El Impacto de la I Guerra Mundial en España
A pesar de la declaración oficial de neutralidad del gobierno español, la opinión pública se dividió entre afines a la Triple Alianza y a la Triple Entente. Sin embargo, mucho más importantes fueron las consecuencias económicas. Tras unos meses de recesión provocada por la salida de capitales y la paralización de los negocios, a partir de 1915 se produjo una gran recuperación económica.
España se convirtió en suministradora de materias primas y alimentos de los países en guerra, lo que hizo aumentar mucho las exportaciones con repercusiones positivas para la industria siderúrgica vasca, la minería asturiana, la textil catalana, la química y la naval. Sin embargo, el sector agrícola se vio perjudicado porque no se exportaban naranja, vino y plátano.
Además, el aumento de demanda exterior provocó un ascenso generalizado de los precios. Las clases bajas perdieron poder adquisitivo y aumentó el descontento y la conflictividad social. Al finalizar la guerra, las exportaciones descendieron bruscamente, lo que se tradujo en un aumento del desempleo, algo que radicalizó a los sindicatos incrementándose las huelgas y la conflictividad social.
En 1917 había triunfado la Revolución Soviética en Rusia, lo que despertó las esperanzas del movimiento obrero y el miedo de la burguesía y los terratenientes a que se propagara a España. Estos problemas económicos y sociales se unieron al problema político y al descontento en el ejército, culminando en la crisis de 1917.
La Crisis de 1917
Se produjo una crisis general que debilitó el régimen de la Restauración. Fueron tres los movimientos que coincidieron:
Las Juntas de Defensa
Esta crisis militar estalló en junio. El ejército español presentaba un número excesivo de oficiales. Además, la crisis económica y la inflación habían hecho disminuir el valor real de los sueldos. El fuerte descontento entre los oficiales de baja y media graduación desembocó en la creación de las Juntas de Defensa, una asociación de militares. Lo que reclamaban era una subida de los sueldos y se oponían al ascenso por méritos de guerra. La solución fue la Ley del Ejército de junio de 1918, que trajo la subida de los sueldos y la disolución de las Juntas. El ejército volvió a convertirse en el principal apoyo del sistema y de la monarquía.
La Asamblea de Parlamentarios
El segundo acto de la crisis de 1917 fue la Asamblea de Parlamentarios. Las Cortes estaban cerradas desde febrero porque el gobierno de Dato temía que se plantearan problemas. Los partidos de la oposición llevaban meses reclamando la reapertura. En una reunión promovida por Cambó, dirigente de la Lliga, se decide convocar la Asamblea de Parlamentarios y pedir la reforma de la Constitución para democratizar la vida política y la autonomía para Cataluña.
La Huelga General de 1917
El aumento de la conflictividad laboral fue motivado por el descenso de los salarios reales. Las huelgas habían ido aumentando, y una huelga general paralizó el país durante 24 horas en marzo de 1917. Los sindicatos y los partidos de izquierda empezaron a planear una huelga general indefinida, que se extendió a todo el país. La reacción del gobierno fue dura: se inició la represión con el envío del ejército, lo que provocó numerosos muertos.
El Directorio Civil de Primo de Rivera
Una vez solucionado el problema marroquí, Primo de Rivera intenta institucionalizar el régimen para continuar en el poder de forma permanente mediante la sustitución del Directorio Militar por un Directorio Civil bajo su presidencia.
Para conseguir la institucionalización había creado en 1924 un partido único, la Unión Patriótica, a imitación del fascismo italiano, cuyo objetivo era devolver el poder a los civiles y colaborar con el régimen. Su lema fue”Dios, Patria y Religió”. El segundo paso fue la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva en 1927, cuyo objetivo era redactar una nueva Constitución que legitimase el nuevo régimen. La Constitución redactada en 1929 nunca se aprobó, lo que demostró la incapacidad del régimen para institucionalizarse.
Política Socioeconómica
El Directorio Civil lleva a cabo una política económica basada en el fuerte intervencionismo estatal, caracterizado por el control por parte del gobierno de todas las actividades económicas del país y por el proteccionismo de la industria nacional. Por otro lado, el Estado concede préstamos y subvenciones para la creación de nuevas industrias o para empresas nacionales deficitarias.
