Repercusiones Demográficas
Aumento de la población y cambios en la composición por edades en las áreas litorales
La población de las zonas turísticas puede aumentar por dos razones:
- La llegada de nuevos trabajadores para actividades relacionadas con el turismo: hostelería, construcción, servicios… aporta nueva población, generalmente adultos jóvenes. Esto provoca un rejuvenecimiento demográfico.
- La instalación permanente de jubilados que se establecen en áreas de clima benigno (litoral mediterráneo, Baleares, Canarias…) puede contribuir, sin embargo, a envejecer la población. La mayoría de ellos proceden de países ricos de la UE (Reino Unido, Alemania, Francia).
Freno al despoblamiento en zonas rurales, de montaña o ciudades históricas
En estas zonas, si bien no existe un aumento poblacional comparable al de la costa, el turismo puede frenar la tendencia a la despoblación, tanto por la creación de puestos de trabajo en el sector como por la revitalización de la artesanía y otras actividades tradicionales.
Aumento del poblamiento urbano en el litoral
Antiguos núcleos rurales se transforman en ciudades turísticas. Al crecer a lo largo de la costa, algunas terminan uniéndose formando conurbaciones. Ejemplos: Málaga – Torremolinos – Benalmádena – Fuengirola, Cádiz – San Fernando, Área de Valencia, Área de Alicante… Las áreas turísticas costeras poseen altas densidades de población que suelen suponer grandes procesos de expansión urbanística, especulación del suelo, etc.
Cambios sociales
- Positivos: contacto con otras culturas, modernización.
- Negativos: pérdida de costumbres y señas de identidad propias, empeoramiento de las condiciones de vida de los residentes (masificación, ruido…).
Repercusiones Económicas
En el empleo
El turismo ocupa a más del 12 % de los activos. Estos trabajadores se ocupan de los servicios dedicados a los turistas y a los residentes fijos. Se trata de actividades que no pueden mecanizarse y que precisan mano de obra abundante y poco cualificada (hostelería, restauración, comercio…). Este empleo es, en buena parte, estacional.
Contribución al PIB
La riqueza generada por el sector turístico supone alrededor del 11 % del PIB, siendo una de las actividades principales de nuestra economía.
Efecto multiplicador de las actividades turísticas
Muchas actividades económicas de la zona son estimuladas por la demanda turística: agricultura, industria, artesanía, construcción, transporte, comercio.
Compensación de la balanza comercial
La balanza comercial española (exportaciones – importaciones) suele ser siempre deficitaria. El dinero que gastan los turistas extranjeros en nuestro país cubre una buena parte de este déficit (entre el 50 y el 150 %, según los años).
Influencia en las políticas de transporte e infraestructuras
La promoción del turismo ha exigido dotar de una buena accesibilidad a los núcleos turísticos. Por ejemplo, la autopista del Mediterráneo proporciona comunicación por carretera al litoral E, desde Gerona hasta Almería. El turismo también ha sido clave en el desarrollo de la red aeroportuaria, primero con la creación de aeropuertos para el tráfico internacional (Palma, Málaga, aeropuertos canarios) y recientemente, con la potenciación de otros nuevos (Girona o Reus para traer turistas a la costa catalana, pequeños aeropuertos en ciudades del interior, etc.).
Repercusiones Territoriales
En las áreas litorales
- Influencia en la ordenación territorial: El turismo ordena el espacio en función de sus propias necesidades. De este modo se configuran zonas residenciales, parques temáticos, complejos deportivos, zonas de abastecimiento, etc.
- Alteraciones en el medio y en el paisaje: Pantanos y desaladoras para el abastecimiento de agua, canteras y graveras para la construcción, puertos deportivos, campos de golf, ocupación de espacios protegidos para la edificación.
- Destrucción de áreas agrícolas: Las zonas próximas al litoral se urbanizan, con la consiguiente revalorización de las tierras de cultivo próximas que se convierten en solares. En los últimos años, por ejemplo, la expansión incontrolada de construcciones turísticas en el litoral levantino se ha hecho, en parte, sobre áreas de naranjal.
