Hume y el Conocimiento Empírico: Causa, Efecto y Escepticismo

Contexto Histórico y Filosófico de la Edad Moderna

La Edad Moderna, que abarca los siglos XVII y XVIII, fue un período de grandes transformaciones históricas, sociales y culturales. En el siglo XVII destacaron acontecimientos como la expansión del protestantismo tras la Reforma religiosa, la decadencia del Imperio hispánico, el ascenso de potencias como Francia, Inglaterra y Holanda, y la consolidación del absolutismo monárquico. Socialmente, hubo un crecimiento del poder de la burguesía, avances en la economía capitalista e innovaciones técnicas que impulsaron el proceso de industrialización.

En el siglo XVIII surgió una crítica generalizada contra los fundamentos del Antiguo Régimen. En Inglaterra, la burguesía exigía libertad económica, libre comercio y democracia parlamentaria, contrastando con el absolutismo predominante en el resto de Europa. Este clima fomentó el interés filosófico por la legitimidad del poder político y las cuestiones éticas y religiosas. Además, el desarrollo de la ciencia y la técnica impulsó la reflexión sobre el origen y la validez del conocimiento humano. El siglo XVIII, como Siglo de las Luces, será tratado específicamente en el tema de la Ilustración.

El Empirismo de Hume: Conocimiento y Experiencia

En el fragmento de Hume, se reflexiona sobre cómo conocemos los hechos del mundo, especialmente cuando estos no están presentes en nuestra memoria ni en nuestros sentidos. Según Hume, el fundamento de este conocimiento está en la relación de causa y efecto. Afirma que esta conexión no puede conocerse a través de la razón pura, sino únicamente por medio de la experiencia. Es observando repetidamente cómo ciertos fenómenos están conectados que llegamos a inferir que uno es la causa del otro.

La tesis principal de Hume es que el conocimiento sobre la relación entre causa y efecto se basa en la experiencia, no en razonamientos abstractos. Cuando observamos que ciertos eventos se repiten en conjunto, concluimos que uno produce al otro. Sin embargo, Hume también advierte que este conocimiento no es completamente seguro, ya que está basado en lo que hemos visto antes y no en una certeza absoluta.

Hume defiende que el conocimiento proviene de la experiencia, postura que lo ubica dentro del empirismo. Esta corriente filosófica afirma que todo lo que sabemos proviene de lo que percibimos a través de los sentidos. A diferencia del racionalismo, que cree que el conocimiento puede ser alcanzado sin necesidad de experiencia, Hume insiste en que no es posible conocer hechos sin haberlos observado previamente.

La Relación Causa-Efecto y la Inferencia

Otra idea clave es que todos nuestros razonamientos sobre los hechos del mundo dependen de la relación causa-efecto. Por ejemplo, si alguien encuentra un reloj en una isla desierta, deduce que en ese lugar hubo personas porque los relojes son creados por humanos. Este tipo de razonamiento nos permite inferir hechos que no percibimos directamente, basándonos en experiencias previas y en las conexiones que hemos observado entre fenómenos.

Además, Hume destaca que la memoria y los sentidos no son suficientes para conocer hechos lejanos o desconocidos. La memoria nos recuerda lo que ha ocurrido en el pasado, y los sentidos nos informan sobre lo que percibimos en el presente. Sin embargo, para saber algo que no está directamente ante nosotros, como dónde está alguien o qué ocurrió en otro lugar, necesitamos usar la inferencia, que se basa en las relaciones causales que hemos aprendido por experiencia.

El Escepticismo de Hume

Hume también introduce una idea importante: aunque nuestras inferencias sobre causa y efecto son útiles, no son infalibles. Estas dependen de la repetición de las experiencias, pero no podemos estar completamente seguros de que en el futuro las cosas ocurrirán siempre de la misma forma.

Por ejemplo, aunque sabemos que el fuego produce calor y luz, no podemos asegurar con total certeza que esto sucederá en todos los casos. Por lo tanto, nuestras conclusiones siempre están sujetas a dudas. Este razonamiento lleva a Hume a una postura escéptica, en la que reconoce que no podemos tener un conocimiento absoluto sobre el mundo.

Términos Clave en la Filosofía de Hume

En cuanto a los términos clave, destacan los siguientes:

  • Causa y efecto: la relación que conecta fenómenos y nos permite hacer inferencias sobre hechos desconocidos.
  • Empirismo: la defensa de que el conocimiento surge de la experiencia sensorial.
  • Razonamientos a priori: conclusiones obtenidas sin recurrir a la experiencia, y que Hume rechaza.
  • Inferencias: las conclusiones que sacamos basándonos en la experiencia.
  • Escepticismo: la duda sobre la posibilidad de tener certezas absolutas.

Conclusión: Experiencia, Causalidad y Límites del Conocimiento

En conclusión, Hume defiende que el conocimiento humano se basa en la experiencia y en la observación de cómo los fenómenos están relacionados por causa y efecto. Estas relaciones nos permiten entender hechos más allá de lo que percibimos directamente. Sin embargo, Hume señala que este conocimiento no es completamente seguro, ya que siempre depende de la repetición de experiencias pasadas. Por esta razón, introduce un escepticismo que nos hace cuestionar si realmente podemos tener un conocimiento definitivo sobre el mundo.

Vigencia e Influencia del Empirismo de Hume

El empirismo influyó profundamente en la filosofía moderna, tanto en política como en la teoría del conocimiento. En política, el liberalismo de Locke fue decisivo para los ideales de la Ilustración. Locke defendió el principio de igualdad y criticó el absolutismo. Montesquieu desarrolló la teoría de la división de poderes, y Rousseau, a través del contractualismo social, se convirtió en un defensor clave de la política democrática.

En cuanto al conocimiento, Locke influyó en pensadores como Berkeley y Hume. Este último llevó el empirismo a un escepticismo radical que fue criticado, pero que marcó el camino hacia posiciones más críticas y coherentes sobre las capacidades humanas de conocer. Hume también influyó profundamente en Kant, quien, tras enfrentarse a sus ideas, logró una síntesis entre racionalismo y empirismo.

La crítica de Hume a la metafísica fue clave para el desarrollo del positivismo en el siglo XIX, que centró la filosofía en hechos concretos y verificables, y del neopositivismo del siglo XX, que propuso la experiencia como criterio de validez científica. Además, la filosofía moderna del lenguaje se fundamenta en el análisis empirista del conocimiento iniciado por estos pensadores ingleses.