Antonio Machado nacíó en Sevilla en 1875. Pasó su juventud en Madrid. Y estudió en Ia Institución Libre de Enseñanza, lo que le proporciónó un talante abierto y liberal. Vivíó en París con su hermano Manuel. Otro extraordinario poeta y. A su regreso a España. Ganó la cátedra de Francés del Instituto de Soria. Allí descubríó y se identificó con el paisaje castellano: allí se casó. Y murió a los doce años, su esposa Leonor. Pasó después a Baeza, Segovia y por fin. Madrid. Al ser derrotado el ejército, republicano, se trasladó a Francia y murió en Colliure, un pueblecito cercano a la frontera española, el 1939. Situado en el tránsito del Siglo XIX al XX. Machado es un autor que refleja perfectamente las circunstancias de la crisis que afecta a intelectuales y artistas. Este período supone la aparición de movimientos literarios naturalistas que buscan un alejamiento de los postulados realistas del Realismo burgués. Los más destacados son: el Modernismo, y la Generación del 98, ya aludida anteriormente, que es la respuesta literaria a la crisis de identidad colectiva que se desarrolla en España tras la pérdida de las últimas colonias ultramarinas Si bien es cierto que Machado se inicia vinculado al Modernismo, no debemos obviar que este se reflejará en su obra de dos maneras diferentes: por un lado, mediante un Modernismo ornamental, colorista y sonoro, y, por otro lado, y preferentemente. Por medio de un Modernismo intimista y desengañado. De expresión intimista y apesadumbrada. Campos de Castilla (1912), libro al que pertenece el poema que comentamos. Significa el encuentro con Castilla. Con el paisaje de sus tierras altas donde proyectará su estado de ánimo encontrará la expresión de la realidad nacional e histórica de España, podemos caracterizar por su contenido como perteneciente a la Generación del 98. Además, Machado simplifica el lenguaje que hasta este momento había utilizado para hacerlo más próximo a sus ideales de austeridad expresiva. El tema del poema es la descripción sensible y patética de un viejo olmo.
Del cual resurge la vida gracias a la primavera. Con ello, Machado vuelve al simbolismo de su primera etapa, presentando un objeto al que convierte en símbolo. Así. Si la primavera ha conseguido que le broten algunas hojas ,verdes a un olmo seco, podría hacer que su mujer se recuperara de su grave enfermedad. Sabemos que el poeta escribíó estos versos el 4 de Mayo de 1912, poco antes de morir Leonor. El olmo es una especie de árbol que abunda en el país. El cual se halla en la ribera del río Duero. De manera que consigue crear la imagen de un paisaje en la mente del lector. Además de transmitir la pena que da el árbol agonizante, que Ya es viejo y será destruido. En cuanto a la métrica, cabe advertir que este poema está formado por treinta versos de arte mayor y menor, ya que son de once y siete sílabas (endecasílabos y heptasílabos) pero sin seguir ninguna regla aparentemente. Sin embargo, al tratarse de una combinación de versos de 7 y de 11 que riman a gusto del poeta, estamos ante una silva, modelo estrófico clásico que admite incluso la posibilidad de que algún verso quede suelto, como ocurre en este poema. La rima es consonante. Menos en el verso vigésimo cuarto, que es un verso suelto. No rima. Este poema se divide en tres partes: la primera llega hasta el verso decimocuarto, en la que hace una descripción general del estado del árbol, y de su situación y entorno, citando también la aparición de las hojas nuevas con la llegada de la primavera, y también lo compara con otra especie: los álamos.