- Conflictos por el uso del suelo y los recursos: Presión urbanizadora sobre el suelo agrícola, conflictos por el uso del agua entre los regadíos y los usos turísticos.
En áreas rurales y de montaña
- El turismo puede crear conflictos con las actividades agrícolas o ganaderas y fomentar su abandono.
- Alteraciones del medio y el paisaje provocadas por las urbanizaciones, las estaciones de esquí o la apertura de nuevas vías de comunicación.
En las ciudades históricas
- Especialización del casco histórico en servicios turísticos: artesanía, museos, alojamiento, restauración.
- Instalación de segundas residencias y hoteles en la periferia.
Repercusiones Medioambientales
Los impactos ambientales del turismo son visibles, sobre todo en las zonas más masificadas (el litoral), pero también son importantes en las áreas de montaña. Los principales son los siguientes:
- Contaminación atmosférica: El tráfico, las calefacciones y equipos de aire acondicionado son responsables de emisiones de CO2, de óxidos de azufre y nitrógeno y de gases CFC.
- Vertidos: Las aguas residuales de las grandes concentraciones turísticas carecen a veces de la adecuada depuración, contaminado las aguas de baño o, si se instalan emisores submarinos, otras zonas del mar más alejadas.
- Residuos sólidos urbanos: Se generan de modo masivo en verano, originando problemas en su tratamiento por su elevado volumen.
- Consumo de recursos:
- Elevado consumo de energía en las épocas de mayor afluencia, que pueden llegar a saturar la red eléctrica.
- Gran consumo de agua que compite con las actividades agrícolas en el momento de mayor demanda de las mismas. Como consecuencia, se sobreexplotan acuíferos que, si están próximos al mar, se salinizan, se demandan trasvases, etc.
- Alteración irreversible del paisaje: Proliferación de infraestructuras y construcciones, desde a vías de comunicación a instalaciones turísticas de todo tipo, incluyendo las segundas viviendas. Ocupación de la línea de costa. Alteración de la dinámica del litoral (por ejemplo con la construcción de puertos deportivos).
- Destrucción y ocupación de espacios de alto valor natural: La presión urbanística ha destruido dunas, humedales, salinas, áreas de montaña de gran valor, etc.
Ante todo ello, se hace necesario adoptar medidas correctoras. A continuación, se exponen algunas que serían necesarias para un desarrollo turístico sostenible:
- Elaboración de directrices territoriales que señalen usos del suelo, densidades máximas y límites de capacidad de acogida del territorio.
- Valoración del impacto ambiental de las instalaciones turísticas de modo riguroso. Se evitarían así casos como el del hotel El Algarrobico en el cabo de Gata, los proyectos de urbanizaciones en Doñana, etc.
- Preservación de todo espacio de interés natural o cultural y adecuada gestión de los espacios frágiles.
- Integración del turismo con otras actividades productivas, estableciendo compatibilidades y distribuyendo recursos (agua, suelo…). Debería evitarse, por ejemplo, que el desarrollo turístico excesivo acabe con sistemas agrícolas ricos y sostenibles (por ejemplo, en la Comunidad Valenciana).
- Mejoras urbanísticas que incluyan equipamientos y espacios libres en las zonas más congestionadas.
- Prohibición de actuaciones que alteren el perfil costero y la dinámica del litoral.
- Medidas correctoras para espacios deteriorados: infraestructuras, recuperación de fachadas marítimas, control de vertidos, etc.
En todo lo relativo al litoral, la legislación vigente es la Ley de Costas de 1988, que, poco a poco, estaba consiguiendo terminar con la ocupación indiscriminada de las fachadas marítimas. Sin embargo, en 2013, fue modificada, reduciéndose las limitaciones que imponía la anterior. Por ejemplo, la franja litoral protegida pasa de 100 a sólo 20 m y se “amnistían” numerosas construcciones. La reforma ha sido muy criticada porque se considera que desprotege y privatiza el litoral.