Influencias Filosóficas y Económicas en el Pensamiento de Karl Marx
Se ha convertido ya en un tópico tradicional presentar la obra de Marx como el resultado de una triple influencia: la de la filosofía hegeliana, asimilada en sus años de estudiante en Berlín; la de la economía política inglesa, en la que se inicia durante su primer exilio en París; y la del socialismo francés, con el que también entrará en contacto durante su primer exilio en París y que sería llamado socialismo utópico, por contraposición a su propia interpretación del socialismo (socialismo científico).
La Influencia de la Filosofía Hegeliana
Marx conoció en la Universidad de Berlín el pensamiento de Hegel. De hecho, fueron sus críticas a este gran pensador alemán lo que hizo que no le admitieran como profesor.
El idealismo alemán hegeliano constituyó en su tiempo una crítica a la filosofía kantiana, pues Kant estableció en su filosofía una distinción entre una realidad fenoménica y una realidad nouménica. Esto quiere decir que existían ideas como alma, mundo y Dios, que podían ser pensadas, pero no conocidas; algo que Hegel consideró como una visión restrictiva de las capacidades de la razón.
Su filosofía se centró en el problema de la verdad, descubriendo que cada período de la historia ha creado unas formas de conocimiento consideradas verdaderas dentro de su propio contexto, pero que dejan de serlo en la medida en que son superadas por otras reflexiones. De forma que el conocimiento verdadero solo puede ser entendido en proceso de construcción histórica. Hegel, en su intento de acceder a la realidad total, a la que llama “Razón o Idea”, mantiene que todo lo racional es real y todo lo real es racional.
Hegel considera que su filosofía estaba en la cúspide del pensamiento. Cree que su sistema integra todos los sistemas anteriores, considerando que cada pensador proporcionó los elementos conceptuales necesarios para descubrir la racionalidad. En este sentido, la Razón o Idea se ha ido manifestando en la historia y le ha ido dando su sentido.
Para explicar ese despliegue de la razón, Hegel recurre a una idea inventada por los griegos: la dialéctica. De forma que la realidad natural está en continuo cambio, guiada por la ley de la dialéctica: tesis, antítesis y síntesis. De esta forma, Hegel considera que la realidad entra en cierto momento en una contradicción (tesis-antítesis), que debe ser superada (síntesis), constituyendo esta realidad el motor de los cambios.
Pues bien, Marx comprendía la importancia de Hegel, de su explicación racional y totalizadora de la historia, y entendió el valor que tenía la dialéctica para comprender la realidad. Pero hizo una crítica al idealismo hegeliano, basándose en una anterior crítica a la filosofía de Feuerbach, donde se afirmaba que la idea de Dios era un producto material, de la mente. A través del desarrollo de su pensamiento, Marx llega a la consideración de que la materia es la que produce las ideas.
A pesar de ello, mantuvo la idea de que el cambio en el mundo se explica dialécticamente, pero Marx piensa que el desarrollo dialéctico no se da en el plano de la Idea o Razón, sino en el plano de lo material (sistemas y relaciones de producción), como se ha indicado antes. Y es por ello que su filosofía se conoce como materialismo dialéctico.
Igualmente, el marxismo mantendrá también la concepción del desarrollo de la realidad como historia, no como un conjunto de hechos, sino como la oposición de elementos que en su superación la conducen a un mayor grado de perfección y desarrollo.
Crítica a la Derecha e Izquierda Hegelianas
Por otro lado, la filosofía hegeliana se había bifurcado en dos corrientes: la derecha y la izquierda hegeliana, que tampoco escaparán a la crítica marxista.
- Derecha hegeliana: Priorizaba la visión cristiana de Hegel, adoptando una posición conservadora en asuntos políticos y religiosos. Marx criticará a la derecha hegeliana su papel justificador de una sociedad desigual, por desarrollar una filosofía que propone la aceptación de la historia y de su resultado final, el Estado alemán de la época, que favorecía a la clase burguesa.
