La Economía Española en el Siglo XIX: Transformaciones y Desafíos

La Economía Española en el Siglo XIX: Agricultura, Industria y Transporte

En este siglo, España se incorpora al proceso de la Revolución Industrial, aunque con características propias.

Agricultura

La agricultura española experimentó tres procesos desamortizadores durante el siglo XIX:

  1. El primero, iniciado por Godoy, afectó a los bienes de la Iglesia, continuado por José I y las Cortes de Cádiz.
  2. La desamortización de Mendizábal (1836) afectó a los bienes del clero regular con el doble objetivo de sanear la hacienda pública y crear propietarios favorables al régimen.
  3. La tercera desamortización, impulsada por Madoz en 1855, afectó a los bienes del clero secular, órdenes militares y beneficencia.

Consecuencias de las desamortizaciones:

  1. Aumento de terratenientes: Los bienes desamortizados se vendieron sin criterio distributivo, por lo que no hubo una reforma agraria. La tierra cambió de manos, pero no se modificó el tamaño de la propiedad ni se modernizaron las formas de explotación.
  2. Compradores adinerados: Los compradores fueron gente adinerada procedente de la vieja aristocracia y burgueses enriquecidos.
  3. Puesta en cultivo de tierras abandonadas: Permitió poner en cultivo cantidad de tierras abandonadas. La presión demográfica exigía el aumento de tierras cultivadas y la producción resolvió la carestía de alimentos.
  4. Grandes perdedores: Los grandes perdedores fueron campesinos, Iglesia (patrimonio artístico) y municipios.

La venta de tierras afectó a la producción agrícola, aunque la producción creció de forma modesta hasta el último cuarto de siglo, en el que aumentó la productividad de los cultivos. El trigo es el que más aumentó, las naranjas o los frutales crecieron a mayor ritmo. Aun así, la estructura productiva española apenas se modificó en todo el siglo. La política aplicada por el arancel en 1891 pretendió frenar la crisis agraria de fin de siglo. Otras producciones que empezaron a destacar no se desarrollaron hasta el siglo XX.

La agricultura representó en España un sector clave, pero menos dinámico que en otros países europeos debido a que apenas se modificó la población de este sector y los bajos niveles de inversión.

Industria

La industrialización en España ha sido calificada de fracaso, ya que no se consiguió la modernización económica de otros países europeos.

  • Industria textil: El proceso se inició con la industria textil del algodón. Cataluña fue el centro de esta actividad debido a su dinamismo económico. El desarrollo industrial catalán se basó en la introducción de las primeras máquinas. La evolución de esta industria fue un reflejo de las circunstancias históricas. A partir de 1868 se produjo una recuperación y aumento de la demanda hasta la pérdida de las últimas colonias, que tuvo efectos negativos. La industria lanera se centraba en Castilla, pero la nueva industria mecanizada se ubicó en Tarrasa y Sabadell. La industria de la seda, de larga tradición en Levante y Granada, también experimentó un proceso de mecanización.
  • Minería y siderurgia: Estuvo supeditada a las materias primas necesarias, como el carbón. A pesar de la riqueza de yacimientos, la minería española se mantuvo estancada por varias razones: ausencia de demanda, falta de capitales y tecnología, y la excesiva intervención del Estado. La legislación librecambista dio un mayor dinamismo al sector. La ley de minas favoreció el auge de la minería. La expansión se produjo con la ayuda de la inversión extranjera y la desamortización del subsuelo, con la venta de las explotaciones a manos privadas. El hierro era el principal mineral, seguido de lejos por el plomo, el cobre y el mercurio. Aun así, la exportación minera sirvió para desarrollar la siderurgia vasca, centrada en la ría de Bilbao. Se crearon varias empresas, destacando Altos Hornos de Vizcaya.
  • Otras actividades industriales: A la industria textil y siderurgia hay que sumar otras de menos peso. Destacan los molinos, que se dedicaban a moler grano o fabricar papel. Otras industrias derivadas de la explotación agraria, como la producción de aceite. Las zonas exportadoras de vinos fueron Andalucía, Cataluña o Valencia. La plaga de la filoxera benefició la expansión de esta actividad, pero al extenderse la plaga, afectó a las industrias ligadas a este sector, como alcoholeras y corcho. La industria mecánica tuvo poco peso.

Comercio y Comunicación

La articulación de la economía de un país necesita dos instrumentos básicos: el comercio y el transporte.

