Industrialización en España: Desarrollo Económico y Transformaciones en el Siglo XIX

La Industrialización en España Durante el Siglo XIX

Introducción

A principios del siglo XIX, la situación económica en España era catastrófica debido a las continuas guerras, la pérdida de los mercados americanos y la incertidumbre política. Esta situación nos alejaba del desarrollo económico europeo, que había iniciado mucho antes la Revolución Industrial. Superada esta etapa inicial, la economía española entró en un periodo de lenta expansión.

Desarrollo

La transformación económica de España fue lenta, incompleta y a menudo traumática. Varias fueron las causas de este retraso:

  • Las condiciones geográficas, que no facilitaban las comunicaciones y encarecían el transporte.
  • La escasez de materias primas y de fuentes de energía, y su dispersión geográfica, que hacían costosa la producción. El desarrollo se vio obstaculizado por la necesidad de importar hierro y por las dificultades geográficas de minerales, fuentes de energía y puertos. Fueron importantes las importaciones de carbón británico.
  • El lento crecimiento demográfico supuso la falta de mano de obra industrial, la carencia de un excedente de productos agrícolas y de un mercado interior capaz de absorber la producción.
  • La pérdida de las colonias americanas, que significó la ausencia de mercados y fuentes de materias primas.
  • La falta de capitales, que impidió una inversión masiva para cambiar las técnicas de producción de la industria. Resultado de ello fue la dependencia de los capitales extranjeros, que fueron esenciales para la construcción ferroviaria.
  • El papel del Estado, cuya política proteccionista favoreció los intereses agrarios e impidió el desarrollo y la competencia capitalista. Al endeudarse Hacienda, el Estado acaparó los pocos capitales existentes e impidió que se invirtieran de manera productiva.
  • El bajo nivel cultural, que se reflejaba en un porcentaje de 80% de analfabetos.
  • El estancamiento agrícola, estrechamente conectado con el anquilosamiento de las estructuras sociales y políticas.

La economía española no acababa de iniciar su despegue. No debemos olvidar el poco peso de la industria dentro de la economía hacia 1875, ni tampoco el hecho de que en la mayor parte del territorio español predominaran las actividades tradicionales. Los sectores predominantes eran la alimentación y el vestido. En 1856, las industrias alimenticias representaban más de un 75%. Por el contrario, las industrias como la metalúrgica y química apenas superaban el 3%. La distribución geográfica es también significativa. Cataluña concentraba una cuarta parte de toda la industria.

La Industria Textil en Cataluña

Entrando en la actividad industrial, hasta comienzos del siglo XX, puede hablarse de Cataluña como fábrica de España. Predominaba la industria textil algodonera. Después de la Guerra de la Independencia, el ritmo expansivo de la producción se reanudó con rapidez. La mecanización fue más rápida en la hilatura que en el tejido. Esta mecanización supuso una notable disminución de los costes de los precios de venta. Esto estimuló la demanda, aumentada por la protección arancelaria y la sustitución de las prendas de lana por las de algodón. Las razones de éxito de la industrialización de Cataluña deben buscarse en: la ambición empresarial y en la sustitución de importaciones por productos elaborados en el interior. La guerra de Secesión norteamericana cortó el tráfico de algodón, por lo que hubo de importarlo de otros lugares. Fue entonces cuando comenzó a desarrollarse el sector lanero.

Minería Española

España se convirtió en el mayor exportador europeo de minerales a partir del segundo tercio del siglo XIX. En 1849 y 1859 entraron en vigor nuevas leyes mineras que nacionalizaban todas las explotaciones. Se producía así una auténtica desamortización del subsuelo. Dado que en España no había capital suficiente ni compañías especializadas en las labores mineras, fueron empresas extranjeras las que se hicieron con muchas de las principales “concesiones” de auténticas “propiedades”.

Sector Siderúrgico

En 1826, Manuel Agustín Heredia ya intentó desarrollar la siderurgia moderna explotando los criaderos de hierro de Ojén, cerca de Marbella. Aunque la producción de sus empresas condujo a la hegemonía andaluza, fue muy reducida en comparación con otros países. La dificultad para obtener carbón de coque condujo al declive malagueño, debido a unos costes de producción que no podían soportar la competencia. La producción asturiana creció con rapidez, aunque se mantuvo en valores absolutos muy modestos. La llegada de coque galés barato a la ría del Nervión, como contrapartida de la explotación de mineral de hierro, condujo a la consolidación de la siderurgia en Vizcaya.

La Construcción de la Red Ferroviaria

Un aspecto fundamental de esta primera industrialización fue la construcción de la red ferroviaria. El desarrollo del ferrocarril tuvo influencia directa en la vida de todos los españoles. Los primeros trabajos de planificación se produjeron en 1844, con el comienzo de la década moderada. Las primeras vías ponían en relación grandes ciudades con su entorno más inmediato. En 1848 se abrió la línea Barcelona-Mataró. Otras líneas fueron la de Madrid y Aranjuez y aquella que permitió llevar el carbón asturiano desde la cuenca mineral hasta el puerto de Gijón. En 1855 existían 475 km de ferrocarril. La situación cambió a partir de la nueva legislación puesta en el verano de 1855, cuando se promulgó la Ley General de Ferrocarriles. Se optó por una red radial centrada en Madrid y una serie de franquicias destinadas a la importación de material destinado a la construcción de líneas. Las principales compañías eran de capital francés. En 1866 la red alcanzó los 5.145 km. Las pautas para la construcción del ferrocarril fueron:

  • Pautas financieras: El estado no asumió la construcción de las líneas, que se realizó mediante concesiones gubernamentales a empresas privadas. El Estado otorgaba la construcción de cada línea en subasta a la empresa constructora que aceptara la subvención económica pública más baja.
  • Pautas de planificación: Se completó una red radial a escala nacional con centro en Madrid.
  • Criterios estratégicos: Elección de un ancho de vía de 1,67 m, distinto al del resto de Europa (1,44 m). El motivo era evitar la entrada de ejércitos extranjeros.

La construcción de caminos y del ferrocarril supuso un cambio en la vida española. Se creó un auténtico mercado nacional.

Transportes y Comunicaciones

Otros elementos importantes en el capítulo de transportes y comunicaciones fueron el dragado y ampliación de los puertos, la introducción de la red telegráfica, la renovación de servicios postales, la aplicación del vapor a los barcos y la construcción de pantanos y canales de agua para el abastecimiento de la población y el riego.