Ilustración y Romanticismo en la Literatura del Siglo XVIII y XIX

Ilustración y Neoclasicismo

El siglo XVIII fue denominado el siglo de las luces, aludiendo a las ideas y creencias establecidas y a la voluntad de acabar con las supersticiones. Este movimiento reformista y crítico defendía la tolerancia, la libertad y la igualdad, e influyó decisivamente en la Revolución Francesa.
La Enciclopedia, dirigida por Diderot y D’Alembert, fue uno de los máximos exponentes de la Ilustración. Los rasgos fundamentales de esta corriente ideológica son el deseo de conocimiento, la confianza en la razón, la fe en el progreso, la experiencia, la tolerancia en religión y pensamiento, el optimismo justo a través del reformismo y el abandono de la religión tradicional.
Con el ascenso de la burguesía surgió el librepensador, defensor de la libertad de pensamiento. Algunos de los personajes más famosos fueron Montesquieu, Voltaire y Rousseau.
En literatura, el movimiento que se corresponde con la Ilustración es el Neoclasicismo, que buscaba seguir las normas y reglas clásicas. Se trata de una literatura didáctica. Entre los géneros literarios, el mejor y más digno les pareció el teatro por su capacidad para representar la realidad y educar. Pero el género preferido fue el ensayo, en donde podían dar cabida a muchos temas y tratarlos críticamente con intención didáctica. A pesar de todo, la literatura del siglo XVIII es pobre, salvo excepciones.
En Francia destacan los enciclopedistas. Rousseau propuso ceder ciertas libertades por el interés general. Abogaba por la inocencia primigenia del hombre. Montesquieu estableció la división de poderes y escribió su novela “Cartas Persas”, donde satiriza las costumbres francesas. Voltaire, conciencia moral y crítico de aquella sociedad, defendió con firmeza la igualdad y las libertades políticas e individuales de los ciudadanos y atacó el poder de la Iglesia.
En España destacan Samaniego y Jovellanos. En Italia, Goldoni.
Conforme avanzaba el siglo se produjo una cierta rebelión contra las normas neoclásicas. Es el Prerromanticismo, cuyo precursor fue Rousseau. En Alemania destacan Goethe y Schiller.

Romanticismo Europeo

En el siglo XVIII se produjo una rebelión contra las normas neoclásicas. Es el Prerromanticismo, que tiene como precursor a Rousseau. En Alemania surge el movimiento Sturm und Drang con autores como Goethe y Schiller. En Inglaterra, Richardson o Sterne.
Nacido en Alemania e Inglaterra, el Romanticismo se extendió por toda Europa y llegó a su apogeo en la primera mitad del siglo XIX. La radicalización de los románticos dio lugar a hablar de romanticismo conservador y romanticismo liberal o progresista.
El Romanticismo fue una nueva sensibilidad y una nueva concepción del mundo y de la vida. El Romanticismo se sustenta en los sentimientos, se valoran las emociones. Tuvo repercusiones sociales y políticas. Se puede considerar la primera formulación válida de la mentalidad contemporánea.
Sus características generales son el individualismo y el subjetivismo: consideran por encima de todo al yo individual, que se siente insatisfecho en la sociedad, lo que lleva a la rebeldía o a la evasión y búsqueda de la libertad. Se ve la oposición a toda norma. La búsqueda del Absoluto y el arte como forma de conocimiento son otros rasgos característicos.
En cuanto a los temas, los más importantes son los sentimientos, el amor idealizado, la tristeza, la soledad, los sueños y la imaginación, la insatisfacción y la rebeldía contra el mundo, la naturaleza y el paisaje, las preocupaciones filosóficas. En general, la estética romántica está basada en la intensidad, el contraste y el dramatismo. Busca la liberación de la belleza.
En el siglo XVIII nace en Alemania el movimiento Sturm und Drang. En 1774 aparece una de las obras cumbre del Romanticismo: “Las penas del joven Werther”, de Goethe. La obra causó gran impacto en toda Europa y convirtió a su protagonista en el prototipo de héroe romántico: apasionado y melancólico. Su gran obra fue “Fausto”, un extenso poema dialogado sobre una leyenda popular. En esta obra confluyen el entusiasmo romántico del joven Goethe y la serenidad clásica de su madurez. En esencia, la obra dramatiza el inútil empeño del hombre por superar las limitaciones que le impone su naturaleza: el hombre está condenado a sentirse insatisfecho.
Otro autor destacado fue Schiller con el “Himno de la Alegría”. Su obra trata principalmente dos temas: el conflicto del individuo contra la sociedad, cuyo sistema político critica, y la defensa de los valores burgueses y la lucha de un pueblo por su libertad.
Además de estos dos autores, destacan los hermanos Novalis y Grimm.
En Inglaterra destaca Lord Byron, quien tuvo una vida aventurera y es considerado el ejemplo de poeta romántico: revolucionario, melancólico y apasionado. En sus poemas da vida, con un estilo apasionado, a personajes defensores de la libertad. Shelley, también idealista, rebelde y visionario, es conocido por sus breves composiciones líricas.
En prosa destacó Walter Scott, iniciador de la novela histórica, ambientadas en la Edad Media. En ellas se falseaba el pasado en unos inverosímiles argumentos. La gran autora de novela sentimental fue Jane Austen con “Orgullo y Prejuicio”.
En Francia, con Victor Hugo, se ven las características del drama romántico: escenas apasionadas, personajes misteriosos en defensa de la libertad, rechazo de las reglas y Shakespeare como modelo. Su obra más representativa es “Los Miserables”.
En Italia los dos autores más importantes fueron Manzoni y Leopardi, que escribieron poemas de lenguaje limpio y sin afecciones retóricas, de temática intimista. En Rusia destaca Pushkin. En España, el Duque de Rivas, Espronceda, Larra y Zorrilla.
Durante el siglo XIX resurgen en la península las tradiciones literarias en catalán y gallego. En Cataluña se conoce como Renaixença (Verdaguer, Oller) y del Rexurdimento destaca Rosalía de Castro.