La Crisis de 1898: Guerra de Cuba, Conflicto con EEUU y el Fin del Imperio Español

El Sexenio Democrático (1868-1874)

La Revolución Gloriosa de 1868 y el Gobierno Provisional

En 1866 se firma el Pacto de Ostende entre el progresista Prim, demócratas y republicanos, con el objetivo de derrocar a Isabel II y convocar Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino.

  • En 1867 se suman los unionistas.
  • En 1868 muere Narváez, figura clave del régimen isabelino.
  • En septiembre de 1868, estalló la Revolución conocida como “La Gloriosa”.

Se produce un levantamiento militar de la armada en Cádiz, dirigido por el almirante Topete, al que se suman el general Prim y el general Serrano. Tras la Batalla de Alcolea (Córdoba), donde las tropas revolucionarias vencen a las realistas, Isabel II decide marchar al exilio.

Se crea un Gobierno Provisional liderado por el general Serrano, con el general Prim como ministro de Guerra. Sus objetivos principales fueron:

  • Evitar un proceso revolucionario más radical.
  • Convocar elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino.

La victoria en las elecciones fue para unionistas y progresistas. Estas Cortes elaboraron una nueva Constitución.

La Constitución de 1869 y la Regencia de Serrano

La Constitución de 1869 es considerada la más democrática del siglo XIX español. Establecía que la Corona quedaba subordinada a la soberanía nacional (el Rey reina, pero no gobierna).

Principios Fundamentales:

  • Reconocimiento de la Soberanía Nacional.
  • Forma de Estado: Monarquía Parlamentaria.
  • División de Poderes:
    • Ejecutivo: Gobierno y ministros bajo el control de las Cortes.
    • Legislativo: Cortes bicamerales (Congreso y Senado) elegidas por sufragio universal masculino.
    • Judicial: Tribunales y jueces independientes.
  • Amplia declaración de derechos y libertades, incluyendo por primera vez la libertad de culto.

Aprobada la Constitución, se inicia la Regencia del general Serrano, mientras que Prim ejerce la presidencia del Gobierno. Durante este período se inician reformas importantes:

  • El ministro de Hacienda, Figuerola, impulsó políticas librecambistas y estableció una moneda única: la peseta.
  • Desarrollo de leyes orgánicas.

Sin embargo, surgieron problemas significativos:

  • Protestas de republicanos en las ciudades.
  • Revueltas campesinas.
  • Estallido de la insurrección en Cuba (1868), dando inicio a la Primera Guerra Cubana.

El objetivo principal del gobierno fue la búsqueda de un rey. Se consideraron varios candidatos:

  • Fernando de Coburgo
  • Duque de Montpensier
  • Leopoldo Hohenzollern
  • General Serrano o General Espartero

Finalmente, se eligió a Amadeo de Saboya, de la casa real italiana e hijo de Víctor Manuel II. Fue elegido en noviembre de 1870, desembarcó en España en diciembre y juró la Constitución.

El Reinado de Amadeo I de Saboya (1871-1873)

El reinado de Amadeo I (1871-1873) estuvo marcado por la inestabilidad y numerosos problemas. Uno de los golpes más duros fue el asesinato de su principal valedor, el general Prim, poco antes de su llegada.

Tuvo una numerosa oposición:

  • Sectores industriales: Veían en Amadeo una continuación de las políticas económicas librecambistas perjudiciales para sus intereses.
  • Aristocracia y terratenientes: Temían perder sus posiciones privilegiadas y comenzaron a organizar una oposición en torno al llamado Partido Alfonsino, que reivindicaba la vuelta de los Borbones en la figura del príncipe Alfonso, hijo de Isabel II.
  • Clases populares: Lo rechazaban por ser un rey extranjero.
  • Iglesia y católicos: Amadeo pertenecía a una dinastía que mantenía al Papa prisionero en Roma.
  • Estallido de la Tercera Guerra Carlista (1872-1876).
  • Republicanos y movimiento obrero: La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) fue prohibida y perseguida desde 1871.

