Hume y Rousseau: Dos Visiones de la Sociedad, la Política y la Naturaleza Humana

David Hume: Empirismo, Sociedad y Liberalismo

Política

La filosofía política de David Hume (1711-1776) se fundamenta en su epistemología empirista y su emotivismo moral. Utiliza estos principios para analizar la organización social. Hume rechaza tanto el iusnaturalismo, que defiende la existencia de derechos y leyes naturales inherentes al ser humano, como el absolutismo, ya que no cree en el derecho divino de los reyes ni en la idea de que una persona deba tener poder absoluto.

Asimismo, critica el contractualismo de Hobbes, Locke y Rousseau, cuestionando que la sociedad surja de un contrato social entre los individuos. En su lugar, propone un modelo de sociedad basado en la utilidad y la simpatía. Para Hume, la sociedad es una extensión del “estado familiar”, donde los seres humanos se unen para satisfacer intereses comunes y garantizar su utilidad, pero necesitando una organización y autoridad.

Una sociedad organizada permite la paz, aumenta el poder por la conjunción de fuerzas dispersas, incrementa nuestra habilidad por el reparto de funciones y disminuye el peligro ante el azar y los accidentes por el apoyo entre individuos. Hume defiende el liberalismo, es decir, un modelo inspirado en la división de poderes de Locke, donde el poder legislativo, ejecutivo y judicial deben estar separados. También estableció que los representantes de cada uno de los poderes deben escogerse mediante elecciones libres y que han de ser cargos no remunerados, para evitar abusos y corrupción.

Conclusión: Hume critica el contractualismo al considerar que la sociedad no surge de un contrato social, sino del interés común y la simpatía. Defiende un modelo político liberal, con división de poderes y elecciones libres, que busca minimizar la corrupción y maximizar la utilidad social. Su pensamiento influyó notablemente en el desarrollo del liberalismo moderno.

Jean-Jacques Rousseau: Naturaleza, Sociedad y Contrato Social

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), filósofo ginebrino, se destacó por su crítica a la Ilustración desde ideales que anticipaban el Romanticismo. Su antropología se centra en la reflexión sobre la naturaleza humana y su evolución a lo largo del tiempo.

Antropología

La tesis fundamental de la antropología de Rousseau es la consideración de que la naturaleza ha hecho al ser humano feliz y bueno, pero la sociedad lo deprava. Resumió todas sus aspiraciones en el lema “volvamos a la naturaleza”. Para él, la naturaleza es perfecta, y el ser humano, en su estado natural, también lo es. Sobre esta base influyó el mito del buen salvaje, que suponía una idealización de los pueblos primitivos.

En el estado de naturaleza, el hombre tiene la capacidad de perfeccionarse a sí mismo y se mueve por un sentimiento innato: el amor de sí. Junto a este, posee el sentimiento de compasión. Por otro lado, el hombre es asocial por naturaleza, pero está obligado a entrar en el estado civil. Rousseau considera que lo único que existe en el estado de naturaleza son los matrimonios para la conservación de la especie.

La sociedad y el estado civil son la causa de la degeneración y desfiguración del ser humano, en la que existen desigualdades reales. Rousseau muestra una visión pesimista de la historia y de los productos culturales que le son inherentes. Critica así la Ilustración desde ideales románticos, al considerar que su fe en el progreso humano y la razón ha profundizado la escisión entre naturaleza y cultura.

Esta ruptura sólo puede superarse mediante una reconstrucción de la sociedad basada en la educación y la política. En Emilio, o De la educación (1762), expuso un método pedagógico para formar al individuo de manera natural y protegerlo de la corrupción social.

La educación consiste en una tarea lenta y gradual que prepara al ser humano para vivir y participar en sociedad. En un primer estadio, la educación infantil debe ser negativa, permitiendo que la naturaleza del niño se desarrolle libremente en el campo, respetando sus ritmos biológicos y necesidades primarias.

La educación abarca tres ámbitos:

  • Formación física: basada en los sentidos y la experiencia.
  • Formación moral: orientada a ideas prácticas y la imitación.
  • Educación moral, religiosa y para el matrimonio: a partir de los 15 años.

La formación política y civil busca que el individuo se gobierne a sí mismo, usando los viajes para conocer lo natural y universal.

Conclusión: Rousseau considera que el ser humano es naturalmente bueno y feliz, pero la sociedad lo corrompe. Aunque critica la Ilustración, reconoce la imposibilidad de regresar al estado de naturaleza. Aboga por una reconstrucción social basada en la educación, que debe ser gradual y respetar el desarrollo natural del individuo, preparándolo para la vida en sociedad. Su influencia fue notable en el Romanticismo del siglo XIX.

Política

En el ámbito político, Rousseau propone una renovación radical de la sociedad a través de su teoría del contrato social. Rechaza tanto el iusnaturalismo, que defiende derechos innatos, como las teorías contractualistas de Hobbes y Locke, que justifican la desigualdad o el autoritarismo. Para él, la naturaleza posee perfección y el ser humano debe reconquistarla para ser, también, feliz y perfecto. Sobre esta base, influyó el mito del buen salvaje, que suponía una idealización de los pueblos primitivos.

Dado que retornar al estado de naturaleza resulta imposible, Rousseau abogó por la necesidad de reconstruir la sociedad a partir de bases nuevas; estas hacían referencia a un acuerdo: el contrato social. Rousseau rechaza el absolutismo y el autoritarismo, y defiende un sistema democrático asambleario.

El contrato social es un acuerdo libre entre iguales mediante el cual los individuos se dan a sí mismos la ley. De esta manera, el hombre se autogobierna, se hace ciudadano y participa activamente en la construcción del bien común. A través del contrato social, el individuo pierde la libertad natural, pero gana la libertad civil.

De la unión entre individuos surge la voluntad general. Esta voluntad no corresponde a la suma de voluntades de cada uno de los componentes de la sociedad civil ni a la mayoría, sino que constituye una voluntad única. Es una idea normativa y es la expresión de la soberanía popular (indivisible e inalienable), convirtiendo al pueblo en el verdadero sujeto político. Para este filósofo, el contrato se establece exclusivamente entre los miembros de la sociedad.