Imperio Español: Austrias, Felipe II, Crisis del Siglo XVII y Borbones

El Imperio de los Austrias: España bajo Carlos I. Política Interior y Conflictos Europeos

Con la llegada al trono de Carlos I, nieto de los Reyes Católicos, la Monarquía Hispánica pasó a manos de la Casa de Austria o de Habsburgo. Carlos recibió una inmensa herencia territorial (la Monarquía Hispánica, Austria, Flandes, Luxemburgo, Franco Condado y Borgoña). Además, fue elegido por los príncipes alemanes, en 1519, emperador del Imperio Alemán con el título de Carlos V. Su reinado se extendió desde 1517 hasta su abdicación en 1556. En política interior tuvo que hacer frente a dos conflictos importantes:

  1. La rebelión de las Comunidades urbanas de Castilla (1520-1521)

    Revuelta contra Carlos I de las ciudades de la zona central de Castilla (Toledo), descontentas por varias causas:

    • El nombramiento de extranjeros para ocupar los altos cargos del reino.
    • La subida de impuestos.
    • La explotación de la lana castellana a Flandes, que impedía el desarrollo de una industria textil en Castilla.
    • La pronta marcha del rey, pues Carlos en 1519 salía de Castilla para recibir la Corona del imperio alemán, dejando como regente de Castilla al flamenco Adriano de Utrecht.

    La rebelión comenzó como un movimiento de protesta de las ciudades de Castilla, pero pronto se convirtió en un movimiento antiseñorial al rebelarse también los campesinos. La alta nobleza castellana prestó su apoyo al regente Adriano de Utrecht, y los comuneros fueron finalmente derrotados en la batalla de Villalar (1521).

  2. Las Germanías (1519-1523)

    Revueltas urbanas y rurales que se produjeron en Valencia y Mallorca. Un conflicto social que enfrentó a los agermanados (baja burguesía y campesinos) contra la alta burguesía y la nobleza. La intervención de las tropas reales en apoyo de los nobles provocó la derrota y represión de los agermanados.

En política exterior, los principales enemigos de Carlos fueron la monarquía francesa, los turcos y los príncipes alemanes luteranos. Contra Francia, Carlos I mantuvo numerosas guerras, logrando conquistar el ducado de Milán, tras su victoria en la batalla de Pavía. Contra el Imperio turco y sus aliados los piratas norteafricanos (berberiscos), Carlos pudo detener el avance turco en Europa, que amenazaba Viena, y reconquistar la base pirata de Túnez. Contra los príncipes alemanes protestantes, el emperador Carlos fracasó y tuvo que aceptar la Paz de Augsburgo de 1555, por la que se concedía libertad religiosa a los príncipes alemanes.

Un año después, un desilusionado y enfermo Carlos de Habsburgo abdicaba, repartiendo su herencia entre su hijo Felipe y su hermano Fernando.

La Monarquía Hispánica de Felipe II. Gobierno y Administración. Los Problemas Internos. Guerras y Sublevación en Europa

Felipe II sucedió a su padre, el emperador Carlos, y reinó desde 1556 hasta su fallecimiento en 1598. No recibió en herencia ni el gran ducado de Austria ni el título de emperador de Alemania, que pasaron a su tío Fernando, pero fue monarca de un inmenso imperio territorial, ya que en 1581 fue proclamado rey de Portugal. Portugal se unió dinásticamente a la Monarquía Hispánica, conservando sus fueros, y Felipe II recibió también el imperio colonial portugués que, sumado a América, fue “el Imperio donde nunca se ponía el sol”. Felipe II fijó como capital la localidad de Madrid (en 1561), y gobernó su extenso imperio con la ayuda de los Consejos, que podían ser territoriales (Consejo de Aragón) y comunes para todos los reinos (Consejo de Estado). En la administración territorial, destacaron los Virreyes y las Audiencias. En la administración local, destacan los corregidores en los municipios de Castilla.

Felipe II tuvo también que hacer frente a importantes conflictos internos:

  1. La rebelión morisca de las Alpujarras (1568-1571)

    Los moriscos granadinos se habían convertido al catolicismo, pero Felipe II les obligó a renunciar a su lengua, a sus vestidos y a sus costumbres. Los moriscos granadinos se sublevaron en la región montañosa de las Alpujarras, donde finalmente fueron derrotados en 1571.