  • Comercio: El comercio interior tenía que superar dos barreras: unas de tipo natural y otras fiscales. Las medidas para acabar con las barreras fiscales se iniciaron en las Cortes de Cádiz. El comercio interior tuvo una fase de estancamiento con la pérdida de las colonias y los efectos de las guerras. La segunda mitad del siglo fue de expansión, al igual que el desarrollo industrial, la evolución de la renta y la modernización de la economía. El proteccionismo y la escasa demanda interna lastraron el comercio exterior. Los productos más vendidos al exterior eran los agrícolas.
  • Transporte: Las barreras naturales dificultaron la creación de un mercado nacional. Las primeras obras de carreteras comenzaron en 1840. Se fue sustituyendo el medio de transporte tradicional de caballería por carruajes y se redujeron las horas de viaje. El transporte marítimo mejoró con el perfeccionamiento de la navegación a vela y la introducción de la navegación a vapor. En 1844 se aprobó el primer proyecto ferroviario, inaugurado en 1848 con la línea Barcelona-Mataró. Durante el Bienio Progresista se aprobó la Ley de Ferrocarriles. Se crearon compañías ferroviarias, destacando MZA o SNC. Los resultados fueron escasos y el mecanismo arrastró a la economía española y europea a una gran crisis de 1866-76.

Banca y Sistema Monetario

  • Banca: El primer banco español fue fundado en 1782, el Banco Nacional de San Carlos. Su función era administrar la deuda pública. Los orígenes del Banco de España datan de 1844, al fundarse el de Isabel II y el Banco de Barcelona. La crisis financiera de 1847 obligó a fusionarlos en el nuevo Banco Español de San Fernando. El periodo 1854-64 fue de expansión para la banca española, surgiendo los bancos de emisión. El sistema bancario se basó en un solo banco de emisión de billetes, quedando cuatro bancos privados. Menos importante fue la creación de las cajas de ahorro, la más antigua la de Madrid (1838).

La Oposición Política al Régimen de la Restauración

Carlistas y republicanos se oponían a la monarquía alfonsina por razones contrapuestas.

El Carlismo

Carlos VII abandonó el país, abriéndose la vía de la política, en la que se produjo una definición ideológica en la que tuvo un papel destacado el catolicismo. El Partido Integrista se organizó y tomó parte en las elecciones de 1891, aunque nunca tuvo una base social amplia, excepto en las zonas carlistas. Su papel se difundió a partir de 1896.

Los Nacionalismos

El nacionalismo español fue incapaz de elaborar un proyecto nacional sólido y unitario, lo que explica la pervivencia de los regionalismos. Destacaron el catalán y el vasco.

  • Nacionalismo catalán: Este movimiento dio lugar a la Renaixença, con un carácter literario y cultural, para acabar derivando en político. El nacionalismo catalán adquirió varios rasgos. Con las Bases de Manresa (1892), el catalanismo adquirió un carácter cultural y político con orientación tradicionalista. La creación en 1901 de la Lliga Regionalista creó una nueva etapa en la historia de este movimiento.
  • Nacionalismo vasco: Se basó en tres elementos: el fuerismo, las guerras carlistas y el proceso de industrialización. La cuestión foral fue uno de los ejes de confrontación entre el Estado liberal y las provincias vascas. La literatura fuerista recuperó la tradición antigua del pueblo vasco. Tras la derrota del carlismo en 1876, los fueristas se dividieron en dos grupos: euskaros (navarros) y euskalerriacos (vizcaínos). Los primeros defendían la unión vasco-navarra y los segundos evolucionaron hacia el autonomismo. La burguesía industrial, enriquecida por la siderurgia y el comercio, apoyó inicialmente el movimiento, pero luego se distanció. La clase obrera se distanció del nacionalismo.
  • Otros nacionalismos: El regionalismo gallego se mantuvo en tono cultural y literario. En el caso valenciano, el paralelismo con la Renaixença catalana permitió la creación de Lo Rat Penat, una sociedad cultural dedicada a la recuperación de la lengua valenciana. En Andalucía, el primer signo de un regionalismo fue la Asamblea Federal de Antequera.

La Oposición Republicana

El republicanismo español dejó de ser proyecto único tras la crisis del 98. Hubo cuatro corrientes:

  1. El Partido Republicano fue el más moderado, dirigido por Castelar. Su base social eran las clases medias y la burguesía.
  2. El grupo dirigido por Ruiz Zorrilla, que optó por el distanciamiento electoral.
  3. Las tensiones internas produjeron la división de un sector llamado institucionista, dirigido por Salmerón, inspirado en la Institución Libre de Enseñanza.
  4. El Partido Federal, liderado por Pi y Margall, era el único que se mantuvo unido hasta 1931. Sus militantes eran laicistas y anticlericales.

El Movimiento Obrero

Se fundó la Unión General de Trabajadores (UGT). El anarquismo fue la ideología obrera más influyente en la Restauración. Durante el Sexenio Democrático, el italiano Fanelli introdujo el anarquismo en España. Se centró en la captación de seguidores y la acción terrorista. La mayor difusión durante la regencia de María Cristina se dio entre el campesinado andaluz y los obreros catalanes. La Mano Negra sembró el terror en Andalucía en la década de los 80. Cánovas fue asesinado por un anarquista en Barcelona.

rquista en Barcelona.