El Golpe de Estado de Primo de Rivera
El régimen militar se presentó al país a través de un manifiesto como un proyecto regeneracionista. Pretendía ser un régimen provisional creado para acabar con la corrupción política y para solucionar los principales problemas del país: el terrorismo, el avance del comunismo y los movimientos separatistas.
Sin embargo, las primeras medidas se orientaron a implantar una dictadura en la que Primo de Rivera asumía todo el poder. El rey aceptó nombrar ministro al general, concentrando todos los poderes en su persona, ayudado por un Directorio Militar. Las primeras medidas tenían como objetivos acabar con el régimen de la Restauración y con el sistema caciquil, por ello decretó la suspensión de las libertades constitucionales, se disolvieron las Cortes y se suspendió la Constitución de 1876.
Para acabar con las redes locales del caciquismo, inició una reforma de la administración: sustituyó a los gobernadores civiles por militares, que tendrían amplias competencias para el orden público y la vigilancia de irregularidades.
El Directorio afrontó también la solución de los problemas de orden público mediante la adopción de medidas represivas. Mantuvo vigente durante meses la declaración del estado de guerra y adoptó medidas represivas contra las organizaciones obreras. Lo mismo sucedió con los movimientos nacionalistas. Primo de Rivera empezó su campaña represiva contra las manifestaciones del nacionalismo catalán, vistas como una amenaza separatista, por lo que disuelve la Mancomunitat de Catalunya, prohíbe el uso de la bandera catalana, del himno catalán y del catalán.
El principal éxito del Directorio Militar fue acabar con la Guerra de Marruecos, con una operación militar conjunta con el desembarco en la bahía de Alhucemas en septiembre de 1925 y el fin de la guerra colonial.
La Guerra de Cuba
El Tratado de Zanjón (1878) prometía unas nuevas condiciones políticas y administrativas, el fin de la esclavitud y una amnistía. Sin embargo, el cumplimiento de lo pactado se hizo lentamente. Desde 1878, los cubanos que habían luchado por la independencia, entre ellos José Martí, apostaban por la independencia total.
El movimiento independentista se organiza en la isla en torno a los veteranos de la guerra y en los EEUU en torno al Partido Revolucionario Cubano, fundado por el poeta cubano José Martí en 1892, defensor de una república independiente. La independencia contaba con muchos apoyos tanto en ciertos sectores cubanos como en los EEUU, que veían el fin del imperio español como una posibilidad para extender su influencia política en la zona. Los intereses económicos de los EEUU en la isla eran muy importantes y las compañías azucareras y la opinión pública respaldaban la ayuda americana.
Primero fue un apoyo diplomático, presionando al gobierno español para que abandonaran la isla. Después de 1891, cuando la Ley de Aranceles estadounidense prohibió a los cubanos el comercio libre en la zona (el comercio de azúcar con EEUU era mucho más importante que con España, el 91% del azúcar se exportaba a EEUU), se convirtió en un apoyo material para los insurrectos.
Las Causas del Golpe de Estado de 1923
Diversos factores explican la dictadura militar. Muchos historiadores consideran que Primo de Rivera quería evitar que el régimen acabara democratizándose. También podemos distinguir cinco causas principales:
- La derrota militar de Annual en Marruecos (1921), que provocó protestas del ejército y de la oposición.
- La crisis del sistema de la Restauración debido a la división de los partidos conservador y liberal, el cambio constante de gobierno, el ascenso de socialistas y republicanos y el auge de los nacionalismos. En este contexto se funda el Partido Comunista de España (1921).
- La agudización de los conflictos sociales, especialmente en Barcelona, con enfrentamientos entre patronos y obreros y numerosas huelgas. El gobierno autoritario de Primo de Rivera puso fin a la protesta social.
- La crisis económica derivada de la Primera Guerra Mundial.
- El deseo de algunos sectores de la sociedad española de un gobierno fuerte que pusiera orden en un país convulso.