La Estabilidad Precaria: Economía y Sociedad en el Tardofranquismo (1960-1975)

LA ESTABILIZACIÓN DE LA DICTADURA (1960-1975)

LOS AÑOS DEL DESARROLLISMO ECONÓMICO

Los años sesenta se caracterizaron por un rápido crecimiento económico. Este crecimiento fue consecuencia directa de las medidas liberalizadoras introducidas por el Plan de Estabilización. Tres fueron los pilares básicos de este desarrollo:

  1. Las inversiones extranjeras. Aprovechando las medidas de liberalización económica introducidas por el Plan de Estabilización (devaluación de la peseta, eliminación de las restricciones a las importaciones), el bajo coste de la mano de obra y la escasa presencia de conflictividad laboral, como consecuencia de la acción represiva de la dictadura sobre el movimiento obrero, miles de millones de dólares se invirtieron en nuestra economía a lo largo de los años sesenta y comienzos de los setenta (852 millones solo en 1973).
  2. Las remesas de divisas de los emigrantes. Casi un millón de españoles salieron a lo largo de los años sesenta, de las regiones más pobres hacia los países de la Europa occidental, que conocían una fase de gran expansión económica. Las remesas de divisas enviadas por los emigrantes contribuyeron en buena medida a nivelar el déficit comercial español.
  3. Los ingresos por turismo. A partir de los años sesenta la mejora del nivel de vida de los europeos occidentales, permitió el desarrollo de una corriente turística hacia el Mediterráneo. España ofrecía sol, precios baratos y un cierto exotismo “cañí”, lo que hizo que millones de europeos nos visitaran. Las divisas aportadas por ellas (2.386 millones de dólares en 1973) contribuyeron a equilibrar la balanza comercial española y favoreció la expansión económica en la costa mediterránea y en los tres archipiélagos (Canarias, Madeira/Azores, Cabo Verde).

El Estado intentó coordinar y planificar el desarrollo económico mediante los Planes de Desarrollo, que hicieron hincapié en la industria, como dinamizadora de la economía, y en la redistribución industrial para intentar paliar los desequilibrios interregionales mediante la creación de los polos de desarrollo en las áreas menos desarrolladas.

No obstante, el crecimiento económico español se debió más a la coyuntura internacional favorable que a la planificación estatal.

Al inicio de la crisis económica internacional de 1973, debido a la subida del precio del petróleo, España había reducido las distancias que la separaban de Europa occidental y los españoles habían mejorado considerablemente su nivel de vida.

LA EVOLUCIÓN POLÍTICA (1957-1975)

Podemos diferenciar dos etapas:

a) Entre 1957 y 1969

Buscando un acercamiento a los países occidentales, y mejorar la situación económica del país, Franco introdujo en su gobierno personalidades vinculadas al “Opus Dei”. Se trató de un gobierno de “expertos”, conocidos también como “tecnócratas”. El Régimen tuvo que hacer frente a crecientes problemas internos, como fue el acuerdo de la oposición reunida en Munich en 1962, en donde estuvieron socialistas, republicanos, demócratas-cristianos y monárquicos liberales, a fin de manifestar su rechazo a cualquier acuerdo del recién nacido Mercado Común con la Dictadura. En el interior del país el PCE era la formación clandestina mejor organizada y la única que estaba haciendo una oposición al Régimen. El movimiento sindical no controlado por el Régimen empezó a hacerse notar entre la clase obrera, comenzando a menudear las huelgas. La Universidad, a través de destacados profesores, inició denuncias por la falta de democracia. Un sector de la Iglesia, inspirado en las conclusiones del Concilio Vaticano II, adoptó una actitud crítica hacia la Dictadura. El nacionalismo, una de las principales víctimas del franquismo, resurgió en el País Vasco y Cataluña. En el País Vasco se fundó ETA, en 1959, que adoptó una estrategia de confrontación violenta contra el Estado con la finalidad de lograr la independencia de aquel territorio.
La respuesta del Régimen fue endurecer la represión (creación del Tribunal de Orden Público, cierre de universidades, destierros, torturas, declaración del Estado de excepción, ejecuciones…).
Los años finales de la etapa coincidieron con la designación oficial de Juan Carlos como sucesor de Franco a título de Rey (1969), la delegación por parte del dictador, de la presidencia del gobierno, y, finalmente el escándalo MATESA, en el que estaban involucrados varios ministros vinculados al Opus Dei, fue utilizado por miembros de la Falange para apartarlos del gobierno.

