Contexto Histórico
Nos situamos en la llamada crisis de 1898. Los orígenes de la crisis se sitúan en la guerra que se reanuda en Cuba desde 1895: el incumplimiento de las promesas de autonomía para la isla que se hicieron en la Paz de Zanjón y los perjuicios que las fuertes barreras arancelarias causaban al comercio de Cuba con los EE. UU., su principal comprador, se sitúan en el origen de la guerra. En 1898, EE. UU. aprovecha el pretexto de la voladura del acorazado Maine, fondeado en La Habana, para intervenir en el conflicto y declarar la guerra a España.
El Conflicto Hispano-Estadounidense
En los inicios de su política imperialista centrada en el dominio del mar, los EE. UU. desean imponer su hegemonía en el Caribe y acabar con la presencia hispana. La guerra se resuelve con gran rapidez: la moderna flota de los EE. UU. destruye a la hispana, anticuada y mal artillada, en Santiago de Cuba y en Cavite (Filipinas). Por la Paz de París, España pierde los últimos restos de su viejo imperio colonial: Cuba, Filipinas y Puerto Rico.
Impacto de la Crisis
Se quiebra el pasado colonial y el impacto de la crisis fue sobre todo de tipo moral e ideológico. El desastre sumió a la sociedad española y a la clase política en un estado de frustración y desencanto. Hizo aflorar los problemas y defectos de España y dio lugar a la aparición de movimientos que, desde una óptica cultural, criticaron el sistema de la Restauración: atraso agrario, como consecuencia de las desamortizaciones, atraso cultural que se plasmaba en elevados índices de analfabetismo, o la corrupción electoral y el caciquismo que sustentaban una democracia.
La Generación del 98
La Generación del 98 se interesó por llevar a cabo un profundo cambio y modernización de España y, con gran pesimismo, realizó una crítica mordaz sobre el atraso español, plasmada en una reflexión sobre el sentido de España y su papel en la historia (Unamuno, Machado, entre otros).
El Regeneracionismo
El Regeneracionismo propugna la modernización de la política española y cuenta con el respaldo de las clases medias. Se caracterizó por la reflexión profunda sobre los problemas de España y la necesidad de regenerarla desde lo político hasta lo social, económico e intelectual, de que volviera a nacer. El Regeneracionismo ejerció una influencia notable entre las clases medias y el soporte cultural lo aportaron Joaquín Costa y la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos.
El Revisionismo de los Partidos Dinásticos
La crisis del 98 supuso una quiebra del sistema político de la Restauración basado en el turnismo pacífico de los dos grandes partidos dinásticos, conservador y liberal, que había funcionado con estabilidad en el período anterior gracias al caciquismo y el fraude electoral. Y aunque no hundió el sistema, sí le hizo tambalearse y mostró una necesidad de regenerarlo para que pudiera subsistir. En el plano político, los efectos no fueron inmediatos y el sistema turnista continuó dando entrada a un nuevo gobierno conservador de Silvela, que intentaría introducir algunas medidas reformistas, pero no contó con los apoyos necesarios. Uno de los principales factores que alteró el funcionamiento del régimen fue la propia evolución de los partidos dinásticos, pues la falta de líderes carismáticos tras la muerte de Cánovas y Sagasta ocasionó una gran debilidad política. Serían los gobiernos de Antonio Maura y Canalejas los que pondrían en marcha programas reformistas de carácter regeneracionista. Ambos pretendieron reformar el sistema político haciéndolo más democrático y justo socialmente, pero fracasaron.
Reforma Constitucional
Con el fin de adecuar la Constitución del 76 a la nueva realidad social y política de España, era necesaria reformarla profundamente. Se tenía que eliminar de ella lo que de falso y anacrónico había en su funcionamiento real e introducir modificaciones capaces de integrar en el sistema a otras fuerzas políticas emergentes.
Oposición al Régimen
Las fuerzas de oposición al régimen que habían quedado al margen del sistema cobran importancia: republicanismo, movimiento obrero (en 1879 se fundó el PSOE y en 1888 la UGT, y en 1910 la CNT), nacionalismo (en 1895 el PNV y en 1901 la Lliga). Esto da lugar a una gran inestabilidad política y a conflictividad social. El obrerismo se organiza en sindicatos. La huelga y la violencia pasan a ser parte de su metodología.
Nueva Etapa Colonial
Orientándose la actuación española hacia el norte de África cuando el continente ya estaba repartido, el conflicto de Marruecos será otro problema que va a provocar una guerra permanente y va a estar presente en la vida política y en tensiones como la Semana Trágica de Barcelona o el Desastre de Annual.