El único apoyo de Amadeo, los progresistas, estaban divididos entre los constitucionalistas de Sagasta y los radicales de Zorrilla. Ante esta difícil situación y aprovechando un conflicto con el cuerpo de Artillería, Amadeo I presentó su renuncia en febrero de 1873.

La Primera República Española (1873-1874)

En febrero de 1873, tras la renuncia de Amadeo I, las Cortes reunidas en Asamblea Nacional proclamaron la Primera República. Esta nació con graves problemas:

  • La mayoría en las Cortes era monárquica.
  • Escaso apoyo popular real.
  • Poco reconocimiento internacional.
  • Profunda división entre los propios republicanos: federalistas y centralistas (o unitarios).

La República se caracterizó por una enorme inestabilidad política, sucediéndose cuatro presidentes en apenas un año:

  1. Estanislao Figueras: Convocó elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. Hubo muy poca participación y la victoria fue para los republicanos federalistas.
  2. Francisco Pi y Margall: Durante su presidencia se elaboró el proyecto de Constitución Federal de 1873 (non nata, nunca promulgada). Señalaba que España era una República Federal formada por 17 Estados (incluyendo Cuba y Puerto Rico) y establecía un Estado laico. Su aplicación fue suspendida por la Tercera Guerra Carlista y, sobre todo, por el estallido de la insurrección cantonal. El cantonalismo fue una expresión del federalismo radical en la que ciudades y regiones se proclamaron cantones independientes, federándose libremente. Ante la incapacidad de controlar la situación, Pi y Margall dimitió.
  3. Nicolás Salmerón: Duró poco en la presidencia debido a un conflicto ético, ya que se negó a firmar las penas de muerte impuestas a líderes cantonalistas. Dimitió.
  4. Emilio Castelar: Intentó restaurar el orden e inició una dura represión contra cantonalistas y carlistas, gobernando de forma más autoritaria.

En enero de 1874, el general Pavía protagonizó un golpe militar disolviendo las Cortes Constituyentes. Entregó la presidencia del poder ejecutivo de la República al general Serrano, quien estableció una dictadura de facto con forma republicana, suspendiendo la Constitución de 1869.

Hacia la Restauración Borbónica

Paralelamente, se fue fraguando el proyecto de la Restauración de los Borbones:

  • El ideólogo principal fue Antonio Cánovas del Castillo, líder del Partido Alfonsino.
  • El objetivo era restaurar la monarquía borbónica en la persona del príncipe Alfonso, hijo de Isabel II, presentándolo como una garantía de orden y estabilidad.

En diciembre de 1874, el general Martínez Campos protagonizó un pronunciamiento militar en Sagunto, proclamando rey a Alfonso. En enero de 1875, Alfonso XII llegó a España, dando inicio al período de la Restauración.

Las Guerras Coloniales y la Crisis de 1898

El Contexto Colonial Español Post-1824

Tras la independencia de la mayoría de las colonias americanas en 1824, el Imperio Colonial español quedó reducido a Cuba, Puerto Rico, Filipinas, algunos archipiélagos en el Pacífico (Marianas, Carolinas, Palaos) y diversas plazas en África. Cuba era, con diferencia, la colonia más importante por su relevancia económica (principalmente por la producción de azúcar).

Las Guerras de Cuba

Primera Guerra Cubana o Guerra Larga (1868-1878)

Se inició con el Grito de Yara (octubre de 1868), liderado por Manuel de Céspedes. Las principales reivindicaciones eran una mayor autonomía política y el fin de la esclavitud. España envió al general Martínez Campos para negociar con los rebeldes, logrando firmar la Paz de Zanjón (1878). En este acuerdo, España prometió la abolición de la esclavitud (que se completaría en 1886) y reformas para conceder más autonomía a la isla.