En la segunda parte, que ocupa casi todo el resto del poema exceptuando los tres últimos versos. El poeta expresa su deseo de dejar constancia escrita de la aparición maravillosa de esas hojas entre tanta muerte y podredumbre, después de haber citado todo lo que puede ocurrirle al árbol en tal estado. Los tres últimos versos formarían la tercera y última parte, ya que en ellos no se habla ya del olmo, sino que se expresa un deseo una esperanza. en este poema se puede hallar, bajo la simple apariencia de una poética descripción de un árbol de su amada Castilla, un segundo sentido, pudiéndose comparar con una vida humana, o mejor dicho, con cualquier vida de un ser humano. Con su primera exuberancia de juventud. La madurez y el posterior deterioro con el paso de los años. Al principio del poema. Se hace una descripción del protagonista, el olmo. El cual es ya viejo y las vicisitudes de su existencia, en este caso climáticas. Lo han dejado malparado. Ya que está: …Hendido por el rayo y en su mitad podrido”. Es decir, le cayó un rayo encima que lo dejó casi destruido y además está podrido por dentro hasta la mitad. En estos dos primeros versos hay una gran utilización de los fonemas /o/. /i/, /e/. /d/ y con esta aliteración se produce una sensación de patetismo y desolación. Pero tras esta primera triste imagen, se da paso a un hecho que es importante para el yo poético: -con las lluvias de Abril y el sol de Mayo, algunas hojas verdes le han salido.” Utiliza un hipérbaton para cambiar el orden normal de la frase y damos al final un elemento alegre o esperanzador en contraposición con la anterior desolación. Y da un rodeo (perífrasis) para situarse en el tiempo en el que ha ocurrido la I, salida de esas hojas verdes, que es, aunque se sobreentiende, la primavera. El yo poético lo expresa con el verbo “lamer’, es una prosopopeya ya que la colina no tiene lengua. Pero esta expresión acerca más la colina al río que si por ejemplo utilizarara la expresión “al lado” o “junto”. Y este hecho, que la colina y el olmo estén tan cerca del río. Embellece y da más vida al paisaje que se ha creado en nuestra mente, por estar el río en siempre constante movimiento y ser el agua símbolo de vida. La descripción que sigue del olmo parece que tenga diversas partes diferenciadas. Ya que primeramente utiliza gran cantidad de adjetivos que nos ayuden a ver en qué estado tan lamentable se hace entra en: –Un muga amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento” Por la forma cn que está construida esta frase. Esta toma velocidad, es decir se pronuncia rápidamente, y jugando con los fonemas de los adjetivos (aliteración), nos produce una acción desagradable. De podredumbre. De manera que queda relacionada con la descripción inicial. En todo el resto del poema hasta el final, excluyendo los tres últimos versos, el yo poético cambia el orden normal de la escritura (hipérbaton), en la que el sujeto y el verbo van primeros, seguidos de los complementos correspondientes. Este recurso lo utiliza para exponer, antes de la conclusión, todo lo que puede ocurrirle al olmo en su estado. El modo verbal cambia a subjuntivo, expresando la posibilidad. Ya que el yo poético no sabe realmente lo que ocurrirá. .El autor se vale de una metáfora, “rojo”, para describir el hecho que se están quemando Pero en realidad, para él lo triste no es que acabará quemado, sino que ardiera en alguna míseria,
Después de haber visto el estado lamentable del olmo y la pequeña chispa de vida que de él brotara. El yo poético desea guardar un recuerdo escrito del maravilloso hecho pero en realidad, aunque parezca una contradicción. Ya lo ha hecho en el mismo poema de manera que ha dejado esta frase para el final, cuando ya ha hablado extensamente del árbol, y parece que el poema no haya sido compuesto intencionadamente, sino simplemente en la mente del autor este recurso expresivo da sinceridad y veracidad al poema. El yo poético, aunque fue descrito todo el árbol en general, en la idea principal en la que quiere centrarse y con la que quiere terminar el poema es en la aparición de esas nuevas hojas verde con la gracia de tu rama “verdecida”. En el fondo, lo que vemos es el pálpito íntimo de un ser humano angustiado por su situación personal, y que indaga a su manera en el concepto de temporalidad. Y es que, para el autor sevillano. “la poesía es el diálogo de un hombre con su tiempo. De un hombre con su paisaje”.