José Ortega y Gasset nació en Madrid en 1883. Su padre fue periodista. Cuando obtuvo la licenciatura de filosofía, viajó a Alemania para completar su formación. En 1908 regresa a Madrid y, después de una breve actividad docente, obtiene la cátedra de metafísica de la Universidad de Madrid en 1910.
Influencias
Le influyen:
Crisis del 98: La guerra hispano-estadounidense en 1898 dio lugar a la independencia cubana y la pérdida del resto de colonias que España tenía en América y Asia, cedidas a EE. UU., que se convertiría en potencia colonial. Esto provocó en España el regeneracionismo, una corriente reformadora de signo intelectual y político que se puso en marcha en España tras la crisis de 1898 y abarcaría hasta el inicio de la dictadura del general Primo de Rivera.
Caída de la monarquía y II República: En 1923, Primo de Rivera se constituye como ministro único, asesorado por un directorio militar. Se establece una política de mano dura en el orden público. Se formará la Unión Patriótica como único partido político. La acción más relevante de su dictadura es la resolución del problema de Marruecos. Con ayuda de Francia, España consiguió vencer, lo que otorgó prestigio a Primo de Rivera. Ortega y Gasset presentó su oposición, como otros intelectuales, a la dictadura y, tras su caída, apoyó la llegada de la República. Republicanos y nacionalistas se unieron en un frente común para instaurar la República con la firma del Pacto de San Sebastián. Al dimitir Dámaso Berenguer, se convocan elecciones municipales en las que ganan candidatos republicanos. El rey decidió exiliarse. Ortega y Gasset llegó a ser diputado en las primeras Cortes republicanas.
Guerra Civil: Ortega y Gasset estaba enfermo en su domicilio y fue intimado a firmar un documento de adhesión a la República por las milicias comunistas. Viéndose en peligro, emigró de España. Desde el exilio vivió la Guerra Civil y después la Segunda Guerra Mundial. Ante ambos conflictos defendió una actitud pacifista. Fijó su residencia en Lisboa.
Dictadura franquista: Ortega y Gasset no era de izquierdas, pero tampoco adicto al régimen franquista. Esos primeros años fueron los años de la posguerra, con un país arruinado, en el que el hambre y la pobreza eran una realidad cotidiana. Son los años de la autarquía, una política económica basada en la búsqueda de la autosuficiencia económica y la intervención del Estado. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial regresa a España, pero no se le permite recuperar su cátedra de metafísica, ante lo cual funda “El Instituto de Humanidades”, donde vuelve a impartir docencia ante un público no universitario. En 1955 muere en Madrid.
Contexto Filosófico
La doctrina del punto de vista: Ortega y Gasset dio unas lecciones universitarias que pasaron a constituir la primera parte de su obra “El tema de nuestro tiempo”. La décima y última de esas lecciones se denomina “La doctrina del punto de vista”. En este escrito presenta una de las primeras versiones de una de sus tesis de madurez: el perspectivismo. El modelo literario utilizado es el ensayo. Se caracteriza por su brevedad relativa, es un escrito ágil y dinámico que llega con facilidad al lector cultivado. En esta obra influye:
La corriente regeneracionista: El ensayo es una necesidad para lograr el objetivo al que Ortega y Gasset se siente llamado: participar de forma activa en la regeneración del pensamiento español. Ortega y Gasset considera que España estaba atrasada cultural, científica y políticamente con respecto al resto de Europa y considera que era su misión ayudar a que la filosofía encontrara sitio en la tierra que le vio nacer.
Dos momentos centrales: Grecia y el racionalismo: Ortega y Gasset tiene la conciencia clara del influjo que suponen los autores antiguos en su pensamiento. La filosofía se da en dos momentos, la filosofía griega y la que va surgiendo a partir de Descartes. Ortega y Gasset decía que “Grecia es una piedra de toque para el intelecto. El sonido que permite su alma al chocar con ella nos revelará sus propias cualidades íntimas”. Descartes sí constituye una referencia directa del pensamiento de Ortega y Gasset, al que considera como el padre del pensamiento moderno y el creador de la corriente racionalista que pretende corregir sin negar el valor de la razón.
Neokantismo: En Marburgo se forma con los pensadores neokantianos. Estos autores postulan la vuelta a Kant como modo de superar el callejón sin salida en el que había llegado la filosofía con Hegel. Es la vuelta atrás a un idealismo formal, no del contenido. Ortega y Gasset considera que “debe a Alemania las cuatro quintas partes de su haber intelectual y que siente hoy con más consciencia que nunca, la superioridad indiscutible y gigantesca de la ciencia alemana sobre todas las demás”.
Otras influencias: Nietzsche desarrolla un vitalismo irracionalista, critica poderosamente al racionalismo y pone a la vida en el centro de la realidad. Ortega y Gasset compartirá una crítica menos radicalizada al racionalismo con la intención de considerar la vida como realidad radical. Heidegger, al final de su vida, mantuvo un debate filosófico con Ortega y Gasset sobre el ser y el lenguaje. Sin que constituya una influencia directa, Heidegger supuso el último punto de confrontación de su pensamiento con el de los demás autores de su tiempo.
Valoración
Ortega y Gasset posee algunos factores que le dan actualidad singular. En primer lugar, es el pensador más reciente de los que hemos estudiado hasta ahora, es español y se mueve en circunstancias históricas que se asemejan a las nuestras. En la España de los años 30, Ortega y Gasset representa el republicanismo moderado, contrario a los extremismos que siempre amenazan con acabar con los sistemas libres. Ortega y Gasset considera a España como su misión personal y, si otros entendían ese esfuerzo regeneracionista desde un punto de vista político, social o económico, él pensó que su objetivo tenía un sentido marcadamente cultural. Ortega y Gasset considera que el cambio cultural, el esfuerzo por asemejarse a las ideas europeas sin perder la identidad, podría ser el motor del resto de los cambios. Su actividad filosófica es muy grande, pues muchos de los pensadores españoles han tenido algo que ver con el grupo de Madrid formado por Ortega y Gasset en los años 20, aunque solo fuese por eso la actualidad de Ortega y Gasset sería muy notoria. La Guerra Civil truncó todo su proyecto y provocó la decadencia del orteguismo. Son muy actuales muchas de sus doctrinas, pues recogen: el valor de la razón que no se aparta de la vida y cuyo objetivo es permitir vivir de forma digna, el papel de la historia como ingrediente fundamental de la vida humana y el perspectivismo como saber abierto a la tolerancia, la comunicación y el diálogo.