- Izquierda hegeliana: Representada principalmente por Ruge, Bauer y Feuerbach, adoptaba la concepción crítica que Hegel hizo sobre el cristianismo, donde el devenir dialéctico sustituiría el cristianismo por la filosofía. También mantuvieron posiciones renovadoras en lo político, pues no justificaba la situación vigente al considerar que el proceso dialéctico no había concluido. Marx simpatizó con esta tendencia, pero criticará la incapacidad de la izquierda hegeliana para ir más allá de la crítica teórica; por no emprender en la práctica una labor transformadora, algo que en la filosofía marxista es vital, considerándose una filosofía de la praxis.
El Socialismo Francés y la Formulación del Socialismo Científico
Marx también entrará en contacto con el socialismo francés a través del anarquista Proudhon y de Louis Blanc, dos de sus destacados líderes, pero con quienes entrará en conflicto por ser excesivamente teóricos y no proponer ideas prácticas. También conocerá al anarquista Bakunin, del que se distanciará conforme formula su rechazo del socialismo “utópico” francés y formula su socialismo científico.
Los socialistas utópicos (llamados así por Marx y Engels), creían que los conflictos y las injusticias sociales podrían solucionarse a través del progreso científico-técnico y con el apoyo de la burguesía capitalista. Propusieron la creación de comunidades en las que las decisiones se tomarían democráticamente y el reparto de recursos sería equitativo, como era el caso de los falansterios propuestos por Fourier. Saint-Simon, Owen y otros desarrollaron sistemas teóricos similares, todos ellos cargados de buenas intenciones y de una idea del ser humano romántica, que en opinión de Marx no se ajustaba a la dura realidad.
Fue por ello que Marx y Engels los tacharon de utópicos, de proponer ideales completamente irrealizables, y desarrollando a su vez un nuevo socialismo, el socialismo científico.
A pesar de estas diferencias, el rechazo de las desigualdades sociales y la necesidad de un cambio propuestas por los socialistas franceses sería reformulado dentro del socialismo científico, constituyendo otra influencia vital.
La Economía Política Inglesa: Adam Smith y David Ricardo
Para Marx, la realidad del trabajo, lejos de permitir la realización y la libertad de los seres humanos, se ha convertido en fuente de alienación y esclavitud. La necesidad de comprender el trabajo en la sociedad industrial le lleva a interesarse por la economía política de Inglaterra, cuna de la industrialización y representada fundamentalmente por Adam Smith y David Ricardo.
David Ricardo y la Teoría del Valor
Marx encontrará en la teoría del valor de David Ricardo el punto de partida para su propia teoría del trabajo. Según Ricardo, el valor del trabajo equivale a lo que cuesta regenerar la capacidad de trabajo consumida; es decir, el propietario ha de pagar al trabajador lo necesario para que este recupere sus fuerzas y esté en condiciones de seguir trabajando. En esta teoría no se observa el inicio de las desigualdades, pues el trabajo se presenta como una mercancía por la que se paga un salario que al trabajador le permite regenerarla por otra equivalente a la consumida.
Pero Marx observa que el trabajo es una mercancía especial, pues además de satisfacer una necesidad, produce un producto con valor superior a lo consumido, es decir, genera un beneficio, la plusvalía. Al retribuir al trabajador lo necesario para recuperar su fuerza de trabajo, esa plusvalía no se le restituye, quedando en manos del patrón. De ahí la producción de las desigualdades, de la división de clases y de la conversión del trabajo en un elemento alienante.
Adam Smith y la”Mano Invisibl” del Mercado
Adam Smith fue otro de los economistas que influyó notablemente en Marx. Smith investigó la causa de la riqueza de las naciones, y se pregunta cómo era posible que en una sociedad donde cada miembro actúa egoístamente y no existe una autoridad económica central, no reinara el caos. Resultaba como si una mano invisible organizara el comportamiento de todos los miembros del mercado. En su opinión, el mercado se mueve por motivos egoístas, pero la competencia entre los distintos productores limita sus actuaciones y hace que tengan conductas socialmente ventajosas, pues si un empresario desea mantenerse en el mercado, deberá ajustar sus precios en relación al resto. Para ello era fundamental preservar la libertad de actuación del mercado, es decir, que el Estado no debía intervenir en absoluto.
Algunos de los elementos del pensamiento de Marx, como la lucha de clases, el trabajo, la plusvalía, el capital, el valor, se generan a raíz de la crítica de la economía política inglesa.