La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
1. Evolución y Significado
La derrota del ejército español en Annual (1921) por errores tácticos y administrativos suscitó fuertes críticas. Los militares, por su parte, intervinieron en el debate político ante el desorden social que se extendía por España. En este ambiente de inestabilidad, se produjeron los asesinatos del sindicalista Salvador Seguí en Barcelona y del arzobispo de Zaragoza. Las clases medias y los empresarios sentían miedo, sobre todo en Cataluña. Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, contaba con los apoyos de los sectores conservadores catalanes, de algunos generales de Madrid y del gobernador militar de Zaragoza, general Sanjurjo.
El 13 de septiembre de 1923, Primo de Rivera inicia el golpe militar, declara el estado de guerra en Barcelona y asume todos los poderes. El rey se encontraba en San Sebastián acompañado por el presidente del gobierno, Santiago Alba. El ejército, por su parte, esperaba la decisión del monarca. El 14 de septiembre, Alfonso XIII, ya en Madrid, desecha la propuesta gubernativa de destituir a los sublevados y de convocar elecciones a Cortes.
Fases de la Dictadura
La dictadura tuvo dos fases:
1. Directorio Militar (1923-1925)
No encontramos una ideología claramente establecida en el golpe de Primo de Rivera que sirva de base para su gobierno. Simplemente observamos que su pensamiento político tiene un claro acento militar. Su lema es “Patria, Religión y Monarquía”. Rechaza a los políticos profesionales y prefiere la eficacia, el orden y la autoridad. Ahora bien, a medida que avanza la dictadura nos encontramos con principios ideológicos más conscientes y elaborados en los discursos políticos de Primo de Rivera. Junto a esta base ideológica, la dictadura de Primo de Rivera no la podemos entender sin advertir a los sectores sociales que la apoyan: los sectores conservadores, católicos y tradicionalistas.
En esta primera fase del directorio, Primo de Rivera decide resolver viejos problemas que España tiene pendiente, no siempre con el mismo éxito:
- El problema de Marruecos: La fase más aguda de esta guerra tuvo lugar en los años finales de la Restauración, cuando España decide ocupar los territorios de Yebala, controlados por el líder local El Raisuni, y del Rif, dominados por Abd el-Krim. Este general protagoniza en 1921 el desastre de Annual, en el que las tropas marroquíes del Rif derrotaron totalmente a las españolas con muchas pérdidas humanas. La derrota de Annual desencadenó importantes consecuencias políticas. En el Parlamento, numerosos diputados, sobre todo socialistas, exigen responsabilidades políticas que alcanzaban hasta el rey. El gobierno, por su parte, decide abrir un expediente sobre el asunto (el Expediente Picasso), en el que se acusaba de negligencia a varias decenas de mandos militares, entre ellos el alto comisario en Marruecos, general Berenguer. La guerra de Marruecos cambia de rumbo en 1924, una vez que Primo de Rivera decide asumir el papel de alto comisionado en Marruecos. España y Francia firman una alianza militar para acabar con las tropas de Abd el-Krim y en 1925 planean el desembarco de Alhucemas, con el que se logró dividir la zona del Rif en dos partes y derrotar a Abd el-Krim en 1926.
- El restablecimiento del orden público: Es decir, acabar con el terrorismo. Para ello, Primo de Rivera lanza al ejército a la calle, disuelve la CNT, prohíbe las manifestaciones y concentraciones e incluso, con el toque de queda, no se permite salir de casa a partir de las 20:00 hasta las 6:00.
- Eliminar restos de corrupción y de caciquismo local mediante la disolución de los ayuntamientos y diputaciones constitucionales.
- El problema de los nacionalismos regionalistas: La dictadura no comparte ningún modelo de nacionalismo regionalista porque los considera a todos antiespañoles y artificiales. Así, en Cataluña se prohíbe el uso del catalán y se persigue a la prensa nacionalista. En 1925 se publica el Estatuto Provincial, que supone un paso atrás para los nacionalistas catalanes. En definitiva, la dictadura de Primo de Rivera no ofreció nunca ninguna posibilidad de aspiraciones a los nacionalismos catalán, vasco, etc., y por ello estos negaron su apoyo no solo a la dictadura, sino también a la propia monarquía.
2. Directorio Civil (1925-1930)
Una vez resueltos algunos problemas anteriores, como la pacificación de Marruecos, decide consolidar políticamente su régimen dictatorial. Para ello, toma las siguientes medidas:
- Aspecto político: Forma un directorio civil (nuevo gobierno) en el que la presencia de militares es menor que en la anterior etapa. Para apoyar ideológicamente al régimen, Primo de Rivera funda un partido político, la Unión Patriótica, que actúa como partido único.
- Terreno económico: El eje de la política económica es el intervencionismo del Estado en la economía para mejorar la producción industrial y modernizar las infraestructuras. Otro aspecto del control que practica el Estado sobre la economía es la creación de monopolios (de petróleos, por ejemplo). En el terreno de las comunicaciones surgen las Confederaciones Hidrográficas para organizar las cuencas fluviales dedicadas al riego y al aprovechamiento industrial.
- En el terreno laboral: El directorio civil pretende integrar a los obreros en un sistema corporativo tutelado por el Estado que rechazaba la organización de los sindicatos de clase (por otra parte, prohibidos). Por último, en abril de 1924 se crea el Consejo Nacional de Trabajo, Comercio e Industria, máximo órgano en la jerarquía corporativa de los Consejos de Oficios, y en 1926 se aprueba el primer Código de Trabajo (compendio de leyes laborales).