Consecuencias y período entreguerras:

  • Algunos rebeldes, descontentos con el acuerdo, continuaron la lucha en la llamada Guerra Chiquita (1879-1880), que fracasó rápidamente.
  • Se presentó un proyecto de autonomía para Cuba por parte de Antonio Maura (Ministro de Ultramar), pero fue rechazado por las Cortes españolas en 1893.
  • La sociedad cubana estaba dividida:
    • Unión Constitucional: Hacendados españoles y cubanos leales a España, que rechazaban las concesiones de la Paz de Zanjón.
    • Partido Liberal Autonomista Cubano: Reivindicaban el cumplimiento de lo pactado en Zanjón y una mayor autonomía.
    • Partido Revolucionario Cubano: Fundado y liderado por José Martí, que abogaba por la independencia total.

Segunda Guerra de Cuba (1895-1898)

También conocida como Guerra de Independencia Cubana.

Causas:

  • Incumplimiento por parte de España de las promesas de autonomía de la Paz de Zanjón.
  • El creciente apoyo e intereses económicos y estratégicos de Estados Unidos en Cuba, bajo la influencia de la Doctrina Monroe (“América para los americanos”).
  • El Arancel Cánovas de 1891, que dificultaba el comercio de Cuba con Estados Unidos.

La guerra se inició con el Grito de Baire (febrero de 1895). Sus líderes principales fueron José Martí (muerto en combate al inicio del conflicto), Máximo Gómez y Antonio Maceo. España envió inicialmente al general Martínez Campos, pero ante sus fracasos fue sustituido por el general Valeriano Weyler, quien aplicó una dura política de reconcentración de la población campesina para aislar a los rebeldes, causando una gran mortalidad.

En Estados Unidos, el nuevo presidente William McKinley se mostró dispuesto a intervenir en Cuba. El asesinato del presidente del gobierno español, Cánovas del Castillo, en 1897, llevó al poder a Sagasta, quien destituyó a Weyler y ofreció a Cuba una amplia autonomía, pero ya era demasiado tarde para los independentistas.

El Movimiento Independentista en Filipinas

Paralelamente, en Filipinas también se desarrolló un movimiento independentista. En 1892, José Rizal fundó la Liga Filipina. Tras una insurrección en 1896, España envió al general Camilo García de Polavieja, quien ordenó la ejecución de Rizal. Contrario a lo esperado, esto avivó el movimiento, ahora liderado por Emilio Aguinaldo. España tuvo que enviar al general Fernando Primo de Rivera para negociar una tregua temporal (Pacto de Biak-na-Bató, 1897).

La Guerra Hispano-Estadounidense (1898)

Estados Unidos, con claros intereses imperialistas en Cuba y Filipinas, buscaba un pretexto para declarar la guerra a España y evitar una solución negociada o la consolidación de la autonomía cubana. La excusa llegó en febrero de 1898 con la explosión del acorazado estadounidense Maine en el puerto de La Habana. Aunque las causas de la explosión nunca fueron aclaradas (y probablemente fue accidental), la prensa sensacionalista estadounidense culpó a España.

Tras la explosión del Maine, Estados Unidos lanzó un ultimátum a España exigiendo la retirada de Cuba e incluso hizo una oferta de compra de la isla. España rechazó el ultimátum, y Estados Unidos declaró la guerra en abril de 1898.

La guerra, conocida en España como la Guerra de Cuba y en EEUU como Spanish-American War, fue breve (aproximadamente de abril a agosto de 1898, a veces llamada “Guerra de los Cien Días”) y desastrosa para España.

  • Frente del Pacífico: La flota española en Filipinas fue destruida en la Batalla de Cavite (mayo de 1898). Aguinaldo regresó del exilio y proclamó la independencia filipina con apoyo estadounidense inicial.
  • Frente del Caribe: La flota española del Atlántico, comandada por el almirante Cervera, fue aniquilada en la Batalla naval de Santiago de Cuba (julio de 1898). Las tropas estadounidenses desembarcaron en Cuba y Puerto Rico.

