La Desamortización en España: Transformación y Consecuencias

Contexto Histórico

Durante los siglos XIX y XX, en el contexto del liberalismo, Inglaterra experimentó un notable crecimiento económico impulsado por la modernización de la agricultura y los nuevos sistemas de producción fabril, conocidos como la Revolución Industrial. En contraste, España vivió este proceso de forma lenta y limitada. El predominio de las actividades del sector primario, la protección arancelaria, la dependencia del exterior y un fuerte desequilibrio territorial y regional marcaron la economía española. Zonas como Cataluña, el País Vasco y Galicia se destacaron por el desarrollo del sector textil, siderúrgico y la industria conservera de pescado, respectivamente. El ferrocarril contribuyó a la formación de este incipiente mercado.

El Capitalismo y sus Limitaciones en España

El capitalismo propugnaba que las actividades económicas debían estar en manos privadas, con mínima intervención del Estado. La libertad económica, basada en la oferta y la demanda, era fundamental, y la mano de obra se regulaba mediante contratos entre patrones y obreros. Si bien España adoptó el liberalismo a través de leyes promulgadas por gobiernos liberales, y el capital se consideraba un factor clave para la producción, el principio de libre mercado no se cumplía plenamente.

Diversos obstáculos limitaron el desarrollo económico en España:

  • Obstáculos físicos y naturales: Dificultaban la explotación de recursos y encarecían los productos.
  • Escasas transformaciones técnicas en la agricultura: Reducían la capacidad de consumo del mercado interno debido a los bajos ingresos de la población trabajadora.
  • Falta de competitividad de los productos españoles:
  • Despreocupación por la innovación tecnológica y educativa:
  • Escasez de capitales y preferencia por inversiones inmobiliarias o especulativas:
  • Mentalidad tradicional de empresarios y políticos, y escaso espíritu emprendedor:

El desarrollo económico español se puede dividir en tres fases:

  1. 1830-1870: Vertebración económica e inicios de la industrialización.
  2. 1870-1890: Freno y estancamiento.
  3. 1890-1923: Crecimiento general, pero desigual.

La Reforma Agraria Liberal y la Desamortización

La reforma agraria liberal buscó sustituir el Antiguo Régimen. Los gobiernos liberales implementaron medidas que modificaron el régimen jurídico de la tierra y suprimieron las servidumbres colectivas agrarias, consolidando la propiedad privada. La medida más importante fue la desamortización, que consistió en la expropiación, nacionalización, fragmentación y venta pública de los bienes de la Iglesia (manos muertas) y de los bienes comunales y propios de los ayuntamientos.

La desamortización tuvo antecedentes en el gobierno de Godoy (1798) y con José I (1808), centrándose en los bienes eclesiásticos. Las Cortes de Cádiz (1813) promulgaron un decreto general de desamortización, pero su vigencia fue limitada por la restauración del absolutismo. Se retomó durante el Trienio Liberal (1820), pero se paralizó nuevamente con el regreso de Fernando VII. Fue durante el reinado de Isabel II, con el asentamiento de los liberales en el poder, cuando se transformó el régimen de la propiedad.

  • 1836: Mendizábal: Suprimió las órdenes monacales y puso en venta sus bienes. Sus objetivos eran reformar el régimen de propiedad, obtener recursos para el Estado, crear una deuda pública y conseguir apoyo social para el liberalismo.
  • 1841: Espartero: Declaró nacionales los bienes del clero. Los gobiernos moderados llegaron a un acuerdo con el Vaticano (Concordato) aceptando las ventas a cambio del sostenimiento económico del clero y la declaración del catolicismo como religión del Estado.
  • 1855: Madoz: Aprobó la Ley General de Desamortización, que puso en venta los bienes del Estado y de los ayuntamientos. Parte de los ingresos se destinaron a la construcción del ferrocarril.

Consecuencias de la Desamortización

La desamortización puso en venta el 20% del territorio español, el 50% de la tierra cultivable, con un valor del 30% del inmueble de la propiedad. Las tierras fueron adquiridas por personas con recursos, aumentando su patrimonio y prestigio social. Políticamente, la desamortización consolidó el régimen de propiedad liberal. Sin embargo, sus consecuencias socioeconómicas son objeto de debate. Algunos autores argumentan que no permitió el acceso a la tierra por parte del campesinado, mientras que otros sostienen que esto no habría sido posible de todos modos por falta de capital. También se argumenta que la desamortización retrasó la industrialización al desviar inversiones hacia la compra de tierras. La Iglesia, los municipios y los campesinos, cuyas condiciones de vida empeoraron, fueron los principales afectados.

La Desamortización en Galicia

En Galicia, la mayoría de las tierras se explotaban mediante contratos de arrendamiento o foros. La tierra estaba en manos de campesinos labradores, nobles terratenientes y conventos. Los montes comunales pertenecían a los vecinos. La desamortización no alteró significativamente la organización agraria tradicional, y los campesinos conservaron sus derechos sobre la tierra.

La Desvinculación

La desvinculación eliminó figuras jurídicas como el mayorazgo, que impedían la libre disposición de la propiedad. Las leyes desvinculadoras no implicaban expropiación, sino que permitían a los poseedores de mayorazgos disponer libremente de sus tierras. La disolución del régimen señorial respondía a la necesidad de la soberanía nacional. Se distinguía entre señorío jurisdiccional y territorial, lo que generó conflictos que se resolvieron con la ley de 1837, que benefició a los señores.

Conclusión

A pesar de las medidas implementadas por los gobiernos liberales, la agricultura española no se modernizó. Esta falta de renovación impidió la generación de excedentes necesarios para impulsar la industrialización. Algunas zonas se especializaron en cultivos para el mercado internacional, mientras que otras permanecieron estancadas en niveles próximos al Antiguo Régimen.