La Dimensión Social del Ser Humano
Esta manifestación de nuestra naturaleza, esta forma de ser de las personas, se enraíza (como, también, la dimensión moral) en la libertad humana. Lo social es, por ello, parte importante de nuestra esencia. Quien no puede vivir en sociedad, o no necesita nada por su propia suficiencia, no es miembro de ella.
Individuo y Sociedad
El grupo social al que pertenecemos remedia nuestra falta de autosuficiencia, facilitándonos, en principio, los recursos materiales necesarios para subsistir. Es imposible forjarse una identidad personal sin pasar por la integración en una sociedad y en unos grupos sociales (la familia, el barrio, la escuela, el grupo de amigos) que nos reconocen como tal. Las formas de relacionarse que surgen dialogando son las realidades fundamentales de la sociedad, porque lo que la constituye es lo que sucede entre un ser humano y otro, su relación a través de la comunicación. No encontramos nuestro yo hasta que no nos comunicamos con los demás, así como los otros no son reales hasta que se comunican con nosotros. La inquietud por las respuestas que los otros ofrecen sobre nosotros nos preocupa durante toda la vida, porque esas respuestas son, en el fondo, necesarias para conocernos a nosotros mismos.
Ahora bien, si es cierto que la sociedad forma a los individuos, también es cierto que éstos forman las sociedades. Individuo y grupo se refuerzan mutuamente en el proceso de formación de la identidad personal o colectiva. La identificación con el grupo social facilita un anclaje para la autoidentificación y proporciona seguridad y estabilidad emocional al sujeto: la estima y el respeto de la persona se vinculan a los del grupo social (recordemos la pirámide de Maslow). En otras palabras, la identidad nacional establece vínculos entre las generaciones, de tal forma que nos sentimos herederos de las glorias pasadas del grupo al que pertenecemos y trabajamos con la vista puesta en las generaciones venideras. Por ejemplo, son muchos los pueblos primitivos que se llaman a sí mismos “los hombres”, “los verdaderos”, “los buenos”, “los excelentes”, y a los otros los denominan “los monos de la tierra”, “los animales”, etc.
Grupos Sociales
La mayoría de las personas pertenece a varios grupos sociales como, por ejemplo, la familia en la que se nace, el grupo de amigos, el instituto, un club deportivo, etc.
¿Qué es un grupo social? Dos personas que viven en una isla desierta y que apenas se ven no forman un grupo social, como tampoco lo forman dos caravanas que se cruzan momentáneamente en el desierto. Para que exista un grupo social es necesario que un conjunto de individuos que habitan en un mismo espacio establezca relaciones estables y regulares. Además, es necesario que los individuos tengan conciencia de formar parte del grupo y actúen en consecuencia.
Los grupos sociales difieren en función del tamaño, pues van desde dos individuos, como sucede en el matrimonio, pasando por los que suelen formar una familia, hasta los millones de personas que forman parte de una nación.
Los grupos a los que pertenecen los seres humanos no tienen todos la misma importancia para ellos, ni la misma fuerza afectiva. En función del tipo de relaciones que se establecen entre sus miembros, el sociólogo Ferdinand Tonnies estableció, en 1939, dos tipos fundamentales de grupos sociales: la comunidad y la asociación.
La Comunidad
La comunidad está formada por personas unidas por vínculos afectivos y que poseen objetivos comunes. El sentimiento de pertenencia al grupo es fuerte, de manera que los intereses de los individuos suelen coincidir, en líneas generales, con los del grupo, garantizándose de esta manera la cooperación entre sus miembros. Este tipo de organización social presenta tres formas principales: la comunidad de sangre (familia, clan, etc.); la comunidad de lugar, que se forma por la vecindad, sobre todo en aldeas y pueblos pequeños; y la comunidad de espíritu, que se basa en la amistad y en ciertos sentimientos compartidos, como es el caso del grupo de amigos, la comunidad nacional o el grupo cultural con el que los individuos se identifican. Cuando éstas faltan en la vida de los individuos, éstos se ven dominados por sentimientos de soledad y desarraigo.
La Asociación
La asociación, en cambio, está formada por personas cuyas relaciones se fundamentan en los intereses individuales de cada una de ellas, porque buscan la consecución de fines prácticos específicos. Evidentemente, dentro de las asociaciones pueden surgir lazos afectivos. Así, por ejemplo, dos compañeros de trabajo pueden convertirse en amigos.
Cuanto más primitiva es una sociedad, más predominan en ella los grupos basados en los sentimientos y el afecto, de manera que familia, tribu y nación prácticamente se confunden. En el intento de compensar esta pérdida de relaciones personales y afectivas, en los últimos tiempos han surgido comunidades nuevas.