La crítica de Kant a la metafísica y la búsqueda de la Ilustración

La Ilustración y la Crítica

La Ilustración pretende ser una lucha contra la ignorancia y la injusticia que habían prevalecido en una Europa ya transformada social y económicamente, sin haberlo hecho en los ámbitos de la política y de derecho. La filosofía kantiana se encuentra plenamente integrada en los planteamientos e ideales de la Ilustración.

Por este motivo, la actitud crítica será el factor común en todos los ilustrados para tratar de alcanzar una sociedad justa. Esta tarea sigue estando sin realizarse plenamente en la mayoría de las sociedades contemporáneas, incluidas las democracias liberales del mundo occidental. El lema de la Ilustración “Atrévete a pensar por ti mismo” encierra el mensaje a la humanidad de su plena realización en la autonomía y la libertad que solo se puede conseguir en sociedades donde se ha alcanzado la plena ciudadanía.

Para esto, los ilustrados proponen una educación basada en la razón que no suponga freno alguno para la libertad. Es evidente, pues, que no puede aceptarse que en pleno siglo XXI sigan habiendo sociedades legisladas bajo la imposición de normas morales basadas en supuestos no comprobados, pues una moral contraria a la ciencia va en contra de la sociedad civil propuesta por Kant y los ilustrados, una sociedad compuesta por individuos libres, racionalmente críticos y tolerantes que ejerzan correctamente su tendencia al progreso.

En conclusión, la Ilustración supone un estadio de madurez en el que el género humano alcanza su plenitud y supone, además, la meta final o destino de la humanidad. Cada individuo ha de aventurarse en el ejercicio de la propia razón y cada pueblo debe construir la razón de él mismo. Y esto solo puede conseguirse mediante la educación de ciudadanos autónomos y libres.

Los Problemas de la Metafísica según Kant

Kant se enfrenta a tres problemas principales:

  1. Determinar cuáles son las condiciones y características para que de un conocimiento se pueda decir que es verdadero.
  2. Ocuparse de si la metafísica cumple esas características.
  3. Romper el vínculo que la filosofía establecía entre metafísica y ética, evitando que la segunda dependiera de la primera.

Kant toma como modelo los juicios de las ciencias (juicios sintéticos a priori). Los juicios sintéticos se elaboran gracias a la experiencia y amplios conocimientos, mientras que los juicios a priori se caracterizan por su universalidad y necesidad, características que no son posibles obtener a partir de la experiencia.

Juicios Sintéticos a Priori

Son la determinación de la mente sobre algo, se expresan en frases que vinculan un sujeto y un predicado mediante un verbo, elaboradas a partir de la sensibilidad, y amplían el conocimiento sobre algo que se desconocía. Adquieren las características de universalidad y necesidad cuando el ser humano incorpora elementos ajenos al objeto percibido, condiciones naturales de pensar y sentir. Los elementos a priori son espacio-tiempo en la formación de intuiciones sensibles, y las categorías para establecer conocimiento. Todo lo que aspire a expresar verdades es expuesto en juicios sintéticos a priori.

Kant se ocupa de señalar que todo conocimiento posible está formado por un conjunto de elementos: unos le llegan al ser humano del mundo exterior a través de los sentidos, y otros los incorpora él mismo, pero son ajenos al mismo objeto (a priori).

La Intuición Sensible

Kant se ocupa de la forma que tienen los seres humanos de intuir sensiblemente el conjunto de cosas que se reciben del mundo: la intuición sensible. Es la existencia de objetos y cosas en el mundo, que son los que entran en contacto con los sentidos, y un conjunto de condiciones ajenas a los objetos, pero propias del ser humano, que son a priori, independientes de los objetos, y que hacen que reconozcamos los objetos materiales. Los objetos solo existen porque los percibimos.

Kant llama materia a lo sensible y forma a lo que hace posible su percepción. La forma es a priori y son las condiciones que se imponen al objeto para hacerlo coherente. Al objeto reconocido como verdad se le llama fenómeno. Las condiciones a priori que posibilitan la experiencia son el espacio y el tiempo, formas de la intuición sensible.

Fenómeno y Noúmeno

El noúmeno es la cara oculta del fenómeno. El fenómeno es lo condicionado, es la cosa en sí misma, sometida a las condiciones humanas que hacen posible la percepción sensible de algo; y el noúmeno es lo incondicionado, se contrapone al fenómeno cuando las categorías se ocupan de algo trascendente formado en la intuición sensible.

Kant comprueba que la ciencia tiene que estar basada en fenómenos y que la metafísica es imposible que tenga éxito en su tarea. Kant hace una propuesta:

  • Sentido negativo de la crítica: Impide que la razón especulativa traspase los límites de la experiencia y niega cualquier necesidad de conocimiento que no sea trascendental. Solo los fenómenos pueden llegar a ser ciencia y es la materia en la que el pensamiento aplica las categorías. Impide que el pensamiento traspase los límites de la experiencia.
  • Sentido positivo de la crítica: Noúmeno positivo, planteamiento donde no es necesario presentar pruebas, la razón no tiene que demostrar nada, solo exponer sus opiniones. El problema de la ética es que dependía de la metafísica, esta explicaba el mundo, establecía principios y deducía valores morales.

