La formación de la URSS y el Stalinismo
La formación del estado soviético: La NEP
Se pretendía mejorar la producción agrícola e industrial y las condiciones sociales. Para ello, se promulgó la Constitución de 1923. En 1921 se estableció la NEP, para reconstruir una economía. Se permitió la libre venta y cultivo a los agricultores, el libre comercio interior y la propiedad privada de pequeñas y medianas empresas industriales. El Estado tenía el control de los transportes, el comercio exterior, la banca y las grandes empresas. Esto permitió el crecimiento de la economía y el enriquecimiento de comerciantes, propietarios industriales y campesinos adinerados (Kulaks). Resurgió la burguesía.
La URSS: Un nuevo estado
Nació en 1922 como una federación de repúblicas, hasta un total de 14. En 1923 se elaboró la Constitución, que establecía una amplia autonomía en política interna. Las repúblicas eran libres de abandonar la unión. El Soviet Supremo era el órgano superior, por encima de ningún otro. En definitiva, la organización política estaba controlada por el partido único. En 1914, el Estado soviético normalizó sus relaciones exteriores y numerosos países lo reconocieron.
La URSS y el internacionalismo
Lenin creó la tercera internacional en 1919 porque pensaba que era necesario entender la revolución fuera de la URSS. También tenía como objetivo crear nuevos partidos comunistas que siguieran el modelo de la PCUS.
La dictadura estalinista
A la muerte de Lenin, se impuso Stalin, creador de una feroz dictadura personal mediante la propaganda y el terror.
El ascenso de Stalin
La dirección del Estado pasó a un grupo reducido de personas, pero los enfrentamientos entre ellos eran continuos, dados sus puntos de vista tan distintos. Se defendía la idea de “socialismo en un solo país”, concentrándose en consolidar y fortalecer la revolución en la URSS.
Stalin implanta una dictadura totalitaria
En 1929, Stalin acapara todos los poderes:
- El culto a la personalidad (propaganda de la imagen de Stalin como el mejor y una visión negativa de sus enemigos).
- Refuerzo del poder del Partido Comunista.
- El terror creaba un ambiente de desconfianza, sospecha y delación.
- Miles de personas fueron enviadas a campos de concentración (Gulags).
- Stalin tenía poder sobre la cultura; el arte representaba al Partido Comunista. La única tendencia era el realismo socialista.
La construcción de una potencia económica
A través de los planes quinquenales, la URSS se transformó en una gran potencia industrial.
Una economía planificada
En 1927, Stalin creó el Gosplan, organismo que organizaba la economía. Se trataba de planes quinquenales en los que se fijaban los objetivos económicos que había que alcanzar y con qué recursos lograrlos. Había que sacar a la Unión Soviética del atraso económico.
La colectivización agraria
Los propietarios tenían que renunciar a la propiedad de sus parcelas y hacerlas colectivas. Los kulaks (campesinos adinerados) se negaron y sufrieron grandes represalias, lo que provocó terror en la sociedad campesina. Nunca se alcanzaron los objetivos de los planes quinquenales y se sufrieron escasez y hambre. Existían los Koljoses (grandes granjas que funcionaban en cooperativa) y los Sovjoses (granjas estatales que utilizaban mano de obra asalariada).
Desarrollo industrial
Se duplicó la producción de carbón, petróleo y electricidad. Se adoptó el Stajanovismo (trabajo en días de descanso y el máximo rendimiento individual). Se obtuvieron los tres primeros planes quinquenales, lo que llevó a la URSS a un gran desarrollo industrial. Sin embargo, se originaron desequilibrios económicos, potenciándose los bienes de equipo y descuidándose los bienes de consumo, lo que llevó a un bajo nivel de vida.
La crisis de los años 30: El “crack” del 29 y la Gran Depresión
El origen de la crisis del 28
El crack del 29 estalló a causa de la especulación bursátil y de la superproducción industrial. En EE. UU., en los años 20, arraigó la especulación inmobiliaria y bursátil. Se falseaban las cuentas para aparentar la obtención de beneficios. Esto provocó el aumento de los tipos de interés y la ruina de muchas empresas. La crisis de la bolsa se produjo cuando empresas y bancos vendieron sus acciones para afrontar los pagos. En 1929 estalló el jueves negro, con la venta masiva de acciones, el hundimiento del valor de las empresas y la ruina de los inversores.
Las consecuencias de la crisis y los intentos de solución
Hubo un incremento del desempleo. La depresión económica se expandió a escala mundial, se repatriaron los capitales prestados durante el Plan de Dawes, y la crisis se difundió por América Latina y Australia. En la conferencia de Londres de 1933, los miembros de la SDN propusieron la cooperación internacional para poder salir de la crisis, pero cada país se limitó a defender sus propios intereses.
El triunfo del extremismo político
Se perdió la confianza en la democracia. Obreros y campesinos aumentaron su apoyo a los partidos comunistas. Las clases medias apoyaron a los partidos de extrema derecha. Se desarrollaron partidos fascistas y en Europa triunfó una nueva oleada de dictaduras. En América Latina triunfó el régimen nazi dirigido por Hitler.
Una época de intenso cambio social
La modernización de la sociedad
Se consolidó la sociedad de masas, con una creciente participación de la población en política. Esto supuso la consolidación de la clase media y el surgimiento de los partidos de masas. Apareció la sociedad de consumo y mejoró la alimentación. También surgió un nuevo concepto de ocio, a causa de la reducción de la jornada laboral.
La emancipación de la mujer
El cambio social venía luchando desde la segunda mitad del siglo XIX por obtener el voto para la mujer, también para fomentar su mejora educativa, su capacitación profesional y para la equiparación de ambos sexos en materia de autoridad familiar. En el Reino Unido, se concedió en 1918 el voto para las mujeres mayores de 30 años y en 1928 para las mayores de 21. En EE. UU., las mujeres votaron a partir de 1920. El feminismo fue impulsado en España por Concepción Arenal y en 1918 surgió la ANME. Destacan Clara Campoamor y Victoria Kent. En la Constitución de la Segunda República, 1931, se estableció el voto a la mujer.