Regencia de María Cristina (1833-1840)
En 1833, tras la muerte de Fernando VII, le sucede su hija Isabel II. Sin embargo, al ser menor de edad, su madre María Cristina de Borbón ejerce la regencia. Durante este periodo, surgen dos nuevos partidos: moderados y progresistas.
Regencia de María Cristina y la Primera Guerra Carlista
La regencia de María Cristina estuvo marcada por la Primera Guerra Carlista y la transición del Antiguo Régimen al régimen liberal. Nombró como jefe de gobierno a Cea Bermúdez, quien proclamó una amnistía para los liberales perseguidos por Fernando VII. Buscando el apoyo liberal, implementó reformas para establecer un liberalismo moderado, como la división territorial en provincias realizada por Javier de Burgos en 1833.
Para asegurar el apoyo liberal, María Cristina nombró a Martínez de la Rosa como jefe de gobierno. Bajo su mandato, se promulgó el Estatuto Real de 1834, una carta otorgada de carácter conservador. Sus características principales eran:
- Cortes bicamerales, formadas por próceres designados por la Corona y un estamento de procuradores elegidos por sufragio censitario.
- No se reconocían los derechos individuales.
- Las Cortes no tenían facultad legislativa, solo podían solicitar la elaboración de leyes al ejecutivo.
Posteriormente, María Cristina nombró a Juan Álvarez Mendizábal como jefe de gobierno. Mendizábal llevó a cabo importantes reformas, como la desamortización eclesiástica y la reforma del ejército. Estas medidas provocaron la oposición de la Iglesia y el ejército, lo que llevó a María Cristina a sustituirlo por Javier Istúriz. Los progresistas, en apoyo a Mendizábal, protagonizaron el Motín de la Granja de San Ildefonso.
Constitución de 1837
Tras el motín, María Cristina nombró a José Calatrava como jefe de gobierno. Calatrava restauró la Constitución de 1812 mientras se redactaba una nueva. Su gobierno implementó reformas para consolidar el liberalismo en España:
- Desamortización eclesiástica de Mendizábal: se pusieron a la venta bienes de la Iglesia para financiar la Primera Guerra Carlista y aumentar el número de pequeños propietarios.
- Supresión del sistema señorial, el mayorazgo y el diezmo.
- Elección democrática de alcaldes y concejales.
- Aprobación de la Constitución de 1837, de carácter moderado, que reconocía los derechos individuales y establecía la soberanía nacional. La Corona conservaba el poder de convocar y disolver las Cortes, así como el veto a las leyes.
Regencia de Espartero (1840-1843)
En 1840, la situación política se deterioró, lo que llevó a María Cristina a ceder la regencia a Baldomero Espartero. Espartero gobernó con autoritarismo, lo que le enfrentó a los liberales conservadores. En 1843, tras la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Inglaterra, la industria textil catalana se vio amenazada, lo que provocó revueltas y la caída de Espartero.
El Reinado de Isabel II (1843-1868)
Moderados y progresistas adelantaron la mayoría de edad de Isabel II.
Carlos III y el Despotismo Ilustrado (1759-1789)
Reformas de Carlos III
Carlos III fue el prototipo de gobernante ilustrado. Su lema, “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, resume su política de despotismo ilustrado. Sus reformas se encontraron con la oposición de la nobleza y la Iglesia, especialmente de los jesuitas, a quienes se acusó de promover el Motín de Esquilache. Las principales reformas de Carlos III fueron:
- Fomento de la agricultura: liberalización de los precios del grano, supresión de la Mesta y aumento de las tierras cultivadas.
- Fomento de las manufacturas: creación de Reales Fábricas (tapices, cristales, porcelana) y apoyo a los talleres privados.
- Fomento del comercio: supresión de la tasa de francos, eliminación de aduanas interiores, liberalización del comercio con América y mejora de las infraestructuras.
- Revalorización del trabajador: decretos contra la mendicidad y reconocimiento de la dignidad del trabajo.
- Reforma de la Hacienda: creación del Banco de San Carlos (futuro Banco de España).
- Reforma educativa: extensión de la enseñanza primaria, promoción de las ciencias útiles y creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País.
Reformas en la Organización del Estado
Los primeros Borbones, Felipe V y Fernando VI, establecieron un modelo de estado centralista, inspirado en Francia. Felipe V aprobó la Ley Sálica, que impedía reinar a las mujeres, y los Decretos de Nueva Planta, que abolieron los fueros e instituciones de la Corona de Aragón. Se impuso el castellano como lengua oficial y se crearon las Secretarías de Estado y Despacho.
Conclusión
El siglo XIX en España fue un periodo de profundas transformaciones, marcado por la transición del Antiguo Régimen al liberalismo, las guerras carlistas y las reformas impulsadas por los gobiernos liberales y por el despotismo ilustrado de Carlos III.