búsqueda de liberación se refleja en el flujo espontáneo y desinhibido del lenguaje literario. El Surrealismo destaca por su valor en la rehumanización del arte.
Para comprender la poesía española de los años veinte, debemos considerar poetas contemporáneos ajenos a la Generación del 27. Por ejemplo, León Felipe, cuya obra evoluciona desde la contemplación paisajística y la meditación sobre España hasta el expresionismo, el surrealismo y, finalmente, la defensa de la República en su exilio mexicano.
Otros poetas continuaron con los ideales de la poesía pura de Juan Ramón Jiménez, como Juan José Domenchina o Moreno Villa. Dentro de las vanguardias, encontramos a Antonio Espina, Juan Larrea (Ultraísmo) y José María Hinojosa (Surrealismo).
La Generación del 27: un grupo literario excepcional
Entre los años veinte y treinta, un grupo de poetas se convirtió en el más notable fenómeno literario: la Generación del 27. Este grupo incluye a:
- Pedro Salinas
- Jorge Guillén
- Gerardo Diego
- Vicente Aleixandre
- Federico García Lorca
- Emilio Prados
- Rafael Alberti
- Luis Cernuda
- Manuel Altolaguirre
Dámaso Alonso, aunque crítico fundamental, su obra poética posterior a la Guerra Civil lo sitúa cercano a la generación. Miguel Hernández, más joven, con obra tardía, se considera un último exponente.
Su reunión en Sevilla para homenajear a Góngora marca un punto clave. La estrecha relación entre sus miembros se debe a:
- Procedencia social similar (burguesía acomodada)
- Vocación literaria (edición y crítica)
- Colaboración en revistas (Litoral, Revista de Occidente)
- Convivencia en la Residencia de Estudiantes de Madrid (vinculada a la Institución Libre de Enseñanza)
- Profesión docente (Juan Ramón Jiménez los llamó “la generación de poetas profesores”)
Además de experiencias compartidas, comparten rasgos poéticos:
- Entusiasmo por Góngora
- Influencia de Juan Ramón Jiménez y su poesía pura
- Neopopularismo
- Vanguardismo
- Espíritu clasicista de integración y equilibrio
- Progresiva rehumanización de sus versos
Etapas de la Generación del 27
- Etapa de juventud (hasta 1925): Búsqueda de estilo propio.
- Período de producción poética (segunda mitad de los años veinte): Producción poética propia.
- Etapa de rehumanización (inicios de los años treinta hasta la Guerra Civil): Progresiva rehumanización, influenciados por Pablo Neruda y su defensa de “la poesía sin pureza”.
- Posguerra: Búsqueda individual tras la dispersión, añoranza de la tierra perdida.
Autores Destacados
Pedro Salinas
Pedro Salinas, dedicado a la docencia, escribió poesía, teatro, relatos y una novela de ciencia ficción (La bomba increíble). Su obra crítica incluye estudios sobre Jorge Manrique y Rubén Darío. Su poesía se divide en tres etapas:
- Etapa inicial (Presagios, Seguro azar, Fábula y signo): Poesía pura con elementos futuristas.
- Etapa de madurez (La voz a ti debida, Razón de amor, Largo lamento): Ciclo amoroso.
- Etapa del exilio (El contemplado, Todo más claro, Confianza): Visión panteísta, inquietud por el futuro de la humanidad y la alienación.
Su poesía fusiona lo intelectual y sentimental, con ironía velada y conceptismo (paradojas, juegos de palabras, metáforas).
Jorge Guillén
Jorge Guillén, también docente, escribió la obra crítica Lenguaje y poesía. Su poesía pura, con alta exigencia estética y rigor compositivo, se diferencia de la de Juan Ramón Jiménez por su contenido humano:
- Cántico (o Fe de vida): Mundo perfecto, armonía, plenitud vital.
- Clamor (Maremágnum, Que van a dar en la mar, A la altura de las circunstancias): Visión del mundo imperfecto, pero con fe en la vida.
- Homenaje: Poemas de circunstancias.
- Aire nuestro: Recopilación de Cántico, Clamor y Homenaje.
- Y otros poemas y Final: Meditación sobre la vida, la vejez y el escepticismo irónico.