Bajo el nombre de Generación del 36 se suelen incluir a un grupo de poctas cuyas trayectorias vitales y creativas están profundamente marcadas por la Guerra Civil. Miguel Hernández esta considerado como el puente de uníón entre la Generación del 27 y la del 36. Su característica principal es la emoción que desprenden sus versos. Su personal modo de crear se basa en su inagotable imaginación metafórica y en la tensión entre su tono apasionado y la contención a la que somete esta energía mediante formas poéticas rigurosas. Su primera etapa, anterior a la Guerra, está intluida por el estilo de Góngora con Perito en lunas y El rayo que no cesa, libro que contiene la “Elegía a Ramón Sije”. Durante la Guerra Civil, su poesía se vuelve más comprometida políticamente con Viento del pueblo y Cancionero y romancero de ausencias.
Los poetas que simpatizan con el nuevo régimen, poetas arraigados, hacen una poesía idealista, cuyos temas son el amor, la familia, la fe católica, con un estilo que busca la belleza y la perfección formal en patrones clásicos, de lenguaje sobrio y equilibrado. El mayor representante es Luis Rosales Por otra parte, la poesía desarraigada es realista, sus temas se centran en una constante búsqueda del sentido de la existencia humana, persiguiendo la fuerza expresiva más que la belleza formal. La figura más emblemática fue Dámaso Alonso con Hijos de la ira que se considera el punto de partida de esta corriente. Por último, los poetas del exilio observan temas comunes como el de la patria perdida, el recuerdo de la lucha y la derrota. De los numerosos poetas exiliados se pueden destacar a Emilio Prados,Manuel Altolaguirre y León Felipe
Durante la década de los cincuenta se desarrolla la poesía social o poesía comprometida. Parasus autores, la poesía es una vía de comunicación que busca dirigirse a la masa y ser al mismo tiempo una herramienta de transformación social. Trata de dar testimonio de los problemas de España y de contribuir a su solución adoptando actitudes solidarias y de compromiso con los oprimidos y silenciados. Eligen temas como la situación de España, la injusticia social y el anhelo de paz y de libertad. Presentan usualmente un tono pesimista, pero también es frecuente hallar en ellos una puerta de esperanza hacia un futuro mejor. El lenguaje adopta un tono llano y conversacional. Los autores más importantes son Blas de Otero y Gabriel Celaya. El primero atravesó varias etapas en su trayectoria poética: la poesía existencial, donde destaca su obra
Ancia, la poesía social, con Pido la paz y la palabra, y una última etapa de nuevas formas expresivas. Por otra parte Gabriel Celaya cultivó una poesía social con Cantos iberos y se caracteriza por una lenguaje intensa y agresivo
En la década de los sesenta, la poesía se transforma en un compromiso ético con el ser humano. Se abordan temas como el paso del tiempo, la infancia, el amor y la vida cotidiana. Se busca indagar en el conocimiento de la realidad humana total a partir de la propia experiencia. El poeta busca un lenguaje personal con tono calido y cordial. Los autores más importantes son José Hierro, Ángel González Jaime Gil de Biezma. José Hierro se caracteriza por la desolación y la búsqueda frustrada de la felicidad, aborda el sufrimiento colectivo y el existencialismo en obras como el Libro de las alucinaciones. Ángel González es el poeta mas social del grupo, el tiempo y las consecuencias de su paso son el hilo conductor de casi todos sus versos, en obras Sin esperanza, con convencimiento. Por último, Jaime Gil de Biezma, con Las personas del verbo, aborda temas íntimos con amargo e irónico distanciamiento.
En la década de los setenta nacíó la llamada generación del 68, también llamados novísimos Estos poetas rechazaban el Realismo social, integraban nuevas influencias del cine, la publicidad, la televisión, utilizaban un estilo selecto y un contenido culturalista, con referencias artísticas, mitológicas e históricas que muestran la sensibilidad refinada del poeta. Los más importantes son Pere Gimferrer. Leopoldo María Panero y Antonio Colinas. A partir de la década de los ochenta aparecen varias tendencias poéticas de difícil clasificación. Autores como Luis García Montero concibe una poesía de corte realista, con un lenguaje accesible y natural. Otro como José Ángel Valente u Octavio Paz son afines a la mística, a la poesía pura. También hay un neosurrealismo, que recupera la estética del verso largo, la sentimentalidad neorromántica, Las metáforas innovadoras y el mundo de la alucinación. Una nueva épica que induga en los problemas de la colectividad desde una óptica realista y critica Una poesía clasicista movida por un anhelo de belleza y la exquisita elaboración formal. Y un neoerotismo cotn Ana Rossetti, que transforma los tópicos masculinos de la poesía amorosa, invirtiendo su punto de vista y destruyendo la imagen de la mujer elaborada por esa poesía.
En la actualidad, las corrientes de finales del Siglo XX tienden a confluir en todos los poctas de diferentes maneras, pero comparten rasgos generales como: el tono intimista (con frecuencia narrativo y carente de efectos ornamentales). Las influencias literarias (forjadas a partir de lecturas personales) y la visión del mundo y el yo (visión del poeta distante e irónica). Entre los muchos escritores podemos mencionar a Elena Mendel cuyos temas más habituales son la adolescencia, el amor, el fracaso vital la muerte vistos desde una conciencia femenina. Su estilo ha evolucionado de un tono muy Barroco a otro más claro y narrativo, Su obra poética hasta el año 2014 se ha recopilado en Un dia negro en una casa de mentira, Antonio Lucas concibe la poesía como un modo de entender el mundo y de comprenderse a si mismo. Ha evolucionado desde el irracionalismo surrealista hacia la expresión de una experiencia vital desengañada. Algunas de sus obras son Los mundos contrarios (2009) y Los desengaños (2014). María-Eloy García muestra una lírica rompedora que expresa desencanto y arremete contra tópicos del pensamiento. Las costumbres, la literatura o la política. Su estilo es directo, ácido e irónico. Entre sus obras destacamos Metafísica del trapo (2001), Cuânto dura cuanto (2007) o Los cantos de cada cual (2014).