La Guerra Civil y su impacto en la literatura
La Guerra Civil (1936-39) supuso una tremenda sacudida que dificultó el quehacer literario. Hay que señalar la muerte de algunos de los más grandes escritores como Miguel de Unamuno y Valle Inclán. Lorca fue asesinado y Machado muere en Francia. Un importante número de escritores se vieron obligados a exiliarse, como Juan Ramon Jiménez, la mayoría a Hispanoamérica. El aislamiento internacional y la censura de prensa supusieron un clima de extrema pobreza cultural. Esta situación fue sombría durante la década de los 40.
La literatura en la posguerra y la transición
En los 50, se reanudaron las relaciones diplomáticas, destacando un despegue económico, turismo y algunas tímidas reformas socio-políticas. El mismo año de la muerte de Franco (1975), Don Juan Carlos de Borbón, fue proclamado rey de España. Con las elecciones generales de 1977 se abrió un proceso democrático, y en 1978 se promulgó la nueva Constitución.
La poesía de los 40
La poesía de los 40 busca los valores formales y el verso bien hecho. Existe un grupo de poetas unidos por una amistad, siendo figuras emblemáticas como Luis Felipe, Luis Rosales o Dionisio Ridruejo. También unidos por una conciencia política y poética, escriben en la sección literaria El Escorial (1940). En 1993 sale otra, Garcilaso, formado por escritores jóvenes, autodenominado “Juventud creadora”, dirigido por José García Nieto.
La poesía de los 50
La poesía de los 50 es la llamada “poesía social”. Destacan Angela Figueroa, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Gloria Fuertes y Rafael Morales. La poesía debe reflejar la sociedad del momento, y los poetas deberán reflexionar sobre su tiempo, escribiendo para el pueblo. Destaca un lenguaje sencillo, claro, verso libre y versículo. Como influencias destacan autores como Machado, Cesar Vallejo o Miguel Hernández.
La poesía de los 60
La poesía de los 60 destaca por un natural agotamiento. Se entiende un elevado nivel de calidad artística. Destacan autores como Ángel González, con Tratado de Urbanismo (1967); Goytisolo, con Claridad (1961); Gil de Biedma, con Las personas del verbo (1975) o Carlos Sahagún, con Cómo se hubiera muerto un niño (1961).
La poesía de los 70
Durante la poesía de los 70, destaca José María Castellet quien publicó una antología titulada Nueve novísimos poetas españoles (1970). Son poetas escépticos, quienes entienden la poesía como una manera de tratar el lenguaje. Experimental, esteticista, revaloriza lo decadente y lúdico, además de su admiración por culturas extranjeras, con modelos como Aleixandre. La despreocupación por las métricas tradicionales, escritura vanguardista o las referencias exóticas, son algunas de sus características.
La poesía contemporánea
A partir de 1975, “los novísimos” pierden fuerza, y se abandona el culturalismo, el experimentalismo y la preocupación por la forma. Encontramos varios grupos:
- Poesía de la experiencia (80’s y 90’s). Destacan los temas cotidianos y elementos biográficos (Apoyo al yo cercano); estilo cuidado y lenguaje directo (jergal). Emplean metros tradicionales y composiciones como el romance y el soneto. Poetas de los 50 como Jaime Gil de Biedma, Miguel D’Ors o Felipe Benítez Reyes (Sombras particulares)
- Neosurrealismo (postulados del 27) Asociación insólita y lenguaje oscuro. Blanca Andreo (Báculo de Babel).
- Neopurismo, con modelos como Jorge Guillén o Antonio Gamoneda. Encontramos dos tendencias
- Objetivismo. Control frío de la emoción y el verso breve. Destaca Andrés Sánchez Robayna, con Sobre una piedra extrema (1995).
- Poemas del silencio. Se reduce el lenguaje a lo imprescindible, con autores como Álvaro Valverde (La honda travesía del alma) e Idelfonso Rodríguez.
- Poesía trascendente, nivel simbólico del lenguaje. Nueva realidad y misterio; autores como Vicente Valero o Juan Carlos Mestre (La tumba de Keats).
- Poesía clasicista. Perfección en la forma, con influencias barrocas (metros y estrofas clásicas). Destacan Antonio Carvajal o Francisco Castaño.