En agosto de 1898, España solicitó un armisticio.

La Crisis de 1898: El Desastre y sus Consecuencias

El Tratado de París y la Pérdida del Imperio

En diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París entre España y Estados Unidos:

  • España reconoció la independencia de Cuba (aunque quedó bajo tutela estadounidense).
  • España cedió a Estados Unidos las islas de Puerto Rico, Guam y Filipinas a cambio de una compensación de 20 millones de dólares.

En 1899, España vendió a Alemania los últimos restos de su imperio en el Pacífico: las islas Marianas (excepto Guam), Carolinas y Palaos por 25 millones de pesetas (unos 15 millones de dólares de la época).

Esto supuso el fin del Imperio Colonial español.

Impacto en España: Pérdidas Humanas y Crisis de Conciencia

La derrota militar y la pérdida de las últimas colonias importantes fueron conocidas en España como el “Desastre del 98”.

  • Consecuencias económicas: Aunque se perdieron mercados y recursos, la repatriación de capitales desde las colonias incluso favoreció la inversión en España a corto plazo. El problema económico no fue el principal a nivel macro, aunque sí afectó a industrias dependientes del mercado colonial (como la textil catalana).
  • Consecuencias humanas: Fueron muy graves, con alrededor de 50.000 muertos españoles (principalmente por enfermedades tropicales y falta de medios).
  • Consecuencias morales y políticas: Fueron las más profundas. La derrota generó una grave crisis de conciencia nacional. Se cuestionó la eficacia del sistema político de la Restauración y la capacidad de España como nación moderna. Esto impulsó el crecimiento de los nacionalismos periféricos (catalán, vasco) y dio lugar a un importante movimiento intelectual crítico: la “Generación del 98” (Unamuno, Baroja, Maeztu, Azorín, Machado…), que reflexionó sobre las causas de la decadencia española y propuso soluciones.

El Regeneracionismo

Surgió como un movimiento ideológico y social que clamaba por la “regeneración” de España. Su principal figura fue Joaquín Costa, quien criticó duramente el sistema político de la Restauración (caciquismo, fraude electoral) y propuso reformas profundas bajo el lema “Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro del Cid” (educación, mejora económica y olvido de las glorias pasadas). El Regeneracionismo influyó en la política española de las primeras décadas del siglo XX.

Sociedad y Demografía en la España del Siglo XIX

Evolución Demográfica

Durante el siglo XIX, España experimentó un crecimiento sostenido de la población, pasando de unos 11 millones a principios de siglo a más de 18,5 millones a finales.

Movimientos Naturales

El crecimiento se basó en:

  • Una elevada tasa de natalidad, típica del régimen demográfico antiguo.
  • Un descenso lento de la tasa de mortalidad, menos acusado que en otros países europeos.

Las causas de la persistencia de una mortalidad relativamente alta fueron:

  • Alta mortalidad infantil.
  • Inexistencia de un sistema sanitario público eficaz y deficiencias en el saneamiento urbano.
  • Epidemias periódicas (cólera, fiebre amarilla).
  • Crisis de subsistencia (malas cosechas, hambrunas).
  • Guerras del siglo XIX (Independencia, Carlistas, Coloniales).

En conclusión, el crecimiento natural de la población fue débil en comparación con otros países europeos, con la excepción de Cataluña, que se benefició de la inmigración interna.

Movimientos Migratorios (Internos y Externos)

  • Migración Interna: Se produjo un importante desplazamiento de población desde las zonas rurales del interior (Andalucía, Extremadura, las Castillas) hacia las ciudades y las regiones industrializadas o más dinámicas (éxodo rural). Los principales focos de atracción fueron Madrid, Barcelona y Bilbao. Como consecuencia, se acentuó la desigualdad en la distribución de la población en el territorio, con un despoblamiento relativo del interior y una concentración en la periferia y las grandes ciudades.
  • Migración Externa: Afectó principalmente a finales del siglo XIX y principios del XX. El emigrante español solía ser un hombre joven, soltero y a menudo analfabeto, procedente de regiones del norte peninsular (Galicia, Asturias, Cantabria) y Canarias. Los destinos principales fueron América Latina (especialmente Argentina, Cuba, Brasil y Uruguay).

