Los primeros núcleos de resistencia cristiana, tras la Batalla de Covadonga (722) son: el Reino Astur (Alfonso II), el Reino de León (al trasladar Ordoño II la capital a León), el condado independiente de Castilla (Fernán González, 929), el Reino de Pamplona (Íñigo Arista, 810) que se convierte en el Reino de Navarra (siglo X) con Sancho Garcés III quien, a su muerte, divide sus tierras dando lugar al Reino de Aragón (Ramiro I, 1035), y la Marca Hispánica, gobernada por Wilfredo I (ligado a los francos) y por Borrel II (988, independiente de los francos) formando los Condados Catalanes. En 1137 se forma la Corona de Aragón, tras la uníón de Petronila (reina de Aragón) y Berenguer IV (conde catalán).
Las principales etapas de la Reconquista se dieron entre: los siglos XI-XII, donde se consolida Castilla y León, se avanza hasta el Tajo (Alfonso VI, la toma de Toledo, 1085) siendo frenados tras la derrota en Sagrajas (1086); donde nace el Reino de Portugal (1126) y el Reino de Aragón inicia su expansión, ocupando Huesca y Zaragoza (Alfonso I El Batallador). Los siglos XII-XIII, donde se produce la hegemonía de los reinos cristianos (destacan las Órdenes Militares) y los pactos entre Aragón y Castilla (Tudillén, Cazola). A partir del Siglo XIII, se expulsa a los almohades, debilitados, en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) y se avanza rápidamente: Alfonso IX (Cáceres, Mérida…), Alfonso X El Sabio (Cádiz, Murcia), Jaime I El Conquistador (Mallorca, Ibiza…) y se une definitivamente Castilla y León (Fernando III El Santo, 1230).
La repoblación se realiza siguiendo modelos: el de presura (siglos VIII-X, hasta el río Duero), el concejil (siglos XI-XII, entre el Duero, Tajo y Ebro), el de órdenes militares (primera mitad del Siglo XIII, entre el Tajo, Sierra Morena, Turia y Júcar) y el de por repartimiento y donadíos (segunda mitad del Siglo XIII, Guadalquivir, Murcia, Levante y Baleares).
En la Corona de Castilla, el Rey es soberano de súbditos, el origen de su poder es divino, la sucesión es hereditaria y el heredero recibe el título de Príncipe de Asturias.
La Corona de Aragón era una confederación de territorios, cada uno de ellos con leyes e instituciones propias y notables diferencias entre sí. La relación entre gobernantes y gobernados se mantuvo dentro del concepto feudal de pacto entre el señor y los vasallos.
El organismo más importante de la administración real era la Curia Real. Los monarcas convocaron a la Curia también a burgueses, y así nacieron las Cortes. Las Cortes Medievales están formadas por cuatro brazos (ricos, hombres, caballeros e infanzones) y sus funciones son asesorar al rey y votar los impuestos extraordinarios.
La administración territorial está a cargo de los condes; y, la local, a cargo del concejo.
La organización social estuvo marcada por la aparición del régimen señorial. Hasta el Siglo XII eran señoríos territoriales o de solariego, pero después se convirtieron en señoríos jurisdiccionales. Se instituyó el mayorazgo, instrumento que garantizaba la conservación del patrimonio familiar y su transmisión íntegra a los futuros herederos.
La sociedad era estamental, jerarquizada e inmovilista. La nobleza y el clero eran los estamentos privilegiados, el estamento eclesiástico no era cerrado, y el estamento mayoritario y sin privilegios era el tercer estado (artesanos, comerciantes y campesinos). A partir del Siglo XII se generó una incipiente burguésía y, por último, hay que citar a las minorías étnico-religiosas (judíos y mudéjares).
En la Corona de Castilla se gobierna según el código de leyes de las Partidas, que serán sustituidas por el Ordenamiento de Alcalá de 1348. La Administración Central en Castilla estaba formada por las Cortes, que se dedicaban a aconsejar al rey. El Consejo Real estaba compuesto por 12 miembros. Otra institución es la Audiencia o Chancillería Real, creada en 1371 y encargada de la administración de justicia. Para la Administración de Hacienda se crean las Contadurías, dedicadas a pagos, cobros e inspección fiscal. La Administración Territorial se lleva a cabo a través de las merindades en Castilla y adelantamientos. La Administración Local utilizó los Concejos restringidos, Corregidores y los señoríos jurisdiccionales. Poco a poco, se irá imponiendo la monarquía autoritaria.
La Corona de Aragón surge en 1137 como una reunificación. La monarquía aragonesa se caracterizó por la doctrina pactista basada en la necesidad de la corona de “pactar” con los diferentes estamentos a la hora de aplicar las leyes. Se firma el Privilegio General de 1283.
Administración Central: al frente de cada reino hay un Virrey. Algunas de las instituciones son: el Consejo Real; la Audiencia, que surge formalmente a partir del Siglo XIV; la Diputación, que surge para controlar el cumplimiento de los acuerdos; el Justicia de Aragón, intérprete supremo de los fueros, y el Consejo de Ciento.
Tras Fernando I (Compromiso de Caspe) se intentó establecer una monarquía autoritaria, provocando enfrentamientos. En Navarra, las instituciones fueron: Rey, Cortes, Consejo Real y Diputación.