Justicia Restaurativa y Mediación Penal Juvenil: Enfoque en Menores y Género

Justicia Restaurativa

Justicia restaurativa: Es un paradigma en criminología que enfatiza la participación de las partes en el proceso penal y el papel reparador de la justicia. Los programas de Justicia Restaurativa habilitan al infractor, a la víctima y a la comunidad para que se dé una respuesta a la infracción y al conflicto generado por la misma. Una de las principales medidas es la mediación, que es un proceso por el cual las partes enfrentadas en un conflicto, y con la ayuda de un tercero o mediador, deciden voluntariamente buscar una solución al conflicto.

Principios:

  • Participación
  • Reparación
  • Responsabilidad

Modalidades:

  • Conferencias comunitarias
  • Círculos de paz
  • Restitución y servicios comunitarios
  • Círculos de apoyo
  • Conciliación post-judicial

Mediación Penal Juvenil

Mediación penal juvenil: Es la práctica de Justicia Restaurativa más extendida en nuestro contexto. Se trata de una solución extrajudicial alternativa al proceso penal con un importante potencial educativo. Las disposiciones normativas de la Ley de Responsabilidad del Menor facilitan esta práctica incluyendo la reparación hacia la víctima, desde una perspectiva de intervención educativa con el infractor. Se puede decir que es un modelo idóneo para el sistema de justicia del menor por su escaso valor estigmatizante, su alto valor pedagógico y su carácter de menor represión.

Función del TS en el Equipo de Menores

Funciones del TS:

  • Analizar el medio familiar y social del menor.
  • Ofrecer a la familia información sobre recursos y servicios.
  • Diseñar propuestas de intervención adecuadas al menor.
  • Efectuar un seguimiento de medidas adoptadas.

Fases de la Justicia Juvenil

Fase de Recepción de la Demanda y Preparación del Expediente

Procede de una derivación por parte de la Fiscalía o del Juzgado de Menores. Se trata del análisis de las circunstancias del menor. Se constituye el expediente, el cual recoge la ficha de identificación del menor, atestado y denuncia policial, e informes previos.

Fase de Exploración (Recogida de Datos y Obtención de Información)

Una óptima recogida de datos favorece un abordaje integral del caso. Se habla de un contexto de información presente y pasado. Las técnicas que se usarían son: entrevista, observación, documentación, archivos, registros, visitas al domicilio, centros educativos o residencias. Un buen sistema de recogida de datos servirá para aumentar la eficacia del servicio y poder mejorar la planificación.

Fase de Análisis del Caso (Valoración de las Circunstancias del Menor)

Elaboración del diagnóstico social del caso, que permitirá el conocimiento de las circunstancias y de diferentes contextos. A partir de la valoración se establecen la elaboración de hipótesis de intervención con el menor.

Fase de Configuración del Dictamen Profesional (Emisión del Informe Técnico)

En este informe quedan reflejadas todas las actuaciones del profesional, donde se señalan las conclusiones finales, y donde se proponen la adopción de la orientación más idónea para el menor en función de sus circunstancias y necesidades.

Género en el Sistema Penitenciario

El sistema penitenciario en su origen es concebido desde un marco únicamente masculino. La discriminación en razón del género pervive en la actualidad. La situación de la mujer encarcelada presenta una evidente “invisibilidad social”. El factor género en prisión se forma por un conjunto de procesos sociales, económicos, políticos y culturales que van adscribiendo a los sexos diferentes estatus y funciones que organizan socialmente las diferencias estructurales entre hombres y mujeres. Esto provoca una asimetría social, un desigual tratamiento penitenciario de la población femenina, por parte de la Administración penitenciaria, el sistema penal, y de servicios sociales de los centros penitenciarios.

Perfiles de las presas:

  • Aumento significativo de la proporción de mujeres frente a varones.
  • Alta tasa de comisión de delitos contra la salud pública.
  • Menores oportunidades educativas, laborales y formativas.
  • Implicación emocional en las redes familiares delictivas.
  • Más deterioro de la salud, abusos físicos y psicológicos.
  • Familiares con antecedentes penales, marido o prostitución.

Feminización de la pobreza: Procedencia social de un gran número de mujeres encarceladas a entornos de extrema pobreza y vulnerabilidad social. La mujer, por el hecho de serlo, padece más desigualdades socioeconómicas, laborales y formativas.

Retos y exigencias: Los profesionales deben tener como objetivos el favorecer itinerarios personalizados de inserción social y de vinculación familiar, donde se llevan a cabo labores de intermediación entre los órganos penales y los Servicios Sociales comunitarios para la aplicación y seguimiento de medidas rehabilitadoras.