  2. El problema de Antonio Pérez y la rebelión del reino de Aragón (1591-1592)

    Antonio Pérez, noble aragonés, era secretario de Felipe II. Fue acusado de un delito de traición y homicidio, y encarcelado, pero logró escapar y refugiarse en el reino de Aragón, donde se puso bajo la protección del Justicia Mayor de Aragón, que apoyado por la nobleza aragonesa, se negó a entregar a Pérez al rey. Felipe II mandó un ejército que entró en Zaragoza sin resistencia, pero Antonio Pérez pudo huir a Francia. El Justicia Mayor fue ejecutado, y Felipe II, como castigo a los nobles aragoneses, redujo los fueros de Aragón.

En cuanto a la política exterior, los enemigos de los Austrias aumentaron: Francia, los turcos, protestantes alemanes, calvinistas holandeses e Inglaterra. Contra Francia, cabe destacar la victoria española de San Quintín. Contra el Imperio Turco, la victoria naval española de Lepanto. Pero Felipe II no pudo impedir la rebelión de los Países Bajos (Holanda), donde la nobleza y burguesía holandesa, calvinista, aspiraban a tener más libertades.

Tampoco pudo hacer nada ante el gran fracaso de la Armada Invencible (1588), la poderosa flota enviada por Felipe II para invadir Inglaterra.

La Guerra de los Treinta Años y la Pérdida de la Hegemonía Española en Europa

El conflicto europeo más importante del siglo XVII fue la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que comenzó siendo un enfrentamiento religioso entre protestantes y católicos en el Imperio alemán, y acabó por convertirse en una guerra política por la hegemonía en Europa, con la intervención de todas las potencias europeas. Los católicos alemanes contaron con el apoyo de los Austrias españoles (rey Felipe IV y su valido el conde-duque de Olivares). Los protestantes alemanes recibieron la ayuda de Dinamarca y Suecia, reinos luteranos; de Inglaterra; de los rebeldes holandeses; y de la Francia católica. La guerra, que se desarrolló en Alemania y en Flandes, terminó en 1648 con la Paz de Westfalia, por la que se reconocía la independencia religiosa y política de los príncipes alemanes. Por su parte, Felipe IV reconocía la independencia de las Provincias Unidas holandesas, y Francia obtenía Alsacia y otros territorios del Imperio alemán.

A pesar de la Paz de Westfalia, la guerra continuó entre España y Francia, concluyendo en la Paz de los Pirineos (1659), por la que Francia obtenía los territorios catalanes del Rosellón y La Cerdaña, y el Artois, en los Países Bajos españoles.

Los tratados de Westfalia y Pirineos pusieron de manifiesto la decadencia del Imperio español y el ascenso de Francia como gran potencia.

Principales Factores de la Crisis Demográfica y Económica del Siglo XVII y sus Consecuencias

El siglo XVII fue una época de crisis demográfica y económica en Europa. En la Monarquía Hispánica, la población disminuyó, pasando de ocho millones de habitantes a unos siete millones. Causas de la crisis demográfica fueron: las epidemias de peste, las malas cosechas, con sus graves hambrunas; las continuas guerras (rebeliones de 1640); y la expulsión de moriscos, que tuvo graves consecuencias en los reinos de Aragón y Valencia. La crisis demográfica no fue uniforme en la Península, siendo más dura en Castilla que en la periferia (Cataluña y Valencia).

En el territorio económico, las oleadas de peste y las malas cosechas despoblaron numerosas zonas rurales. Descendió la producción agraria, lo que supuso la subida de los precios de los alimentos básicos.

En las ciudades, también entró en crisis la artesanía, ante la competencia de los productos extranjeros. Además, el comercio castellano con las colonias americanas disminuyó por el contrabando extranjero, por el agotamiento de la plata americana, y por el desarrollo económico de las colonias, que cada vez dependían menos de los productos españoles.

La política europea de los Austrias agravaron aún más la crisis económica, al aumentar los impuestos, al acuñar moneda de bajo valor, emitir la deuda pública, vender cargos públicos y títulos de hidalguía, recurrir a los préstamos de banqueros, con las consiguientes bancarrotas al no poder devolver las altas cantidades prestadas.

Crisis y Decadencia de la Monarquía Hispánica: El Reinado de Carlos II y el Problema Sucesorio

La dinastía de los Austrias españoles concluyó con el reinado de Carlos II (1665-1700), durante el cual se sucedieron en el poder diferentes validos: el padre Nithard, don Juan José de Austria, y el duque de Medinaceli. Todos ellos buscaron reducir los impuestos para reactivar la economía de los reinos peninsulares. Sin embargo, las continuas agresiones de Francia obligaron a mantener los gastos de guerra.