Metafísica, Crítica e Ilustración

La Ilustración fue el resultado de la maduración de la mentalidad científica que empezó a desarrollarse en Europa a finales del siglo XVI. La ciencia fue el modelo para los ilustrados; ciencia que se soporta en la experiencia y que iba contra el dogmatismo de los metafísicos y que pretendía someter todo conocimiento a su crítica, que para los ilustrados consistía en aportar pruebas y demostraciones.

La metafísica no había sido elaborada bajo los enfoques que los ilustrados consideraban adecuados, ya que no tenía un soporte experimental; y además era dogmática y no resistía los ataques de la racionalidad empirista y positivista. La obra de Kant es el intento de hacer ver que la metafísica tenía que cambiar de rumbo, o abandonar su tarea y quedar en el olvido, o hacerse un tribunal para examinar la trascendentalidad de los conocimientos o trasladar sus pensamientos al territorio de los ideales humanos.

La Analítica Trascendental

Es el momento de la construcción del conocimiento a partir de los fenómenos, que son convertidos en ideas y conceptos, que es lo que se puede considerar como la formación de conocimiento. Kant otorga esta misión al entendimiento.

Para el ser humano, el conocimiento se concentra en la elaboración de un juicio, que es la manifestación de que existe (o no) una conexión entre varias cosas. Todo el conocimiento humano es una serie de juicios que lo que hacen es relacionar cosas entre sí. Realizar juicios es comparar la conveniencia que existe entre dos objetos y poder afirmar o negar algo de la relación que entre ambos se establece.

Esa capacidad de juzgar es innata en el ser humano y propia de la racionalidad. El conocimiento es un saber que comprueba si a una cosa le corresponden otras propiedades. Conocer es establecer una relación entre diferentes fenómenos, expresándola en un juicio que tenga las características de estar basado en la experiencia y amplíe el conocimiento y que, además, lo expresado sea universal y necesario.

Ese es el objetivo de la analítica trascendental: si hay juicios, es porque existe una capacidad humana que pueda realizarlos; tiene que haber alguna cualidad racional propia del ser humano y ajena a los fenómenos que sea capaz de elaborarlos. Kant denomina a tal facultad: las categorías, que nos habilitan a realizar juicios y poder aplicar a la realidad nuestra capacidad de reconocer y dar significado a los objetos y fenómenos. Esas categorías son a priori porque son independientes de la experiencia.

Cuando la mente recibe el fenómeno, este se convierte en una idea general. Cuando esa idea ya está en la mente, la naturaleza del ser humano la compara con otras que ya tiene, y al compararlas forma juicios. Partiendo de una tabla de juicios que Kant establece, hay 12 tipos posibles. De cada una de las distintas categorías se obtiene el correspondiente juicio y se habla de su posibilidad de ser o no.

Solo cuando las categorías se aplican a fenómenos se produce conocimiento. Esto quiere decir que todo conocimiento viene limitado a su aplicación empírica. Es posible entender el proyecto kantiano de superación del empirismo y racionalismo: en el conocimiento hay que partir de la experiencia. Todo conocimiento humano está expresado en juicios sintéticos a priori. Para la formación de conocimiento científico, las categorías siempre se tienen que aplicar sobre fenómenos de la experiencia. La organización de categorías se formula en un sistema de principios del conocimiento. Kant se centra en averiguar y explicar el funcionamiento de los niveles del conocimiento.

La metafísica no elabora sus propuestas del modo indicado, sino que cree que puede abarcarlo todo y, además, resulta que la metafísica no aporta conocimiento alguno. La metafísica ha sido un intento de la razón.

La Dialéctica Trascendental

Kant acomete la exposición del paso que lleva desde el ‘entendimiento’ al territorio de la razón, que trabaja con categorías. Si para el entendimiento se habla de conceptos, para la razón se habla de ideas. Establecidos ya los límites y las condiciones a priori, solo queda comparar ese modelo con cualquier otro conocimiento y ver si cumple las mismas condiciones.

La metafísica no cumple con las mismas condiciones que se exige a las ciencias para construirse como un saber fiable y seguro: la metafísica no se apoya en fenómenos, sino en noúmenos.

En la dialéctica trascendental, Kant realiza un estudio de las ideas de la filosofía tradicional, mostrando la imposibilidad de que sus planteamientos tengan el mismo rigor que la ciencia. La metafísica actúa rechazando cualquier aporte de la experiencia y alejándose de ella, por lo que no ha podido construir su discurso de acuerdo a los juicios sintéticos a priori.

La razón humana tiene una tendencia natural y espontánea a buscar explicaciones absolutas y definitivas de todas las cuestiones. En los seres humanos hay una tendencia natural a generalizar y a buscar conclusiones finales, lo que les hace precipitarse en ilusiones metafísicas, creyendo que siempre se puede ir más allá. En el humano, el conocimiento se origina en la experiencia, pero se aleja de ella sin darse cuenta, abandona sus referentes y continúa especulando porque la facultad de pensar no tiene límites. Todo eso es equivalente a decir que la razón cree que puede, por sí misma, establecer un conjunto de verdades que actúan como principios y decidir en base a ellos, sin tener que recurrir a un tribunal que juzgue sus posibilidades y valore sus resultados. El resto del conocimiento se derivaría de ese conocimiento a priori. La finalidad de la metafísica es alcanzar un perfecto conocimiento de todo, que estableciera el conocimiento de toda realidad y que, además, se pudiera aplicar en el vivir diario; al conocer algo a la perfección se podría definir, se conocerían sus causas y consecuencias.