La Crisis de 1808: Guerra de Independencia y el Amanecer del Liberalismo en España
Carlos III murió en el año 1788, sucediéndole en el trono Carlos IV. Casado con María Luisa de Orleans, su reinado estuvo marcado por los sucesos de la Revolución Francesa. La mayor parte de su reinado tuvo como primer ministro a Manuel Godoy, hidalgo extremeño y guardia real que influiría notablemente en la política del país.
Durante los primeros años de la Revolución Francesa, España se mantuvo neutral, impidiendo que se difundieran ideas revolucionarias en el país. Sin embargo, tras la ejecución del rey francés Luis XVI, España declaró la guerra a Francia.
En los primeros años, las tropas españolas, lideradas por el general Ricardos, invadieron Francia y obtuvieron algunas victorias. Tras la muerte del general, los franceses, bajo el mando de Napoleón Bonaparte, invadieron España y llegaron hasta el Ebro. Esta situación obligó a España a firmar el Tratado de Basilea, por el cual se convertía en aliada de Francia contra Inglaterra y cedía a los franceses la mitad de la isla de Santo Domingo, que pasaría a llamarse Haití.
La unión con Francia llevó a España a enfrentarse a Inglaterra, lo que tuvo como consecuencia la derrota de Trafalgar, donde las escuadras francesas y españolas fueron derrotadas por la flota inglesa comandada por el almirante Nelson.
Guerra de la Independencia
El pueblo español estaba alarmado por la presencia de tropas francesas y por la ausencia de los reyes, llamados por Napoleón a la ciudad de Bayona. En esta situación, el pueblo madrileño, al enterarse de que el resto de la familia real iba a abandonar el palacio, impidió por la fuerza que las carrozas marcharan hacia Francia. Este acto de rebeldía fue reprimido violentamente por las tropas francesas del general Murat, extendiéndose los enfrentamientos por todo Madrid, especialmente en la zona del Sol. Estos hechos ocurrieron en el año 1808 y marcaron el inicio de la Guerra de la Independencia.
La Guerra de la Independencia se puede dividir en tres etapas:
Primera Etapa (Hasta julio de 1808)
Esta etapa culmina con la victoria del general Castaños en Bailén sobre un ejército francés que pretendía ocupar Andalucía.
Segunda Etapa (Llegada de Napoleón a Madrid)
Napoleón Bonaparte llega a Madrid para reponer en el trono a su hermano José Bonaparte. Esta etapa se extiende hasta la marcha de Napoleón a Francia tras perseguir a un ejército inglés que embarcaría en La Coruña rumbo a Inglaterra. Durante este periodo, los españoles iniciaron una guerra de guerrillas, destacando líderes como el cura Merino y El Empecinado. Asimismo, ciudades como Zaragoza, con la heroica defensa de Agustina de Aragón, y Gerona, resistieron valientemente a los franceses.
Tercera Etapa (Llegada del Duque de Wellington)
Comienza con la llegada a Lisboa de un ejército inglés comandado por el duque de Wellington. Las tropas inglesas, unidas a las españolas y portuguesas, derrotaron a los franceses en batallas como la de Arapiles, la victoria de San Marcial y la liberación de ciudades como San Sebastián. Estas derrotas obligaron a los franceses a abandonar España, incluyendo al rey José Bonaparte y un gran número de afrancesados. Napoleón reconoció entonces como rey a Fernando VII, quien regresó a España.
Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
Al mismo tiempo que se combatía a los franceses en el campo de batalla, muchos ciudadanos españoles, influenciados por las ideas liberales de la Revolución Francesa, decidieron que España necesitaba un cambio. Para ello, convocaron Cortes en la ciudad de Cádiz, la única libre de la ocupación francesa.
Los diputados llegaron a Cádiz sorteando la vigilancia de los franceses, poniendo en riesgo sus vidas. También hubo representantes de América. Los diputados se dividían en dos grupos: los partidarios de un nuevo régimen político liberal y los partidarios de continuar con el absolutismo. Finalmente, se impuso la idea de que todos los diputados estuvieran en la misma sala, sin distinción de estamentos.
Entre las ideas establecidas por las Cortes para sus deliberaciones destacaron:
- La soberanía nacional reside en las Cortes.
- Igualdad ante la ley.
- Elaboración de una Constitución, la primera de toda España.
La Constitución de 1812
La primera Constitución del mundo fue la de Estados Unidos en 1787. En Europa, la primera fue la Constitución de 1791, promulgada durante la Revolución Francesa. La Constitución española de 1812, publicada el 19 de marzo, se considera la primera de España, ya que la elaborada por Napoleón en Bayona no llegó a entrar en vigor en el país. Esta constitución estuvo influenciada por la Constitución francesa de 1791.
Las principales características de la Constitución de 1812 fueron:
- Proclamación de la soberanía nacional.
- División de poderes (judicial, ejecutivo y legislativo).
- Reconocimiento de libertades políticas como la de reunión y expresión, aunque no la libertad de culto, ya que se declaró al catolicismo como religión oficial y única.
- Igualdad ante la ley.
- Libertad de prensa.
- Educación elemental obligatoria.
- Libertad de mercado, que iba en contra del monopolio de los gremios.
El derecho a sufragio no fue directo, sino que los ciudadanos votaban a compromisarios, quienes a su vez elegían a los diputados.
La Constitución de 1812 representó el primer intento serio de modernizar el Estado español y el ejercicio del poder basándose en los principios del liberalismo.