Los ataques franceses provocaron la pérdida del Franco Condado y de muchas ciudades en el sur de los Países Bajos españoles (ya se habían perdido en el reinado anterior: las Provincias Unidas, Portugal y sus colonias, el Rosellón, La Cerdaña y El Artois). La debilidad militar española hizo que enemigos como Inglaterra y Holanda pasaran a apoyar a la Monarquía Hispánica en Europa, para evitar la expansión de Francia.

Por otra parte, la falta de herederos de Carlos II comenzó a originar tensiones internacionales. Se formaron dos candidaturas al trono español: la del archiduque Carlos de Austria, de los Habsburgo austriacos, y la de Felipe de Anjou, nieto del rey de Francia Luis XIV. La muerte del último Austria español en 1700, abrió el conflicto de la Guerra de Sucesión al trono español.

La Nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y Alcance de las Reformas

Con la instauración de los Borbones en el trono español, se impuso la monarquía absolutista y el modelo de Estado centralizado y uniforme. Así, con los llamados Decretos de Nueva Planta, aprobados por Felipe V entre 1707-1716, desaparecía la Corona de Aragón, y sus reinos se convertían en provincias, en las que se introdujeron las leyes y la administración de Castilla.

Se suprimieron también las fronteras y se impuso el castellano como lengua oficial.

Todo el territorio español, a excepción de Navarra y las Vascongadas, quedó uniformado, y dividido en provincias, con gobernadores militares y gobernadores civiles. En cada provincia se estableció una Audiencia, para la administración de justicia. En cuanto a la administración general del Estado, los Consejos fueron sustituidos por los secretarios de Despacho, antecedentes de los ministros. A lo largo del siglo XVIII se tendió a que fueran cinco: el secretario de Estado (asuntos exteriores), que actuaba como primer ministro, el secretario de Hacienda, el de Justicia, el de Guerra, y el de Marina e Indias. Todos ellos formaban el gobierno del rey. Los Consejos fueron desapareciendo, y sólo conservó su importancia el Consejo de Castilla.

Los Decretos de Nueva Planta también suprimieron las distintas Cortes, y solo se mantuvieron las Cortes de Castilla, convertidas en las Cortes de España. En la administración local, se extendió a todas las ciudades importantes la institución de los corregidores castellanos.

También se produjeron importantes reformas militares (aparición del servicio militar obligatorio); recuperación de la marina de guerra; y promoción de las actividades comerciales e industriales.

La España del Siglo XVIII. Expansión y Transformaciones Económicas: Agricultura, Industria y Comercio con América. Causas del Despegue Económico de Cataluña

En el siglo XVIII, España vivió un periodo de crecimiento demográfico, más intenso en la periferia (Valencia, Cataluña) que en el interior (Castilla). La población española pasó de los 7 millones, al comenzar el siglo, hasta los 11 millones. Las causas de este aumento de población fueron: la desaparición de la peste, la ausencia de guerras internas desde el final de la Guerra de Sucesión, y los avances médicos (la vacuna contra la viruela).

En cuanto a las actividades económicas, la principal siguió siendo la agricultura. La mayor parte de la tierra cultivada era propiedad vinculada y pertenecía a la nobleza, a la Iglesia y a los concejos. Predominaban los cultivos de secano: cereales, vid y el olivar. Las cosechas eran escasas, apenas se generaban excedentes, y eran frecuentes las crisis de subsistencia y la subida de los precios agrícolas (malas cosechas por cambios climáticos).

La artesanía se practicaba en las ciudades, en pequeños talleres. Solo los grandes comerciantes y la monarquía establecieron manufacturas, grandes locales donde los operarios con escasas herramientas producían algodón, armas y objetos de lujo.

La única región en la que apareció un foco de industrialización fue Cataluña, con las fábricas indianas (telas de algodón), destinadas a la exportación a América. Las guerras de finales del siglo XVIII, al interrumpir el comercio colonial, provocaron la crisis de la industria catalana.

Finalmente, el comercio interior fue muy escaso. Mucho más importante fue el comercio exterior con las colonias de América, controlado por un reducido grupo de comerciantes-empresarios, concentrados en Cádiz y en Barcelona.