Humanismo y Renacimiento en España: Lírica, Temas y Autores Clave

Humanismo y Renacimiento en España

El humanismo cobró importancia a fines del siglo XV. A principios del XVI destaca la labor del cardenal Cisneros, impulsor de reformas culturales y espirituales, que promovió la edición de la Biblia políglota complutense y fundó la Universidad de Alcalá de Henares.

Junto al humanismo, cabe mencionar la reivindicación y estudio de la lengua nacional, y se tradujeron obras latinas.

Elio Antonio de Nebrija publicó la Gramática de la lengua castellana, y Juan de Valdés, el Diálogo de la lengua.

Asimismo, en algunos aspectos, durante el Renacimiento se produjo un resurgir del ideal caballeresco, fusionado en este caso con la cultura. La política imperial de Carlos I favoreció la aparición del ideal de cortesano.

El prototipo de caballero renacentista —hombre culto, noble, militar y poeta, encarnado principalmente en España en la figura de Garcilaso de la Vega— fue retratado por Baltasar de Castiglione en El cortesano, traducido por Juan Boscán.

La lírica renacentista

La renovación de la poesía cancioneril se produjo a causa de la difusión del humanismo, que permitió un mejor conocimiento de las literaturas clásica e italiana renacentista. Uno de sus máximos exponentes, Francesco Petrarca, influyó en poetas españoles del siglo XV como el marqués de Santillana, Juan de Mena, Boscán y Garcilaso.

Petrarca consiguió armonizar la herencia de la lírica culta provenzal con la literatura clásica y con la de los poetas italianos de su generación.

Aspectos formales

La poesía italiana aportó dos innovaciones rítmicas: el endecasílabo y el encabalgamiento, que otorgaban una sonoridad más suave.

Aunque el endecasílabo se había utilizado anteriormente, Juan Boscán lo introdujo definitivamente y recomendó su práctica a Garcilaso de la Vega.

De la misma manera, la lírica renacentista incorporó estrofas y tipos de composiciones habituales en la lírica italiana:

  • Los tercetos encadenados
  • La lira
  • La octava real
  • La estancia
  • El soneto
  • La estrofa sáfica

En cuanto al estilo, en la primera mitad del siglo XVI se cultivó una poesía que responde al ideal de sencillez y naturalidad expresiva.

En la poesía renacentista se aprecia también un cambio estilístico: cobran importancia la adjetivación, el epíteto, las metáforas y el hipérbaton.

Temas y motivos poéticos

La nueva poesía desarrolló temas e ideales provenientes del neoplatonismo, de la literatura clásica y de la poesía italiana, influida por Petrarca.

El tema principal de la lírica renacentista es el amor. Manifiesta su sufrimiento por la ausencia o la muerte de la amada, o por la falta de correspondencia; abundan motivos como el amor y escasean los de goce.

La descripción de la mujer corresponde al canon de belleza renacentista y aparece asociada a imágenes de la naturaleza (piel blanca, rubia de ojos claros), y el hombre solo aparece como amante constante y leal.

Otro tema es la naturaleza, que aparece descrita con el tópico del locus amoenus. La belleza de la naturaleza está relacionada con el amor: el paisaje se humaniza como proyección del estado de ánimo del yo poético o se presenta un duro contraste.

El tópico del carpe diem se asocia al amor, ya que incita a su disfrute, y con frecuencia es presentado por medio de imágenes relacionadas con los ciclos de la muerte y renovación de la naturaleza.

La mitología clásica, especialmente las historias narradas por Ovidio, sirve también para expresar la relación amorosa; aparecen alusiones a los dioses y a los seres mitológicos.

Otros temas menores de esta lírica renacentista son la amistad y el elogio cortesano.

En la segunda mitad del siglo XVI se abordan asuntos más diversos, dominando la poesía religiosa y moral:

  • El beatus ille, al que se recurre para tratar la búsqueda de la perfección en la naturaleza, mediante el menosprecio de lo urbano, y la dominación de las pasiones.
  • El conocimiento de sí mismo, la introspección, consiguen el acercamiento y comunicación con Dios.

Evolución de la poesía renacentista

Se distinguen dos etapas, que se corresponden con los reinados de Carlos I y Felipe II.

Primera etapa

En los primeros años del siglo XVI predominó la lírica cancioneril. En 1511 se publicó el Cancionero general. Además, fueron populares los romances y poemas tradicionales.

En la primera mitad del siglo XVI destaca la renovación poética producida por la irrupción del petrarquismo y la influencia clásica.

La poesía lírica se impuso, sobresale la obra de Garcilaso de la Vega, heredada por poetas como Gutierre de Cetina o Diego Hurtado de Mendoza.

Segunda etapa

En la segunda mitad del siglo XVI, la aplicación de los principios de la Contrarreforma produjo importantes cambios religiosos y culturales.

Los cambios de esa etapa se corresponden con el auge de la literatura espiritual.

Se desarrollaron temas morales o ascético-místicos.

En la poesía religiosa sobresalen fray Luis de León y san Juan de la Cruz. Aborda dos caminos espirituales: la ascética y la mística.

  • Ascética: busca la perfección mediante la purificación y expresa el proceso que lleva la unión del alma con Dios a través de tres vías: purgativa, iluminativa y la unitiva.
  • Mística: se corresponde con la vía unitiva.

Garcilaso de la Vega

En 1543 se publicó Las obras de Boscán y algunas de Garcilaso de la Vega.

La breve obra de Garcilaso produjo la más importante revolución de la lírica española y se convirtió en el modelo de los poetas posteriores.

Temas y evolución poética

Es el amor, expresado desde la melancolía y la tristeza por la frustración o la ausencia de la amada. Con él se relaciona la naturaleza, presentada en su perfección con el tópico del locus amoenus como reflejo del mundo interior del yo poético, refugio de su dolor.

En otros poemas, trata temas como la amistad, el destino, la fortuna y la necesidad de dominar las pasiones.

En sus primeros poemas de estilo petrarquista, se percibe la influencia de la poesía de cancionero de Ausias March, escritas en un tono más desgarrado, y predominan los recursos propios de la lírica cancioneril.

A partir de 1532 se incrementa el contacto de Garcilaso con la poesía petrarquista. En estos años escribe la mayor parte de su obra e incorpora los géneros de tradición clásica.

Las églogas

En estas composiciones líricas unos pastores exponen sus quejas amorosas en un entorno idealizado.

Égloga I: contiene una introducción y dedicatoria, y los monólogos de dos pastores, Salicio y Nemoroso, que tratan sobre el dolor que producen el rechazo y la muerte de la amada. Está escrita en estancias de canción petrarquista.

Égloga II: sobresale por su heterogeneidad y variedad métrica. La primera parte se centra en el dolor y la locura de un amor no correspondido: Albanio, que intenta suicidarse por Camila. La segunda parte contiene el elogio de las hazañas de la casa de Alba.

Égloga III: narra las historias que tejen cuatro ninfas a orillas del Tajo: tres son relatos mitológicos y la cuarta refiere la muerte de Elisa, amada de Nemoroso.