Evolución Urbana

Las ciudades españolas se transformaron significativamente en el siglo XIX debido al crecimiento de la población urbana (resultado del éxodo rural y el crecimiento natural). Esta transformación se dio de dos maneras principales:

Transformación Planificada (Ensanches, Ciudad Lineal)

  • Ensanches: Para acoger a la nueva población burguesa y expandir la ciudad de forma ordenada, se derribaron las antiguas murallas y se planificaron nuevos barrios con trazado regular y mejores infraestructuras. Ejemplos destacados son el Plan Cerdá en Barcelona y el Plan Castro en Madrid.
  • Ciudad Lineal: Un modelo urbanístico utópico propuesto por Arturo Soria en Madrid, que planteaba una ciudad organizada a lo largo de una gran avenida central con servicios y viviendas unifamiliares con jardín.

Crecimiento Desordenado

  • Se produjo con la creación de barrios periféricos para acoger a la población obrera e inmigrante. Estos barrios a menudo crecieron sin planificación, con infraviviendas y carencia de servicios básicos (agua, alcantarillado, transporte).
  • Paralelamente, se produjo una degradación de los cascos históricos, que a menudo quedaron abandonados por las clases altas y ocupados por población de bajos recursos.

De la Sociedad Estamental a la Sociedad de Clases

Con la implantación del liberalismo y la eliminación de los privilegios feudales y estamentales (señoríos, fueros, gremios), se pasó de una sociedad estamental (basada en el nacimiento y el privilegio legal) a una sociedad de clases (basada en la riqueza y la posición económica).

Clase Alta

  • Vieja Aristocracia (Nobleza): Perdió sus privilegios legales y derechos señoriales, pero conservó gran parte de su poder económico (propiedad de la tierra, beneficiada por las desamortizaciones) y mantuvo una notable influencia política y social. Adoptó una mentalidad conservadora.
  • Altas Jerarquías del Ejército y la Iglesia: Mantuvieron una considerable influencia social y política, generalmente con una mentalidad conservadora y religiosa.
  • Alta Burguesía: El grupo emergente, compuesto por grandes banqueros, industriales, comerciantes y terratenientes (muchos de origen noble o burgués enriquecido). Defendían el liberalismo económico (aunque a menudo con tintes proteccionistas), el orden social, la propiedad privada y los valores familiares tradicionales.

Clase Media

  • Grupo muy heterogéneo y relativamente minoritario en la España del XIX.
  • Incluía desde pequeños y medianos propietarios agrícolas hasta funcionarios, comerciantes, pequeños empresarios y profesionales liberales (médicos, abogados, periodistas, intelectuales).
  • Predominaba una mentalidad conservadora en lo social, aunque el grupo de profesionales liberales, concentrado en las ciudades, fue el más abierto a nuevas ideas políticas como el republicanismo o la democracia.

Clases Populares (Baja)

  • El grupo más numeroso.
  • Campesinos: La mayoría de la población. Incluía pequeños propietarios (minoritarios), arrendatarios y, sobre todo, jornaleros sin tierra, cuyas condiciones de vida eran muy precarias, especialmente en el sur de España (Andalucía, Extremadura).
  • Proletariado Urbano: Obreros industriales, empleados del sector servicios (transporte, servicio doméstico), artesanos. Sus condiciones de vida y trabajo eran duras (largas jornadas, bajos salarios, falta de seguridad). A lo largo del siglo, comenzaron a desarrollar una conciencia de clase y a organizarse en sindicatos y partidos obreros (socialistas, anarquistas).