b) Entre 1969 y 1975

El Régimen se dirigía hacia un colapso. Las tareas del gobierno recayeron en el almirante Luis Carrero Blanco (franquista convencido y principal baluarte de la Dictadura). Su asesinato por ETA en 1973, marcó el principio del fin. Su sucesor, Carlos Arias Navarro, inició una tímida reforma (febrero de 1974), que quedaría superada por los acontecimientos posteriores: las crecientes demandas sociales, canalizadas por los sindicatos, las acciones terroristas de ETA y FRAP y los problemas generados por el proceso de descolonización del Sahara. Todo ello exacerbó el ímpetu del Régimen que culminó con las ejecuciones de cinco militantes de ETA y FRAP en octubre de 1975.

El 20 de noviembre de 1975 murió Franco. Juan Carlos asumió la Jefatura del Estado, conforme a lo establecido en la Ley de Sucesión. Desde este momento se inició el desmantelamiento de la Dictadura. En diciembre de 1976 (Cortes Constituyentes) se aprueba en Referéndum la Ley para la Reforma Política que condujo al actual sistema democrático.

LA SOCIEDAD ESPAÑOLA EN EL TARDOFRANQUISMO

La sociedad española sufrió un acelerado proceso de transformación durante los años sesenta, en paralelo al rápido desarrollo económico experimentado durante aquella década.

  • Crecimiento demográfico: La población pasó de alrededor de 30 millones en 1960 a 35 millones en 1975. Este salto se debió al descenso de las tasas de mortalidad, por la progresiva mejoría de las condiciones sanitarias (generalización de las vacunas), y al mantenimiento durante toda la etapa de tasas de natalidad comparativamente más altas que en la Europa occidental, propiciadas por las políticas pro-natalistas del Régimen y por la mejoría general de la situación económica nacional.
  • Desequilibrio demográfico: Este crecimiento demográfico no se produjo de forma homogénea (destaca un progresivo despoblamiento en el centro peninsular y una concentración de la población en zonas costeras y Madrid, áreas económicas dinámicas). Abandono de centenares de miles de extremeños, castellanos y andaluces de sus tierras de origen para dirigirse a zonas industriales como Cataluña y el País Vasco, además de zonas turísticas como regiones mediterráneas, Baleares y Canarias, que acabarán ocupando un papel fundamental en la actividad económica nacional.
  • Crecimiento urbano: Las ciudades conocieron un espectacular crecimiento, concentrando en sus periferias la avalancha de inmigración interior (éxodo rural). El crecimiento urbano fue caótico y no se adoptaron medidas eficaces para regularlo y ordenarlo, lo cual dio origen a las barriadas infradotadas de servicios.
  • Despoblación rural: Del mismo modo que las ciudades crecían, el campo se vaciaba. La pérdida de peso económico de la agricultura, frente a la industria y los servicios, propició el vaciamiento de las áreas rurales, cuya población joven emigraba en masa hacia las ciudades en busca de trabajos mejor pagados (remunerados) en la industria y los servicios, produciéndose un progresivo envejecimiento de la población campesina y un descenso de la población en el interior peninsular, que en el caso de algunas provincias (Teruel, Soria) llegaron casi a constituir vacíos demográficos.
  • Cambios en el consumo: La mejoría de la situación económica del país facilitó el acceso de los españoles a bienes que eran impensables en los años de la década de los cincuenta; el consumo generaliza el automóvil, los electrodomésticos, las vacaciones en la costa, que comienzan a estar al alcance de los españoles.
  • Acceso a la educación: El acceso a la educación se convirtió en una preocupación de las familias. Desde 1970, con la Ley General de Educación, la educación primaria (EGB), se convirtió en obligatoria hasta los 14 años y el acceso a la educación secundaria (BUP), incrementó notablemente el número de estudiantes. A finales del franquismo la presencia en las aulas universitarias procedentes de la clase obrera cambiará lentamente el perfil de una institución acaparada hasta entonces por las élites sociales.
  • Situación de la mujer: La situación de la mujer no variará jurídicamente con respecto a la anterior etapa del franquismo. Tutelada por el padre o el marido, el régimen le reservaba el papel de madre y esposa. Pero las nuevas necesidades familiares impulsaron a muchas a incorporarse al mercado laboral, especialmente en el sector secundario y en los servicios. Esta incorporación, por parte de la mujer al mercado laboral va a tener consecuencias demográficas significativas, reducción de la natalidad que con el paso del tiempo ha convertido a España en el país con la tasa de crecimiento demográfico más bajo del planeta junto a Japón.